El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 9 de agosto de 2010

MUERE TONY JUDT

Santos Juliá, Tony Judt, J. L. Peñafuerte, Diego Galán y la memoria

Hace poco Santos Juliá recomendó durante una entrevista de I. Gabilondo en CNN+ el libro Postguerra de Tony Judt, e hizo una lectura interesada del epílogo del mismo. Judt habla de las dificultades que ha tenido Europa para gestionar su memoria, especialmente en relación con el Holocausto: el caso alemán con su tardía pero firme mea culpa, el caso francés con la persistente ocultación de su intensa colaboración, el caso polaco con la negación de la complicidad católica...Y también habla de pasada del caso español, pero menos, porque aquí el papel de los judíos lo ocupan los oponentes políticos republicanos. Pues bien, Santos Juliá utilizó este libro, entre otros argumentos- para hacer un canto de la Transición española y la necesidad de mirar adelante y no enfangarse en el pasado -tesis que volvió a repetir en un artículo de prensa el domingo pasado en El País. Pero en el epílogo de Postguerra de T. Judt se dice claramente: "Para poder comenzar a olvidar, una nación debe primero haber recordado. Hasta que los franceses comprendiron Vichy tal como era -y no como habían elgido recordarlo- no pudieron dejarlo de lado y seguir adelante. Lo mismo puede decirse de los polacos, en cuanto al enrevesado recurdo de los judíos que en su día vivieron junto a ellos. Lo mismo podrá decirse de España, que durante veinte años desués de su transición a la democracia corrió tácitamente un velo sobre la dolorosa memoria de la Guerra Civil. Hasta ahora no se había comenzado a debatir públicamente la guerra y su resultado".

Curiosamente es el cine, el cine documental principalmente, uno de los medios que más está haciendo por recuperar la memoria negada a los españoles. Con títulos como Los caminos de la memoria (J. L. Peñafuerte, 2009) queda patente la importancia del cine para superar la amnesia colectiva -como reconoce Diego Galán en el artículo Memoria caliente.

Publicado por Luis Gómez Gallego en 5/02/2010 09:25:00 PM


Fallece en Nueva York historiador británico Tony Judt a los 62 años


Washington, 7 ago (EFE)- El historiador británico Tony Judt, considerado como uno de los grandes escritores políticos de la era después de la Segunda Guerra Mundial, falleció el viernes a los 62 años, informó hoy la Universidad de Nueva York (NYU), donde impartía clases desde 1987.

Judt falleció el viernes de complicaciones de salud por el mal de Lou Gehrig, en su casa en Manhattan (Nueva York), informó la universidad, sin ofrecer más detalles.


El autor, que impartió cursos en la universitaria neoyorquina desde 1987, se destacó principalmente por sus ensayos críticos sobre la política exterior de EE.UU., el Estado de Israel y el futuro del continente europeo.

Fundador del Instituto Remarque para Estudios Europeos, Judt llevaba dos años padeciendo los estragos del mal de Lou Gehrig, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso, y de hecho dedicó algunos de sus escritos a una reflexión sobre esta enfermedad.

Pese a su estado cuadraplégico por el mal de Lou Gehrig, diagnosticado en septiembre de 2008, Judt continuó escribiendo con el mismo rigor de siempre y sin ningún asomo de estar perdiendo sus facultades mentales.

Su libro más reciente, "Ill Fares the Land", que recogía algunos de sus artículos publicados en el New York Review of Books, cantaba las virtudes de la social democracia, una vertiente política que moldeó a muchos líderes europeos que, como Judt, crecieron en la época de la posguerra.

Su carrera alcanzó la cima del éxito con la publicación, en 2005, de libro "Posguerra: una historia de Europa desde 1945", en el que relata cómo un continente dividido y en ruinas logró convertirse en una región de paz y prosperidad en el mundo.

Antes de desembarcar en NYU, Judt también impartió clases en Cambridge, la Universidad de California en Berkley y la Universidad de Oxford.

En diciembre de 2008 Judt ganó el Premio del Libro Europeo por la misma obra, que narra la compleja historia de Europa desde 1945 hasta la caída del comunismo.

Esa misma obra monumental le valió una candidatura para el premio Pulitzer.

Judt escribió un total de nueve libros, enfocados principalmente en la historia y política de Europa, y contribuía ensayos, reseñas y artículos de opinión en varias publicaciones de prestigio.

Sus ensayos críticos sobre Oriente Medio, sobre todo contra Israel, le valieron detractores y suscitaron polémica.

En 2003, por ejemplo, Judt escribió un ensayo para el New York Review of Books sobre el conflicto entre israelíes y palestinos en el que argumentó que el Estado de Israel se había convertido en un "anacronismo" y abogó también por la creación de un Estado compartido entre árabes e israelíes.

Judt nació en el seno de una familia judía en Inglaterra en 1948 y los principales medios de comunicación estadounidenses elogiaban hoy su obra y figura. EFE mp/ap


Tony Judt, historiador y experto en cuestiones europeas

Su crónica 'Posguerra' es un análisis monumental del continente desde 1945

DAVID ALANDETE 08/08/2010

Lee el relato que escribió en enero de este año Tony Judt para Domingo, en el que relata su experiencia en la enfermedad.

