El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 19 de agosto de 2010

Me quema la palabra

“LAS CABRIOLAS” Y “EL BABOSO”

Luis Rocha

Entre las sorpresas que depara el camino a “Extremadura”, está el que esquina opuesta al usurpado columpio para niños en donde se instalan a beber los “Mojones móviles” de Sergio Ramírez, viven los geniales artífices de incomparables quesos artesanales hechos con 100% leche de cabra. Con los borrachos –mojones de naturaleza tambaleante- Céline (francesa) y Milton (nica) mantienen una generosa política de buena vecindad, que “El Profeta” y compañía agradecen con respeto. No quiero pensar que a Dominique (francesa), la encargada de comercialización, ésta pareja de amigos que viven ahí con sus hijos la hayan hecho queso (que me imagino tendría que haber sido de muy buena calidad), pues no he tenido la oportunidad de conocerla. El centro de operaciones de estos artistas de la elaboración de exquisiteces, está muy cercano al lugar en donde habitan, en la misma comarca de “Los Rincones”. La finca se llama “Las Cabriolas” (Cel: 888-32921) que también es el nombre de sus productos distribuidos en no pocos supermercados y establecimientos especializados en cosas sabrosas, y cuenta con sala de procesamiento de óptimas condiciones higiénicas. Céline es precisamente la especialista de ese procesamiento y Milton en el manejo de las cabras que “se alimentan de pastos variados y de concentrado, beneficiándose a la vez de controles y cuidos veterinarios para producir una leche con las mejores características químicas y bacteriológicas.”

El resultado de ésta confabulación artesanal y artística, son deliciosos quesos sólo comparables con la calidad de sus ancestros: “Le Crottin” y “La Bûche”, ambos pudiéndose saborear frescos, semi secos o secos, empacados en prácticos formatos redondos o alargados. “También podrán disfrutar del sabor del “Queso fresco con Ajo y Hierbas Aromáticas”, sutil combinación, elaborado, como los dos ya mencionados, con la intención de satisfacer los paladares más exigentes.” Lo increíble es que este Paraíso del Queso esté ubicado en “Los Rincones” y que camino a “Extremadura” vivan sus dueños, artesanos de éste cremoso sueño lácteo que de tanta alegría que produce al degustarlo, incita a su consumidor a brincar como una cabra. Cabriolas de sibaritas que dan envidia a los “mojones móviles”, ebrios como porfiados, cogidos de la botella con una mano y del sol con la otra para no caer.

A Cándido Francisco Aguirre Calero, a su manera le interesan los productos lácteos, como fuente secundaria de sobrevivencia, puesto que vive de la venta de deliciosos sorbetes o helados “Eskimo”, que le permite adquirir su fuente primaria; el cristalino guarito del alguna Fuente de Castalia. En un carrito debidamente climatizado, lleva conos, sándwiches de crema y chocolate, paletas y los clásicos y mundialmente inigualables “eskimos”. Le dicen “El Baboso”, y con razón. Acicalado con un inconfundible sombrerito de bailarín de rap, recorre innumerables caminos rurales, atraviesa por charcos, sube y baja, pero no pocas veces aquel recorrido se frustra desde su inicio o finaliza en “El Columpio” de los borrachos que puso ahí don Diego de Silva y Velásquez. Pícaros, lo rodean, le meten conversación, van y vienen con botellitas de donde “Pallinaso”, hasta sostenerse todos abrazados en singular y envidiable camaradería que lucha contra la gravedad. “El Baboso” no pierde el sombrerito, de momento, pero sí la lucidez. El carrito de “eskimos” pasa a descansar a la sombra de unos árboles, mientras su responsable poco a poco se enrojece, pone la mirada fatal, y entra en el sopor de la inconsciencia hasta que Baco se hace cargo definitivamente de su espíritu. Ahora sí, tiene más cara de baboso.

En una ocasión, al despertar “El Baboso”, nadie sabía que había sido del carrito de “eskimos”, hasta que misteriosamente, días después, apareció en Masatepe, desde luego vacío, frente a la propia casa de “El Baboso”. En otra ocasión sus compañeros, no dados a consumir nada lácteo, lo abandonaron a la suerte de su sueño, y se llevaron el carrito repleto de ”eskimos” al “Cuadro” en donde se jugaba un concurridísimo partido de fútbol. Como si en materia de publicidad y comercialización hubieran aprendido de Dominique, hicieron a los presentes irrechazables ofertas de paletas y combos de helados. De ésta historia, sin embargo, se desprende que algunas veces el éxito, el abandono y la solidaridad, se combinan y hasta van de la mano: La venta de “eskimos” fue un éxito. El carrito quedó abandonado en el cuadro. Pero todos aquellos pillos –quizás porque vivimos en una Nicaragua socialista, cristiana y solidaria- regresaron solidariamente a despertar a aquel fauno de su siesta, para con el producto de aquella apoteósica venta invitarlo a seguir bebiendo de aquel guaro de tan innegable lácteo origen. Levitó, que eso no es incorporarse, “El Baboso” desde el suelo de barro húmedo hasta el pico de la botellita. Al día siguiente, cuando una vez más buscaba su carrito, le pregunté: -¿Cómo te llamás?- “Cándido”, me contestó. “Tenías que ser”, pensé.

luisrochaurtecho@yahoo.com

“Extremadura”, Masatepe, 19 de agosto de 2010.

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