La historia de la
humanidad
es la historia de la
libertad humana.
(Benedetto Croce)
Por Hugo J. Vélez Astacio
Quien estas líneas traza nació bajo el manto y el
terror impuesto de una dinastía, hoy después de más de medio siglo, continuo
sufriendo las acciones de un tirano. Ayer la vida de los ciudadanos fue de una
permanente zozobra ante el inminente
peligro de la muerte, por la barbarie y las atrocidades de los miembros de la
dinastía. Hombres dignos y valientes vivieron “Noches de terror”.
Hoy, las circunstancias han evolucionado el sistema de
terror y la magnitud de los desmanes lo ha fortalecido. Las acciones y
arbitrariedades son acompañados de la arrogancia y el cinismo; el tirano de
turno se ha encargado mediante un pacto acumular poder para que prevalezca no
tener derecho a una vida en libertad y con justicia.
Nuestro país que es el segundo más pobre de América
Latina, y se caracteriza por vivir en permanente desgracia. El hambre y la
miseria abundan por doquier. La angustia deambula y el pueblo humilde sufre.
Pero el tirano poderoso que de manera
desenfrenada y escandalosamente cada día acumula mas y mas riqueza para la
familia en el poder, hace negocios oscuros con el dinero del presupuesto de la república
y con los fondos provenientes de la “ayuda
fraterna” de su compadre venezolano,
no se cansa de repetir que él, gobierna para los pobres y los menos desposeídos.
¡Qué cinismo!
Mientras, hombres humildes, honestos luchadores
amantes del trabajo viven en permanente angustia por la falta de
oportunidades de trabajo y la incapacidad económica para adquirir un techo
digno para vivir lejos de la insalubridad reinante ante la falta de inversiones
que mejoren la salud pública. Gente humilde y hombres probos sin posibilidades
de optar a una justicia con ecuanimidad, porque los magistrados y jueces
encargados de administrarla están
partidarizados, y responden únicamente a los intereses mezquinos del tirano en
el poder. Así es hoy Nicaragua, así es hoy mi país.
¡Qué desgracia! ¡Qué horror!
¿Y la libertad? ¿Qué se entiende y que comprende ese Derecho?
¿Tenemos libertad en este sistema de gobierno? ¿A qué libertades nos referimos?
¿Después de nuestra independencia, hemos resuelto el problema de la libertad?
¿La democracia promueve la libertad? ¿Cuál es la actitud de los tiranos y
dictadores ante el derecho de la libertad? ¿El sistema totalitario respeta la libertad
política? ¿Qué se entiende, que garantiza y como se ejerce la libertad
política? No cabe duda que existen muchas interrogantes sobre un aspecto toral
en el prevalecimiento de un sistema político.
En el ámbito integral del hombre, ante las necesidades
esenciales de la naturaleza humana, el proceso histórico hacia la convivencia
en un estado o sistema que satisfaga a cabalidad sus actuaciones y sus
relaciones, ha estado centrado siempre en el ejercicio y el respeto de su
libertad. La evolución de los estados o sistemas de gobierno ha llevado
implícito una fundamental atención a garantizar las diversas actividades en
plena libertad. Y es que la libertad, es
un derecho inherente al hombre, donde su vivir solo tiene razón de ser, en la
medida de su libertad.
Antes de continuar, es necesario establecer, que por
encima de aceptar que el estado en libertad, conlleva las oportunidades de
desarrollar a plenitud la personalidad del hombre, la libertad es un derecho
por naturaleza y fundamento esencial del hombre desde su nacimiento.
Sin libertad el hombre pierde su esencia, y tanto su vida como sus actividades
se ven cubiertas de una incertidumbre que oscurecen su destino. El hombre
pierde su esperanza.
He de manifestar que ha sido leyendo los escritos del
escritor amigo Flavio Rivera Montealegre de su libro a editarse, que trata del
desarrollo histórico del Liberalismo en América Latina, aparecidos en revista
“Temas Nicas” en la que muestra con rigor investigativo y responsabilidad
fehaciente, por un lado los distintos aportes progresistas al pensamiento del
liberalismo por personajes y gobiernos hacia el respeto de la libertad y el
progreso, y por otro las actuaciones nefastas de las figuras dictatoriales y
tiranos que la han atrasado creando problemas y complicaciones al ejercicio de
la libertad, es la lectura que dio lugar a una serie de inquietudes y
reflexiones, motivado en gran manera al
hecho de preguntarme: ¿Que tanto ha sido nuestra responsabilidad y nuestra
actitud para crear conciencia en nuestros lectores, del daño provocado por los
tiranos que coartan, violentan, limitan y cercenan nuestro elemental derecho a
la libertad? ¿Hasta dónde nuestra responsabilidad si no aclaramos nuestra
realidad y nos pronunciamos de lo valioso de la praxis del derecho a la
libertad, ante el ejercicio cotidiano de los actos malignos y dolosos de los
tiranos a fines de mantener a la ciudadanía en el ostracismo y la pobreza?.
Rivera Montealegre, nos recuerda al pensador alemán,
Ludwig von Mises en relación al liberalismo: “es una cultura, un estilo de vida en plena libertad para que el hombre
alcance el máximo desarrollo intelectual para ponerlo al servicio de la
sociedad y alcanzar junto con ella el máximo de felicidad”, y siendo mi deseo la felicidad de los
nicaragüenses, continuo, afirmo y comparto diciendo que cuando se pretende
cercenar la libertad, aunque con dificultades, ésta prevalece y lo único que se
logra es identificar al opresor. De ahí la razón válida de hablar de libertad
cuando el tirano actúa, porque, cuando se vulnera ese derecho, es cuando se
toma conciencia. La conciencia se aviva
cuando se actúa en contra de la libertad.
