El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 25 de diciembre de 2010

LA AMÉRICA QUE QUEREMOS

COMPRAR O SER


"El rico no es el que más tiene sino el que menos necesita", cantó Facundo Cabral en uno de sus recitales recientemente.

Esta frase transformó profundamente mi visión de la vida y me recordó mis experiencias en tierras mayas. Los pueblos indígenas optaban por el ser más que por el tener. El poder era del que más sabía y no del que más tenía. La sabiduría, símbolo de estatus, se traducía en un sistema de vida más armónico con la naturaleza, más ordenado en lo social y de incalculable valor, pero sin precio en el mercado.

Sin embargo, los pueblos indígenas no han sido ajenos al vicio de tener de la vida moderna, ampliamente difundido por los medios de comunicación. Se han globalizado sus modelos de consumo en la medida de su poder adquisitivo. Así, uno encuentra Coca-Cola en todas las comunidades del planeta, y una televisión sigue siendo la aspiración esencial de una familia. Se ha transformado la herencia cultural de los pueblos y su sistema de valoración y ética, cambiando profundamente los símbolos del estatus, la felicidad y el poder.

No hay duda de que el consumo está dentro de la esencia del hombre al ser un mecanismo de apropiación efectiva y rápida de bienes y servicios. Sin embargo, el ser humano también tiene capacidad de elegir entre el consumo básico o suntuario: entre tener o ser.

Dime lo que compras y te diré quién eres

Todos somos consumidores en mayor o menor grado dependiendo de nuestro poder adquisitivo. Sin embargo, hay una diferencia sustancial entre uso necesario y consumo suntuario. Hay sociedades que guardan un mayor equilibrio con la naturaleza y el ambiente --el daño causado puede tener arreglo-o En tanto que las sociedades altamente industrializadas causan cambios en el ambiente prácticamente irreversibles. Por ejemplo, el ciudadano de una nación rica consume siete veces más energía que un
ciudadano de un
a nación pobre. Aun cuando es claro que el crecimiento demográfico, tanto en el norte como en el sur, amenaza al planeta en un sentido real, el crecimiento de la población del norte es más riesgoso por sus niveles de consumo per cápita. Una persona en los Estados U nidos consume energía equivalente a dos veces la de un japonés; Helmut Kohl dijo recientemente que "se debe repensar la contradicción ética entre lo que la gente quiere y lo que está preparada a hacer". Esto se refiere a que existe una contradicción en los países del norte entre el deseo de proteger el ambiente y al mismo tiempo el deseo creciente de consumo y bienes materiales como símbolo de estatus y felicidad.

En cada acto de apropiacn hay una actitud ética que implica una decisión y un acto de valoración.

En cada compra el ciudadano vota. Vota por lo nacional o lo extranjero; por lo producido por el gran capital o por el pequeño productor; por la seguridad alimentaria o por la dependencia; por la comodidad o por la solidaridad ...

La decisión es cada día más compleja, pues el ser humano se enfrenta a un bombardeo cotidiano de publicidad consumista y globalizante. La globalización está aunada a una concentración del capital: la información, la tecnología y el poder productivo en muy pocas manos, generalmente de las transnacionales. Esto nos ha conducido a una mayor dependencia. El equilibrio entre producción, tecnología,

consumo, población, crecimiento económico y medio ambiente está en grave riesgo. Lo que está en juego es el derecho a ser frente al vicio de tener; junto con la sostenibilidad del planeta. Las dos características de nuestro tiempo son, por un lado, lograr un crecimiento económico basado en aumentar el 0I1S11mO y, por el otro, bajar costos sacrificando dos recursos: los naturales y los humanos. Bajo el lema de eficiencia productiva -"producir más con menos"-, el colapso del
trabajador se ha traducido en una sustitución del hombre por la máquina, por considerarse que el costo del primero es más alto. La paradoja de la modernidad es que hay una tendencia al consumismo, pero también un colapso del poder
.
adquisitivo de la gente. La falacia del sistema neoliberal es proteger al consumidor sacrificando al trabajador.

Las cinco "R" para darle poder al consumidor y ser un
ciudadano planetario solidario
y responsable

El consumidor tiene un incalculable poder dentro de las políticas actuales de libre mercado. En sus manos está el decir "no" a ciertas tendencias consumistas e insostenibles,
y convertirse paulatinamente en un ciudadano planetario consciente, solidario, justo, preocupado y, por tanto, más libre.

He aquí cinco principios que invitan a la reflexión y nos permiten recuperar el control de nuestros procesos:

1. Revaloración

Se trata de recuperar la capacidad de repensar nuestras necesidades básicas para diferenciadas de las suntuarias e independizarnos de la manipulación de los medios y la
publicidad
. Frente a un producto podemos ejercitar nuestra reflexión ética y tomar decisiones congruentes con la naturaleza, el medio ambiente, nuestra cultura y el beneficio colectivo.

2. Redistribución

Esto implica retomar el concepto de espacio ambiental y huella ecológica. Todos tienen el derecho a proporciones equitativas de los recursos dentro de la capacidad sustentable de la tierra. Ésta debe ser la base de la producción y el consumo equitativo. La satisfacción de las necesidades básicas es una condición para estabilizar el crecimiento demográfico.

3. Reestructuración

Tomar conciencia de la necesidad de transformar el sistema económico, de manera que se aleje de la producción y consumo de bienes no básicos para pocos y se concentre en
la producción orientada a la satisfacción de necesidades básicas para todos. Pugnar por la inclusión de los costos sociales y ambientales en los precios de todos los bienes y
servicios.

4. Reducción

Participar activamente en el uso racional de recursos' tales como la energía, el agua y los químicos tóxicos, peligrosos o radiactivos. Muchos de nosotros tenemos la capacidad, en
mayor o menor medida, de reducir nuestros consumos cotidianos de energía, de agua y de productos nocivos a la salud y al medio ambiente. Especialmente en las sociedades
urbanas, en las que debemos pugnar por un uso eficiente y equitativo del transporte, de los servicios de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales, y por un
rechazo colectivo de productos nocivos y prohibidos en los países industrializados.

5. Reutilización y reciclaje

,_ Una gran cantidad de productos que consumimos diariamente son factibles de ser reutilizados o reciclados. El vidrio, el cartón y el papel son ejemplos. La separación de residuos debería ser hábito cotidiano, y deberían exigirse servicios de recolección. Se trata de llevar la producción a ciclos cerrados y utilizar los productos a un grado máximo y con un mínimo de repercusión en el ambiente. El consumidor tiene el derecho de no comprar envases sino productos.

Debemos prepararnos para una sociedad que aún no existe. Como dice Leonardo Boff: "Debemos liberarnos de esa prisión expresada a través de una pauta de
comportamiento que nos pone en contra del sentido solidario del universo y nos coloca por encima de las cosas, dominándolas".

El ciudadano planetario debe ser educado en la esperanza que significa desarrollar la capacidad para construir una visión e imaginar la utopía que supone un orden nuevo, una sociedad diferente en la que se haga posible la afirmación, la liberación y la recreación del ser. La esperanza cumple una función movilizadora y liberadora de la historia para darle poder al individuo, para invitarlo a tener control de sus propios procesos y aumentar su capacidad de decisión y sus preferencias a partir de una rica vida interior que procede del valor de ser y no del valor de tener. .

Es optar por vivir bajo principios filosóficos distintos.

Alicia Bárcenas

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