El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 19 de diciembre de 2010

IGLESIA VIVA

La diferente calidad de los proyectos humanos: construir con piedra o con paja.

Sin embargo, siguiendo el modo de pensar de Pablo, los proyectos humanos no tienen todos el mismo valor. Existe un juicio humano sobre ellos que hoy día se pasa contemporáneamente a través de sondeos de opinión pública realizados con : mayor o menor agudeza y precisión técnica y que nos dan la fotografía de ese juicio en un momento dado de la historia misma de los proyectos. Existe otro juicio sobre los proyectos humanos que elaboran historiadores de ambos géneros, bien en forma de historia inmediata o de historia después de años, décadas o incluso siglos, y que conduce a una interpretación de la historia confluyente o divergente. Teológicamente existe también el juicio de Dios. Así como el acompañamiento de Dios a los proyectos humanos ha sido discreto pero eficaz, el juicio de Dios tampoco será exterior a los mismos proyectos y según criterios ajenos a ellos, sino que será un juicio sobre el grado de humanidad de estos proyectos. Pablo lo expresa así:

Según el don que Dios me ha dado, como arquitecto experto puse el cimiento; otro sigue construyendo, Que cada uno se fije en cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, que es Jesucristo. Sobre ese cimiento uno coloca oro, otro plata, piedras preciosas, madera, hierba, paja. La obra de cada uno quedará patente, pues el día aquel la mostrará: aparecerá con fuego, y el fuego comprobará la calidad de la obra de cada uno.la obra que construyó resiste, recibirá su salario. Si la obra se quema, será castigado, aunque se salvará como quien escapa del fuego. (1 Cor 3, 10-15)

Pablo, evidentemente, habla en primer lugar del proyecto cristiano de la evangelización- “¡Ay de mí si no anuncio la buena noticia!" (l Cor 9, 16 ) -. Está hablando a personas cristianas y por eso, al comparar ese proyecto a la construcción de un edificio, se compara a sí mismo con un arquitecto experto que puso el cimiento, que en este caso es Jesucristo mismo. Piensa en el crecimiento de ese edificio cristiano que cada persona que fue evangelizada por él, tiene que seguir construyendo. Nadie puede cambiar de cimiento, La cuestión está en cómo se sigue construyendo el proyecto de ser cristiano. Y ahí es donde diferencia la calidad del edificio que se va construyendo: unos construyen con solidez y belleza la vida cristiana y otros la construyen con fragilidad y fealdad. Pero el proyecto sólo se acaba con la muerte y es en "el día aquel", cuando de la inmanencia de la vida y la historia humana hayamos pasado a la trascendencia de la eternidad, donde ese mismo paso, trascendental por final, mostrará la calidad de la obra que hemos construido. La metáfora del fuego puede ser aplicada al Espíritu de Dios, el mismo Espíritu que dio pasión y valiente franqueza (parresía) al anuncio que los apóstoles hicieron (Hch 2, 3) de la Resurrección de Jesús de Nazaret, asesinado en el brutal castigo de la crucifixión por los dirigentes de Israel y del imperio romano: 'a Jesús de Nazaret. .. a este"…ustedes lo crucificaron ... y dieron muerte.,. A este Jesús lo resucitó Dios" (Hch 22-23.32). En ese Espíritu se construye la vicia cristiana, en ese "Espíritu de hijos que nos permite clamar Abba, Padre, [Ese] Espíritu atestigua a nuestro espíritu que somos hijos de Dios, Si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios, coherederos con Cristo ... " (Rom 8, 15b-16). Vuelve a resonar aquí el tema de la herencia que veíamos a propósito de Abrahán, sólo que ya desde la fe en Jesucristo. Pues bien, es evidente que Pablo no habla sólo del proyecto de la evangelización, del que él es protagonista, y del de la maduración de la vida cristiana del ue fueron protagonistas quienes en las comunidades que luego fueron Iglesias (I Cor l, 2) crecieron en la vida cristiana. El .contexto nos dice que Pablo está hablando también de cualquier proyecto humano, privado o público, familiar, profesional, social o político, porque para Pablo, él mismo y los demás evangelizadores, pero además todo el mundo es la herencia cristiana como lo fue herencia de Abrahán: 'Todo es de ustedes, Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida y la muerte, el presente y el futuro. Todo es de ustedes .. ". Naturalmente, en el ambiente cristiano en el que está hablando, Pablo continúa: “ustedes son del Mesías y el Mesías es de Dios” (1 Cor 3, 21b-22). La vida y la historia, la vida privada y la participación en lo público, todos los proyectos humanos tienen un valor profundo totalmente real.