En los gobiernos del sistema comunista hasta hace poco
conocidos como del campo socialistas, y por vergüenza política ante el desastre
ideológico y el derrumbe económico de sus gobiernos, primero por aborrecimiento
de las personas y ciudadanos y segundo por la incapacidad manifiesta de poder
lograr desarrollo, progreso y riqueza, ahora de manera tímida se denominan “gobiernos
de Izquierda”, y en estos, el derecho de libertad es antítesis fundamental a
sus forma de gobierno. Y es que la
naturaleza política de su sistema de gobierno, es la ideología Marxista
Leninista que es lo mismo decir que son de un sistema de gobierno totalitario.
En estos tipos de gobiernos, su funcionamiento
administrativo se caracteriza por la arbitrariedad de quienes detentan el
poder; la centralización del poder responde a los intereses mezquinos del
tirano o dictador, quienes de por si son inescrupulosos y obsesivos.; la falta
de garantía y de respeto a los derechos fundamentales de sus ciudadanos, se
expresa en la ausencia de un Estado de Derecho.
En los llamados gobiernos de izquierda, los
funcionarios responden a los caprichos e intereses del tirano, menospreciando
la subordinación a las leyes y a la Constitución. La arbitrariedad y el abuso
le son comunes.
El tirano y dictador concentra el poder y se envicia
son una sed insaciable. “El poder
corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente” (Lord Acton) ¿Pero
cómo se explica, después de tan estrepitosa caída del campo socialista, el
resurgimiento en América Latina, de los gobiernos de corte izquierdistas, unos
denominados pomposamente Socialismo del siglo XXI bajo el caudillismo del
Coronel Hugo Chávez, y algunos llamados
Democráticos Socialistas (como el de Ortega y Correa) ?
Si bien la historia ha demostrado que el sistema democrático
es el que proporciona las mayores oportunidades para desarrollar una vida plena
en libertad; con posibilidades de progreso y desarrollo; con respeto a los
derechos de las personas y ciudadanos, la misma tiene debilidades que permiten a
caudillos y tiranos ejercer gobiernos que atentan contra su naturaleza. Y eso es lo
que ha permitido que caudillos con discursos populistas asciendan a la primera
magistratura, y con el poder propio que este proporciona manipular el destino
de los pueblos y gobernados.
Sin embargo, es importante recordar lo afirmado por el
filosofo, escritor y visionario Austriaco Friedrich A. Hayek cuando afirmo, que: “La realización del programa socialista significa la destrucción de la
libertad. El socialismo democrático, la gran utopía de las últimas generaciones, es, sencillamente,
irrealizable”. De tal manera, que la vida gubernamental de esos mal
gobiernos escrito está, que serán pasajeros. Aunque se manifiestan poderosos y
exaltados por los “vivas” del momento, más temprano que tarde, caerán y así
continuar por el sendero de la democracia.
Pero, ¿Por qué los tiranos de gobiernos totalitarios
son enemigos acérrimos del sistema democrático? En principio porque en Democracia se garantiza la Libertad, y
esta no le es afín.
En democracia se evita la concentración del poder, -que
tanto gusta a los tiranos-, mediante el funcionamiento del Estado de Derecho
e independencia y separación de los
poderes (Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral). Bien lo afirma el
escritor y filosofo doctor Alejandro Serrano Caldera, en su artículo “Razón y naturaleza de la democracia”, al
indicar, que es: “con el propósito
principal de evitar la concentración de poder del que derivan siempre, la
dictadura y despotismo”. De ahí su conclusión, que “solo integrando Estado de Derecho con justicia y equidad social
podremos constituir y disfrutar de una verdadera democracia, pues esta
integración es, así lo creo, su verdadera razón y naturaleza”. Nicaragua es
un país de maravillas.
En Nicaragua estamos construyendo una democracia a
partir del triunfo de doña Violeta en el 90 del siglo pasado, la misma avanza
lentamente, aunque en por ahora este estancado, ante la elección
inconstitucional y el daño que institucionalmente el orteguismo le provocan.
Nicaragua es un país de maravillas. Aunque trillado,
repetimos aquí: El corcho se hunde y el
plomo flota. Aquí hemos visto como un boxeador convertido en bolseador electoral, por designio del orteguismo,
muy a pesar de no contar con la mayoría, lo nombran Alcalde de la capital. ¡Qué
jodarria! ¿Y qué ha sucedido con el respeto a nuestros derechos de elegir
conforme a la voluntad ciudadana? ¿Y la libertad política de elegir por mayoría
de acuerdo a la voluntad de los ciudadanos? ¿Pero en qué consiste la libertad
política?
La libertad es un punto de partida de toda una amplia
actividad práctica, en donde hay más que conquistar que conservar. Ahí es el
momento de luchar. Derecho que no se defiende, derecho que se pierde.
La libertad política no resuelve por si misma los
problemas, ésta únicamente ayuda a formar a los hombres de manera responsables,
para desarrollar en ellos el sentido del interés público y dotarles de las
herramientas para ejercer y defender sus derechos civiles; para comprender,
actuar y vivir ejerciendo nuestros derechos de manera civilista con visión de
nación y cumpliendo nuestros deberes. Por desgracia es parte de la realidad,
que abundan casos en donde la necesidad hace al hombre someterse con el fin de
asegurar un sustento o un puesto de trabajo, eso significa estar avasallado;
pero ceder el derecho a la libertad política por miedo a la represión, es vivir esclavo del miedo.
De nosotros depende nuestra libertad. ¡Oh libertad! ¡Mi
libertad!
*1) = Estatua de
bronce “El Genio de la Libertad”, de
Augustin Dumont, descansa sobre la
Columna Juillet en la Plaza de la Bastilla
(Paris, Francia).
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