El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 26 de agosto de 2010

Me quema la palabra

HUMO BLANCO Y HUMO NEGRO

Luis Rocha

Nuestro blog de EL CORREO siempre será una tribuna de la diversidad de opiniones. Todos los colaboradores son libres de expresarse según sus criterios. Discrepancias y coincidencias, serán plato fuerte de sus lectores, y persuadidos o seducidos tienen la libertad de escoger el de su preferencia. Libertad es la palabra clave, de partida y retorno. Recientemente un querido amigo reaccionaba molesto por los escritos de otro querido amigo, Andrés Pérez Baltodano, a propósito de la “conversión” al danielismo del carismático cura Neguib Kalil Eslaquit, a quien recuerdo haciendo oficiosamente su entrada triunfal desde la parte trasera de su extensa iglesia en su Centro Espiritual de Betania, recorriendo pomposamente el largo pasillo central, saludando y abrazando a diestra y siniestra, hasta llegar a su altar, suma de una estruendosa espiritualidad muy bien musicalizada. Aunque no soy amante de los show-man y a pesar de aquella deliberada coreografía, me parecía un hombre honesto, y si pastores, curas a go go y predicadores protestantes montan hoy en día su espectáculo para reclutar fieles –y si son adinerados mejor para la comunidad-; ¿por qué no también él? ¿Acaso –aunque yo no lo crea- en este país ya es una mayoría la que cree que el fin justifica los medios?

En fin, todo iba bien, hasta que leí, como lo hizo Andrés, sus votos de confianza danielista –para mí más difíciles que los de castidad- refrendados por el nada inocente recibimiento político que en sus dominios les hizo a la pareja real, dando por iniciado el Ciclo Productivo Agrícola, a mi modo de ver de cizañas. Me pareció entonces que aquel altar de Betania se había transfigurado, y que de telón de fondo tenía la misma pintura que está en una de las paredes laterales de la Parroquia de San Rafael del Norte, El Mural Justiciero del pintor austriaco Juan Fuchs, en donde aparece Daniel Ortega tentando a Jesús. Me sentí herido y embaucado, y después consciente de que ambas sensaciones eran culpa mía; herido por sensiblero, y embaucado por incauto, pues resulta que en ésta soledad en que los justos brillan por su ausencia, cuando uno cree encontrar uno, se alegra, y cuando resulta que era gato y no liebre, se siente como que la soledad se duplica. Desde luego que esa no es culpa de Eslaquit: Él es el vivo y yo el pendejo.

Fue en medio de esas encontradas sensaciones que le contesté a mi amigo que los escritos de Andrés me parecían tibios, en comparación con los que creía se merecía el gran actor de Betania. Es verdad que me sentí traicionado, hasta que recapacitando entendí que no existía tal traición de parte de aquel cura que al fin y al cabo lo que había hecho era sincerarse revelándonos su verdadera personalidad. Pequé de exceso de esperanza –algo así como de gula- y de ceguera al no haber visto la farsa que había estado en todo momento frente a mí (“y mi pecado está siempre delante de mí”). Por lo tanto, rectifico: No es que los escritos de Andrés Pérez Baltodano sean tibios, sino que son mesurados y por lo mismo más atinados que mis malos pensamientos, que por muy malos me impidieron la capacidad de discernir bien, haciéndome pecar de palabra, obra y omisión, pero sobre todo de la palabra que me quema.

Atinado es Pérez Baltodano cuando le recuerda a Eslaquit el porqué su moneda tiene una sola cara: “Por un principio ético básico: el bien no justifica el mal. Aún más, el bien deja de ser bien si se usa para justificar la maldad.” Entre mis malos pensamientos persiste el que la monarquía danielista tiene su propia “Conferencia Anti-Episcopal”, con Obandos, Eslaquits y que busca cómo reclutar más adeptos para su Nicaragua cristiana, socialista y solidaria. No es el primer rey en tener su propia iglesia o su propia cofradía de clérigos corruptos. En esos momentos de malos pensamientos recurro a exorcizarlos volviendo a creer en la esperanza. Lo último que se pierde, dicen para consolar a los babosos como yo. Andrés sin embargo lo plantea muy bien: “Pero no desesperemos… el horizonte de la Iglesia Católica Nicaragüense no está completamente cerrado. Dentro de esta institución también laboran hombres y mujeres de bien. De ella pueden surgir voces que pueden contribuir a la modernización de la cultura religiosa de nuestro pueblo. Yo creo escuchar una de estas voces en la Palabra de Monseñor Silvio Báez…Mientras tanto, conviértanse ustedes en la Providencia de Dios.”

Treinta monedas lanzadas al aire caen y todas tienen la misma cara: justificar la maldad. A mis años y por culpa de la historia que tanto se repite, me he vuelto sordo, pero sin embargo últimamente oigo voces y voces proféticas. Precisamente le decía a mi amigo que lo que más me había molestado de Eslaquit, es que se le ocurriera hacer el strip tease que lo mostraba como era y es, haciendo su opción preferencial por los tiranos, cuando en Nicaragua emergía, como un luminoso faro guía, una Conferencia Episcopal comprometida con el evangelio, la auténtica solidaridad, el verdadero cristianismo, la justicia social y con el inmenso valor y espíritu de servicio de que contagia la voz de sus ministros: la palabra de Dios.

Así que no desesperemos. Estamos ya muy próximos al 7 de septiembre cuando la Conferencia Episcopal de Nicaragua se reunirá en Estelí, y si por la víspera se conoce el día, recordemos su anterior Carta Pastoral. Voces valientes ya se han dejado escuchar, desde las sabias y mesuradas de Monseñor Brenes –manso como paloma- hasta muy recientemente las de Monseñor Jorge Solórzano advirtiendo: “Cuidado con reelección, con fraudes, más crisis en instituciones.” Voces respaldadas por la mayoría de un clero a todas luces incorruptible y que hoy más que nunca estará puesto a prueba. Voces, muchísimas, sin nombre que pueda ponerles, o como las del padre Rolando Alvarez llamando a “acabar con el caciquismo”, a la vez que alentando a la oposición a la unidad. Consenso cívico que significa paz, contrario al significado histórico de “reelección”. “Concertados todos a una”, nos dice Lope de Vega en “Fuente Ovejuna”; tema de mi próximo escrito. Ya no es un murmullo el que se escucha, pues Dios no murmura. Prefiero no seguir individualizando esas voces de todos. Voces como claros clarines. Mientras humo negro, que apesta a pasado, se dispersa en el viento desde la “Conferencia Anti-Episcopal” del danielismo, humo blanco de la buena nueva se levanta al cielo desde la Conferencia Episcopal de Nicaragua.

luisrochaurtecho@yahoo.com

“Extremadura”, Masatepe, 26 de agosto de 2010.

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