El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 13 de febrero de 2013

¿ENTONCES, PARA QUE TANTA ESPERANZA?


Jamás se me olvidan las palabras de un político hondureño dichas en los turbulentos años ochentas, cuando Honduras era el santuario de la contra revolución apadrinada por el Presidente Reagan. “Los gringos son aliados dudosos.” Sin llegar a ese extremo yo me voy a atrever a decir que la Iglesia católica es una aliada impredecible. Las declaraciones de Monseñor Báez ante la televisión nacional, fueron como un balde de agua fría en la cara de los esperanzados nicaragüenses que están viviendo en la desesperanza acosados por un régimen totalitario que va avanzando a velocidades vertiginosas sobre los derechos individuales del pueblo. La doctrina fascista con la que está gobernando el Presidente Ortega, no deja tiempo para dudar en decidirse a dar la lucha contra la dictadura y menos para apartarse de esa lucha y quedarse como una voz que clama por justicia, pero su dueño no está dispuesto a apoyar a ningún sector del pueblo. Monseñor Báez fue enfático al decir que su lucha es sola, con compromisos solo con Dios y sin entrega. 
Si había un nicaragüense que podía hacer muchísimo por la liberación de este pueblo martirizado, era Silvio José Báez Ortega, porque es un hombre digno de servirnos de ejemplo. Estoy de acuerdo con él en que le tenga pánico a los partidos políticos y que considere que lo quieren denigrar al ligarlo con determinado grupo político. En lo que no estoy de acuerdo es que mida con el mismo rasero a los partidos políticos y al pueblo nicaragüense.
Para que las palabras tengan sentido, tienen que estar a favor de alguna causa y que mejor causa que la de la justicia, la libertad y la paz. Monseñor Báez pudo seguir inyectando esperanza en las venas de los nicaragüenses continuando su labor de pastor con su palabra y su ejemplo. Eso no significa ser político. Significa ser pastor, porque lo que estaba haciendo era unir, congregar al pueblo nicaragüense en un solo haz de esperanza redentora.
Qué opinión podemos tener ahora del valiente pastor de hombres después de sus tajantes declaraciones en las que nos dejó claros que no está por ninguna causa, que no está construyendo esperanzas, que no está inyectando ilusiones a un pueblo huérfano de dirigentes. Nadie esperaba, ni nadie se lo iba a pedir que fuera Presidente de Nicaragua. Lo que pretendíamos de él era que estuviera a nuestro lado como señal inequívoca de que estábamos caminando sobre el sendero correcto, guiados por el hombre correcto.
Ahora estamos solos de nuevo, con la misión de inventar Cristos, que sin ser políticos, ni pertenecer a ningún grupo político, estén dispuestos a ligarse con el pueblo por la liberación de Nicaragua.
No digo que las oraciones no cuenten, si cuentan, pero en este mundo lleno de violencia y de ambición y de codicia, la presencia de un hombre santo en la lucha por la redención de la patria, sirve de consuelo y da fortaleza. Nos quedamos con las oraciones de Monseñor Báez, que es lo único que va a hacer en su lucha solitaria y privada contra el mal. Quizás eso baste, pero nosotros queríamos más. Queríamos al hombre a nuestro lado.
Jorge J Cuadra V

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