¿Quién
mejor que el mártir de las libertades públicas, para inspirarse en la nueva
lucha contra la nueva dictadura? Declaro al maestro de la lucha opositora, al
héroe nacional que regó con su sangre el suelo nicaragüense en busca de la república
perdida, patrono oficial de la lucha contra la dictadura orteguista, dentro de
La Cruzada azul y blanco de Occidente y prometo continuar su rectitud y su
compromiso, denunciando con la verdad, los abusos, atropellos, violaciones a la
Constitución y a las leyes, de parte del titular del poder ejecutivo, Daniel
Ortega Saavedra.
El
grito de, ¡Compatriotas! al iniciar un día más de lucha, volverá a escucharse a
través de las ondas radiales todos los días, de lunes a viernes, a las once de
la mañana en el programa radial, TRIBUNA INDEPENDIENTE y rubricará la jornada
opositora de todos lo9s días, el grito de esperanza, NICARAGUA VOLVERÁ A SER
REPÚBLICA.
Nos
inspiramos en su espíritu de lucha y nos acogemos a su espíritu valiente e
inclaudicable, para llevar a cabo esta misión de redención y de esperanza en
nombre del pueblo de Nicaragua.
Desde
hoy, mi voz pronunciará el Compatriotas del inicio y la Nicaragua volverá a ser
República del final de mis intervenciones radiales. Con eso pretendo, salvando
las grandes diferencias, imitar al gran luchador por la democracia y rendirle
el merecido homenaje de todos los que queremos libertad con justicia y pan.
Además, eso me compromete a seguir adelante hasta que Dios me lo permita y a no
doblegarme ni ante los halagos, ni ante las amenazas.
Le
dedico esta determinación a la Dama de la democracia, Violeta Barrios de
Chamorro, por su enorme aporte a la democratización de Nicaragua y a todos y
cada uno de los hijos del gran líder, los hermanos Chamorro Barrios. Que vean
en mí, no el atrevimiento de querer compararme con el incomparable, sino el
aliento del héroe y la determinación del mártir. Soy consciente que esta
determinación que estoy tomando, me obliga a dar todo de mí a la causa de la
democracia.
Le
pido a Dios y al espíritu de Pedro Joaquín, que me protejan y que me guíen en
la misión emprendida y que me acompañen en la hora de las congojas y del temor.
Pedro Joaquín, elevando su valentía al reconocer su temor, decía: “Cada quien
es dueño de su propio miedo.” El fue dueño de su propio miedo hasta las últimas
consecuencias y yo espero ser dueño de mi propio miedo hasta el fin de este
apostolado.
Jorge
J Cuadra V
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