Esta explicación es, a mi juicio, más verosímil exegéticamente que la que en alguna tradición de la Iglesia ha aplicado este fuego del que habla Pablo al fuego del purgatorio, como crisol de vidas cristianas después de la muerte. Pues la vida y la historia en sentido cristiano terminan con la muerte, y después de la muerte no hay ya vida temporal evolutiva ni historia que se desarrolla, aunque se trate de una historia de purificación o purgativa, sino solo la luz del Espíritu de Dios que hace brillar con transparencia innegable en la trascendencia, en la vida eterna, la calidad de la vida ya vivida y de la historia ya edificada de mujeres y hombres, de las hijas y los hijos de Dios.

La esperanza y el compromiso humano con la historia, por tanto, se enlazan y vinculan estrechamente. No es fácil su discernimiento ni es siempre el mismo el estado de ánimo con que la esperanza afronta la vida y la historia. Existen, en esta esperanza fraterna y sororal, que se compromete solidariamente con la hermandad solidaria, con la libertad en la justicia, con la igual dignidad de las personas y con la creación de posibilidades para ellas, altos y bajos, grandes logros y grandes fracasos, épocas de mayor aproximación y otras de mayor alejamiento, porque la naturaleza y la historia, la humanidad y su vida privada y pública, están orientadas a la unificación, al bien, a la verdad y a la belleza, y sin embargo están también acosadas desde dentro por la fragmentación hostil, por el mal, por la mentira y la fealdad, en una palabra por “un misterio de iniquidad…, un poder seductor que… haga creer en la mentira”(2 Tes 27.11). Pero en general, para Pablo y para su síntesis maduramente humana, todo ello, “los sufrimientos del tiempo presente” (Rom 8, 18), la mujer y el hombre nuevos, la humanidad nueva, la creación rescatada, el retiro en proceso que al final Jesucristo entregará al Padre (1 Cor 15, 24), todo, es como una gestación que termina en los dolores de parto y en el dar a luz. Pablo, con audacia, afirma que la maduración de la libertad de las hijas y los hijos de Dios va a llevar un largo proceso de dolores de parto, y lo expresa así:

La creación aguarda expectante a que se revelen los hijos de Dios. La humanidad fue sometida al fracaso, no de grado, sino por imposición de otro; pero con la esperanza de que esa humanidad se emanciparía de la esclavitud de la corrupción para obtener la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Sabemos que hasta ahora la creación entera está gimiendo con dolores de parto. Y no solo ella; también nosotros que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos por dentro aguardando la condición filial, el rescate de nuestro cuerpo. Con es esperanza nos han salvado. (Rom 8, 19-24a)

Otras tradiciones neotestamentarias no paulinas, como la mateana, de estilo tal vez menos profético y más sapiencial, hablan de la casa construida sobre roca, que resiste los vientos y huracanados, las tormentas y los sismos. Mateo habla de que a esta casa sólida construida sobre roca por un hombre prudente se parecen quienes “escuchan estas palabras [de Jesús] y las ponen en práctica” (Mt 7, 24-25). Una vez más los proyectos humanos, y sobre todo “la búsqueda de la justicia del reino” (Mt 6, 33), dan a la vida humana y a la historia una oportunidad de solidez y maduración, que tienen como centro la confianza que desecha los ídolos de la riqueza (Mt 6, 19-32) y la construcción de la hermandad humana por la reconciliación (MT 5, 23-24).

GLESIA VIVA: Sección ecuménica de EL CORREO, con selección de textos de cristianos comprometidos con el Evangelio, y por ello con la esperanza, la justicia y la libertad.

El texto de hoy es tomado con la autorización de su autor del libro “NO SEA ASÍ ENTRE USTEDES: ensayo sobre política y esperanza”, de Juan Hernández Pico, S.J. UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 2010.

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