El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 2 de julio de 2012


¡Vaya diferencias!
Hugo J. Vélez Astacio
hugoveleza@yahoo.com
En un escrito sobre Simón Bolívar como modelo revolucionario, un escrito de hace aproximadamente 10 años, don Manuel Aragón Buitrago,  a propósito de la gallarda vida del libertador, que lo empeñó todo, en búsqueda de la independencia y la libertad de su patria Venezuela, de Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, termina preguntando: ¿Qué parecido enfrenta usted lector entre el Libertador Bolívar y los “libertadores sandinistas”?
Para ese entonces el Orteguismo se frotaba las manos ante el zarpazo a la gobernabilidad de la nación, por el recién pacto realizado con Arnoldo Alemán.  ¡Ay don Manuel! ¡Salve a los nicaragüenses y a Nicaragua del Orteguismo de ahora!
Valorar los parecidos nunca ha cabido, sino hablar de sus diferencias, es lo más sensato.
Simón Bolívar se entregó por entero a la lucha libertadora, a su lucha por la independencia de su gran patria, del coloniaje español. De ahí que su figura es incomparable dentro de la historia hispanoamericana. Con gran fortuna por herencia no dudó invertirla y ponerla a la orden de la causa de su lucha independentista. Culto, había leído a los pensadores, como Voltaire, Rousseau, Locke, y Montesquieu y en sus relaciones y viajes conoció al emperador Napoleón Bonaparte y al padre de la geografía moderna universal Alejandro de Humboldt. 
En su empeño, su carácter fue firme e intransigente, y con miras a ver la luz de la libertad, terco afirmó: “¡Si la naturaleza se opone a nuestra lucha por la independencia, en contra de la naturaleza lucharemos y haremos que nos obedezca!” A más de 150 años, la historia confirma que fue consecuente como hombre de acción y pensamiento. Ese era en gran manera el gran Bolívar, el mismo al que Rubén Darío le cantó en su oda, cuando apenas aún tenía 15 años, todavía no 16:”¡Salve al cóndor andino/que al Chimborazo arrebató su llama!/¡Salve al genio divino/que clamó al torbellino/en medio del hervor del Tequendama!”.
Después de una intensa y larga campaña militar que duró muchos años, y que incluyó celebres victorias como la de Boyacá y la de Carabobo en la derrota definitiva al conde de Cartagena general Pablo Morillo, y la de Ayacucho ganada por el general Antonio José de Sucre, con la que concluye la presencia y el dominio colonial de España en el continente, el libertador en actitud de gran modestia, renuncia a los poderes militares concedidos y a las recompensas ofrecidas, muy claro “que las armas dan la independencia, pero que las leyes darán la libertad” de ahí su concepción del mantenimiento de un estado de derecho a fines de garantizar el progreso de las naciones, pero siempre y cuando los “legisladores actúen bajo una escuela de moral”. Bolívar como hombre de pensamiento con ideal republicano afirmó: Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos." Aborrecedor de los tiranos y dictadores, de esos caudillos que acumulan el poder manipulando las necesidades de los más desposeídos, indicó que “país de esclavos es aquel en donde uno solo ejerce todos los poderes”, mismos, que son  energúmenos dictadores y violadores de las leyes en que solo les interesa “mantener al pueblo en la ignorancia como instrumento ciego de su propia destrucción al ser la esclavitud hija de las tinieblas”.
Al conocer y tomar conciencia del legado del libertador Bolívar, volviendo a ver al caudillo populista y dictador del orteguismo, centralizador del poder como presidente inconstitucional, responsable caprichoso y culpable de la falta de institucionalidad y democracia, vemos un mundo sustancial de diferencia. Sin embargo vilmente se manipula la miseria y la pobreza que abunda en nuestro país. Se abusa de la cooperación bolivariana en búsqueda de la creación una casta familiar económicamente portentosa muy superior a la que Somoza fue en el pasado reciente. ¡Vaya revolución del orteguismo!

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