El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 1 de julio de 2012

Crueles destinos


Augusto Cesar Zelaya R.

En la tumba del dictador:
 “Aquí yace más podrido y olvidado que nunca,
el que en vida fuera más que odiado y podrido”.

               
Y es que todos los dictadores en vida hieden, pero más con su muerte porque sale a flote lo que fueron, reveladas y contadas al viento sus iniquidades y desastres.
Soñé que aquella trágica noche al dictador lo tiraban de su estatua y caía del pedestal su inmenso cuerpo destrozado, regresando al polvo que lo creó, su cenicienta y polvosa cabeza por un lado y su cuerpo cagado de palomas fragmentado por el otro.
La multitud se agolpaba hasta llegar al agujero de la cloaca oscura y hedionda que lo había acogido en su huída desesperada y vi como el grupo más osado de ellos  lo sacaban con una gruesa soga al cuello para ser halado por un grupo de blanquecinos caballos, terminando su cuerpo descuartizado sobre la arena manchada de sangre, hasta dejarlo convertido en una piltrafa, en una nada, después de haber sido tanto.
Luego, uno a uno le despojaban los hilos de su cabello mencionando también uno a uno los nombres de los hombres que éste había asesinado y vi que cabellos en esta cuenta le faltaban. Los restos quedaron para dar paso a las feroces hormigas que devoraban sus ojos hasta dejar sus cuencas vacías, los gusanos entraban por sus fosas nasales, por su boca y por todos los orificios de sus mucosidades ensangrentadas y devoraban lo que de él quedaba en su interior, para luego dejar en un abrir y cerrar de ojos sus blanquecinos huesos esparcidos al aire en una aterradora noche, la que lucía grisácea y trágica. Poco a poco está se extinguió para dar paso a una luz brillante y fulgurante, en la que el sol alumbraba para todos.
Desperté sobresaltado, sudoroso e impresionado ante tal visión dantesca y  fantasmal y pensé que nunca desearía ser dictador y que si en mi camino encontrara uno, tendría que relatarle lo soñado, para que el sabiendo su destino lo pudiera cambiar con el paso del tiempo y al pueblo entregara todo lo robado, porque es preferible ser recordado como un buen gobernante y no como el dictador supremo, que pudiendo cambiar el destino de un pueblo, con su infortunio también lo sepulta.
Lamentablemente los tiranos a nadie oyen, a nadie escuchan y caen presas de su mismo ego y prepotencia, porque olvidaron ser hombres y se creyeron dioses, porque olvidaron lo más sagrado, que todo pueblo merece respeto, que todo pueblo tiene derecho a su libertad y que todo pueblo se labra su propio futuro, que la justicia tarda, pero un día de tantos cansada de tanta opresión, despierta y convertida en ese gigante, al que un día se creyó el más grande lo convierten en la más pequeña rata. Despierten tiranos, nunca es tarde para honrar a un pueblo!!!

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