Tony Judt, uno de los historiadores e investigadores de la Europa de finales del siglo XX más respetados en su profesión, falleció este viernes en su residencia de Nueva York, según confirmó la Universidad de Nueva York, para la que trabajaba como profesor. Tenía 62 años y había padecido, durante casi dos años, los devastadores efectos de la enfermedad de Lou Gehrig, o esclerosis lateral amiotrófica.

La noticia en otros webs

Judt nació en el seno de una familia judía de Reino Unido en 1948. En su juventud vivió en un kibutz en Israel. La experiencia en la granja colectiva constituyó una etapa importante de su formación y le marcó como sionista de izquierdas durante algunos años. Llegó a servir como conductor voluntario en la Guerra de los Seis Días que enfrentó a Israel con la coalición de países árabes en 1967.

Aquel fervor sionista de juventud, sin embargo, no le duró mucho. Pronto cambió su izquierdismo con toques radicales por unas posturas más socialdemócratas. Y en sus textos criticó no solo el poder y la prominencia internacional de Estados Unidos, sino el peso de las instituciones judías dentro de la arquitectura política norteamericana.

Su obra más famosa, publicada en 2005, es Posguerra: Una historia de Europa desde 1945, una crónica monumental del continente en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En su análisis, Judt afirma que la cooperación de los países europeos en los 30 años posteriores a la caída de Adolf Hitler da muestra de que el pacifismo y el multilateralismo pueden engendrar una estabilidad y una prosperidad duraderas. Con Posguerra quedó finalista al Premio Pulitzer en 2006.

"América tendría el mayor Ejército y China crearía más productos, y más baratos", escribe en la conclusión del libro. "Pero ni América ni China disponían de un modelo útil que sirviera para la emulación universal. A pesar de los horrores de su reciente pasado, y en gran medida gracias a ellos, eran los europeos los que ahora estaban genuinamente posicionados para ofrecerle al mundo algún modesto consejo sobre cómo evitar repetir los errores del pasado. Pocos lo habrían dicho hace 60 años, pero puede que el siglo XXI pertenezca aún a los europeos".

Era profesor de la Universidad de Nueva York desde 1987. En esa institución ayudó a fundar el Instituto Remarque, donde investigaba y enseñaba historia reciente de Europa. Judt cuenta nueve libros, sobre todo análisis respetados en ese campo. Aparte, colaboraba con la revista New York Review of Books, en la que consagró su cambio de ideas sobre el conflicto árabe-israelí . En un polémico análisis de 2003, proclamó que Israel era un "anacronismo" y pidió la creación de un estado binacional repartido entre árabes y judíos. Uno de sus últimos artículos defendía que las críticas a los actos de fuerza del Ejecutivo de Israel no están motivadas por el antisemitismo y que, además, el abuso de este calificativo es peligroso para la memoria del Holocausto.

En otoño de 2008 se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que provoca una progresiva parálisis de los músculos. Se trata de la misma enfermedad degenerativa que padece el científico Stephen Hawking. Judt estaba paralizado de cuello para abajo. Le costaba tragar, hablar, incluso sujetar la mandíbula. Necesitaba ayuda para prácticamente todo.

A lo largo de sus últimos meses, escribió acerca de su enfermedad y sobre sus impresiones de la vida, lo que supuso un giro a su carrera y la inauguración de una nueva etapa de reflexiones muchos más personales. En cuestión de meses, Tony Judt se convirtió en cuadripléjico, necesitado de un tubo de oxígeno para respirar. Su mente, sin embargo, estaba intacta, y siguió produciendo sus lúcidos análisis sin mella alguna, casi hasta su último día de vida.

Prisionero en su propio cuerpo

El pasado enero EL PAÍS publicó el relato en primera persona del día a día de la enfermedad de Tony Judt. Estos son algunos extractos de su experiencia.

"Padezco un trastorno neuromotor, en mi caso una variante de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA): la enfermedad de Lou Gehrig...".

"Los rasgos distintivos de la ELA —la menos habitual de esta familia de enfermedades neuromusculares— son que no hay pérdida de sensación (lo cual tiene sus ventajas y sus desventajas) y que no hay dolor. Por consiguiente, al contrario que en casi cualquier otra enfermedad grave o mortal, aquí uno tiene la posibilidad de contemplar a sus anchas y con unas incomodidades mínimas el catastrófico avance de su propio deterioro...".

"Es verdad que esta enfermedad tiene una dimensión enriquecedora: gracias a mi imposibilidad de tomar notas o prepararlas, mi memoria —que ya era bastante buena— ha mejorado considerablemente, con la ayuda de técnicas adaptadas del "palacio de la memoria" descrito de forma tan intrigante por Jonathan Spence. Pero es bien sabido que las pequeñas satisfacciones que compensan por algo son pasajeras. No tiene nada de bueno estar encerrado en un traje de hierro, frío e implacable. Los placeres de la agilidad mental están sobrevalorados, como es inevitable —me parece ahora—, por quienes no dependen exclusivamente de ellos. Lo mismo se puede decir, en gran parte, de las palabras de ánimo bienintencionadas que sugieren que encontremos compensaciones no físicas cuando lo físico falla. Es inútil. Una pérdida es una pérdida, y no se gana nada llamándola con un nombre más bonito. Mis noches son interesantes; pero podría vivir muy bien sin ellas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario