Redacción
BBC Mundo
Unas 10.000
mujeres fueron internadas en los asilos, a menudo encerradas sin poder salir.
El primer
ministro de Irlanda, Enda Kenny, se disculpó por las décadas de estigma y las
duras condiciones de las llamadas "lavanderías de las Magdalenas", un
sistema de asilos que fueron dirigidos por monjas católicas, donde se forzaba a
las mujeres a realizar trabajos físicos duros.
Kenny dijo
que estas lavanderías habían operado en una Irlanda "dura e
intransigente".
Unas 10.000
mujeres jóvenes, muchas de ellas madres solteras, fueron detenidas y forzadas a
trabajar en las lavanderías que comenzaron a operar en la década de 1920 e
incluso seguían vigentes en los '90, según un informe del gobierno.
El primer
ministro se disculpó con las sobrevivientes y con las familias de quienes
murieron en los asilos.
Internadas por las autoridades
LAS VÍCTIMAS DE LAS MAGDALENAS
- Madres solteras
- Mujeres sin hogar
- Acusadas de delitos menores
- Prostitutas
- Víctimas de abusos
- Mujeres con problemas de aprendizaje
Según el
informe, no hay pruebas de que se cometieran abusos sexuales en las
lavanderías. El 10% de las mujeres fueron enviadas por sus propias familias a
estos asilos, el 19% entraron voluntariamente.
La
investigación descubrió que 2.124 mujeres internadas en los asilos fueron
enviadas por las propias autoridades.
El informe
incluye casos como el de mujeres llevadas allí por la policía por viajar en
tren sin haber pagado billete y delitos menores como robar o mendigar.
Un pequeño
número de mujeres también estaban allí por prostituirse.
La comisión
presidida por el senador Martin McAleese informó que la mitad de las internas
llegaron a trabajar en las lavanderías con menos de 23 años y que más de 4.000
pasaron más de un año encerradas en ellas.
En dos
semanas se abrirá un debate en el parlamento irlandés, dando tiempo para que
los diputados puedan leer el documento, de 1.000 páginas.
Trabajos
forzados
Las víctimas
y sus familiares pidieron una disculpa pública al gobierno y las asociaciones
católicas.
El primer
Asilo de las Magdalenas, como se conocía al principio a las lavanderías, abrió
en Dublín en 1765 para niñas protestantes.
El primero
de católicas se fundó en la ciudad de Cork en 1809 y pronto surgieron otros
hogares para "mujeres caídas".
Al principio
estaban concebidos como lugares donde pudieran quedarse por un corto periodo de
tiempo.
Sin embargo,
luego se transformaron en instituciones donde las mujeres eran obligadas a
trabajar, la mayoría en las lavanderías de estos asilos, que tenían contratos
con el ejército, oficinas de gobierno, hoteles y hasta la compañía cervecera
Guinness.
Pronto
empezaron a llegar madres solteras, mujeres con problemas de aprendizaje y
niñas víctimas de abusos.
Entre 1922 y
1996 hubo seis lavanderías funcionando en toda la República de Irlanda.
Las mujeres
eran encerradas y se les impedía salir una vez que eran ingresadas en los
asilos. Y aunque los clientes pagaban por los servicios de lavanderías, ellas
no recibían ningún salario.
Las
congregaciones a cargo de estas casas eran las Hermanas de Nuestra Señora de la
Caridad, la congregación de las Hermanas de la Piedad, las Hermanas Religiosas
de la Caridad y las Hermanas del Buen Pastor.
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