Aforismo
popular que se aplica a los que van por lana y salen trasquilados.
Eso
le pasó al conocido reportero internacional, Jorge Ramos, cuando entrevistó al
Cardenal mexicano, Lozano Barragán, quien entre otras cosas, lo llamó absurdo,
prejuiciado, mentiroso, amarillista, desinformado, cuando el señor Ramos tocó
el tema de los sacerdotes pedófilos y el Papa Benedicto XVI. Pero veamos cómo
se desarrolló la situación.
Cardenal,
le pregunta Ramos, ahora que se va a realizar el Cónclave, esperan que salga
electo un Papa más moderno, que sea tolerante con la consagración de las
mujeres, la incorporación total de los homosexuales en la Iglesia, flexibilidad
en el aborto?
Como
puede ser el modernismo signo de lo absurdo, le contesta el Cardenal Lozano
Barragan. Se dice que Benedicto XVI no fue lo suficiente estricto con los
sacerdotes pedófilos, que no le dio la importancia debida ni a los ofensores,
ni a las víctimas, le dice Ramos.
Entonces
ardió Troya y ahí fue cuando Lozano Barragan ya no se salió de la línea dura de
la Iglesia. Ahí lo llamó desinformado, prejuiciado y amarillista y le dijo que
no le permitía a un periodista absurdo ofender a la Iglesia en la persona del
Papa Benedicto XVI. Como buen reportero, Ramos insistía en su pregunta y el
Cardenal Lozano Barragán, con toda la indignación que debió haber sentido el
Cardenal Richelieu ante el fracaso del complot contra la reina de Francia, Ana
de Habsburgo, esposa de Luis XIII, le dijo: “O cambia de tema, o no hay
entrevista.”
Pocas
veces sa ha visto al reportero Ramos tan azorado como en su cruce de aceros con
el Cardenal mexicano.
Y
es que el Cardenal no deja de tener razón cuando tilda a Ramos de prejuiciado,
ignorante y sensacionalista, porque Ramos parece que no sabe los datos que sabe
el Cardenal.
Ante
el injustificado sensacionalismo sobre el caso de los sacerdotes pedófilos, la
mayoría de la gente ignora que solo el 1.7% de los sacerdotes católicos caen en
esa enfermedad repugnante. Llama más la atención ese pequeño porcentaje de
maldad, que el gran porcentaje de caridad que la Iglesia ejecuta en el campo de
la educación, (numerosas universidades, escuelas, institutos para gente
necesitada, con excelentes programas de becas) salud (mantiene numerosos
hospitales, clínicas y dispensarios y además son monjas católicas las que se
encargan de cuidar a los seres humanos que no tienen a nadie en el mundo.)
Misiones regadas por todo el mundo, cuyos sacerdotes y monjas trabajan gratis
en las peores condiciones humanas. Todo por servir al prójimo en cumplimiento
de la palabra de Dios. Que hayan en la cesta algunas manzanas podridas, solo
ratifican nuestra condición humana y la maldad del barro del cual estamos
hechos.
Desde
que El vaticano decidió cambiar de política con respecto a los casos de las
víctimas de los sacerdotes pedófilos, se incrementaron las denuncias, la gran
mayoría antiguas, de es estos casos, porque la denuncia conlleva una jugosa
indemnización para cuidar a la Iglesia Católica del sensacionalismo morboso.
Paguen, dijo el Papa Benedicto XVI, pero usen todo el peso de la ley contra los
nuevos ofensores. En mi pueblo fuimos testigos de esa nueva política, porque al
supuesto ofensor le cayó toda la fuerza de El Vaticano, dejándolo a merced de
la justicia civil y despojándolo hasta de sus órdenes sacramentales.
La
soberbia y la arrogancia recibieron un duro golpe de parte del celo
eclesiástico en el match Lozano vs Ramos. De ahora en adelante, antes de atacar
a la iglesia por un mal menor, pensemos en la gran labor universal que la
Iglesia ejecuta con los jóvenes y con los pobres del mundo.
Jorge
J Cuadra V
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