El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 5 de febrero de 2013

EL RIDICULO


Hacer el ridículo es caer en el escarnio general debido a actitudes que se salen de lo normal. Las posibilidades de hacer el ridículo son infinitas, pero hay unas en que el ridículo nos lleva a lo patético.
Es exactamente lo que estamos haciendo quienes sostienen la recuperación y pronto regreso de Hugo Chávez desde Cuba, para asumir su nuevo período presidencial y los que nos tomamos el tiempo para probar su incapacidad física y mental para cumplir con esa exigencia constitucional.
Hugo Chávez Frías debería haberse presentado el 10 de Enero de 2013 a asumir el cargo de Presidente de Venezuela, que había ganado en las elecciones del 7 de Octubre de 2012. Pero no llegó a la cita constitucional, porque días antes había tenido que partir hacia Cuba para someterse a una operación que su cáncer terminal la demandaba. Desde ese día en que se despidió de sus correligionarios, dejando un mensaje claro de lo que se debía hacer si él faltaba a la cita, el reino de la especulación se apoderó de los que lo rodean para no soltar el poder que a estas horas ya es inconstitucional. “Voten por Maduro,” dijo el hombre fuerte de Venezuela, refiriéndose a las elecciones que el vicepresidente venezolano tenía que convocar si él no se presentaba a asumir el cargo.
Han pasado una gran cantidad de días y Chávez no aparece, pero sus secuaces usan su imagen para gobernar la nación de Simón Bolívar mediante decretos que a nadie le consta que son decretados por el señor Presidente Chávez.
Allí es cuando vemos el ridículo en que caen las naciones en nombre del poder. Maduro y compañía se esmeran en mantener a Chávez con todas sus facultades intactas, pero atado a una cama de hospital. Su firma la tienen arreglada mediante la tecnología actual; sus escritos ostentan la firma cibernética, pero no hay constancia de que hayan sido escritos por él. Todo eso hace quedar en el soberano ridículo a la quinta potencia petrolífera del mundo. 
Ridículo Maduro que no se siente capaz de ganar una elección sin el apoyo de Chávez. Ridículos nosotros que seguimos cayendo en el jueguito de los chavistas al seguirles la corriente en su afán por apuntarse a una recuperación y no aceptar una incapacidad que el mundo entero sabe como cierta.
Basta que pensemos que a quien más le interesa dar a conocer que está activo, es a Chávez y ni así aparece.
Debemos callar y dejar a los venezolanos interesados en retener el poder por la mala, que hagan el ridículo. Esperemos nosotros por el día en que el señor Maduro se va a tener que dar por vencido, o se impone como presidente con el apoyo de las fuerzas armadas venezolanas, en un  franco golpe de estado contra la Constitución de Venezuela. Después de todo, el que yace en una cama, en coma, o no en coma, pero incapacitado, es un golpista frustrado que obtuvo el perdón gracias a esa democracia que hoy mancilla y destruye.
De lo sublime a lo ridículo, decimos en baseball del jugador que hizo una jugada magistral y enseguida comete un error garrafal. Lo mismo podemos decir de Venezuela: De lo sublime, Bolívar, a lo ridículo, Chávez.

Jorge J Cuadra V

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