21 JULIO 2012
La comunidad científica se muestra optimista ante el enorme reto de conseguir una cura radical contra el VIH/Sida, según se recoge en la llamada “Estrategia científica global hacia una cura delVIH“, presentada este viernes como adelanto de la XIX Conferencia Internacional sobre el SIDA, que comienza este domingo en Washington.
La nueva estrategia propone siete áreas prioritarias de investigación que, según sus impulsores, permitirán desarrollar nuevos tratamientos que curen esta infección que actualmente causa dos millones de muertes al año.
“Esta estrategia es el resultado de un esfuerzo colaborativo, que elaboró una hoja de ruta que permitirá el avance de la investigación en busca de una cura para el VIH”, declaró la doctora Françoise Barré-Sinoussi, codescubridora junto con Luc Montaigner del virus del sida y presidenta electa de la Sociedad Internacional de Sida (IAS, según sus siglas en inglés).
La estrategia, cuya propuesta publica hoy la edición online de la revista Nature Reviews Immunology, se basa en descubrimientos recientes que han arrojado luz sobre los mecanismos que permiten al virus del sida sobrevivir al ataque de los medicamentos antirretrovirales. “No hemos tenido hasta hace muy poco una visión clara de por qué el VIH persiste a pesar del tratamiento”, comentó el doctor Steven Deeks, investigador de la Universidad de California en San Francisco y codirector del grupo de 34 expertos que desarrolló la estrategia.
“La ciencia nos ha estado diciendo que ahora lograr una cura para el VIH es una posibilidad real -agregó Barré-Sinoussi, investigadora del Instituto Pasteur, de París-. Este es el momento adecuado para tomar esa oportunidad y tratar de desarrollar una cura para el VIH; nos arrepentiríamos de no haberlo intentado.”
A más de tres décadas de la primera notificación de un caso de sida, ya son 33 los millones de personas en todo el mundo que viven con el VIH; dos millones de ellas en América latina, y en la Argentina, 130.000. Cada año se infectan otros 2,7 millones de personas.
Prueba de concepto
“Por primera vez existe una prueba de concepto, como la llaman los científicos, para una cura efectiva”, afirma un comunicado de prensa de la IAS. Esa prueba de concepto se llama Timothy Brown -popularmente conocido como “el paciente de Berlín”-, que tras recibir un trasplante de médula ósea en 2007 es considerado el primer paciente con VIH en haber sido curado y cuyo caso sugiere que es posible curar la infección.
Su cura fue posible debido a que el trasplante de médula ósea provino de una persona cuyas células carecen de los genes del receptor CCR5, receptor que es la puerta de entrada del virus en la célula. Si bien un tratamiento como el que recibió el paciente de Berlín no es factible para ser implementado a gran escala -y conlleva además importantes riesgos-, puso a los científicos sobre una valiosa pista por seguir.
Otras igualmente útiles piezas del rompecabezas emergen del estudio de los llamados “controladores de elite”: personas que a pesar de haber tenido contacto con el virus, no se infectaron. O, como proponen los científicos, personas cuyos organismos fueron capaces de controlar por sí mismos la infección.
Por último, otro grupo de estudio que también lleva a los científicos a pensar que una cura para el VIH es posible está integrado por un grupo de pacientes franceses que comenzaron el tratamiento en forma muy precoz y que luego fueron capaces de dejar el tratamiento sin por ello haber sufrido un efecto rebote de su carga viral.
Basados en este nuevo cúmulo de alentadoras evidencias, los expertos que elaboraron la nueva estrategia científica propusieron cuáles son los huecos de conocimiento que deberá llenar la investigación. De cumplirse las metas, son al menos cinco los posibles tratamientos que -sumados y en combinación con las terapias antirretrovirales actuales- permitirían erradicar al virus de los reservorios del organismo en los que se atrinchera.
Estos son la terapia génica; los tratamientos de optimización e intensificación que apuntan a eliminar la replicación viral; la reversión de la latencia del VIH que lleve a la replicación de los virus latentes; las terapias inmunológicas que reviertan las señales que llevan a la latencia del VIH, y las vacunas terapéuticas que mejoren la respuesta del huésped.
“Una cura traerá nuevas esperanzas a las personas que viven con el VIH y podría terminar con el ciclo de estigma y discriminación”, declaró Michel Sidibé, director de Onusida, el programa de las Naciones Unidas contra el Sida
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