-Ahora
que nos están enseñando a “vivir bien y bonito”, Procopió, siento que me falta
algo importante…
-¿Y qué puede ser eso tan importante como para que te haga falta, Procopiá?
-Es algo tan importante como la vida misma, Procopió, porque, ¿cómo puedo
aprender a “vivir bien y bonito”… ¡si tampoco puedo vivir barato?
*******
-Si no podemos vivir bueno, bonito y barato, Procopiá, ¿para qué nos recomienda
una “cultura de vida sencilla, sin derroche ni ostentación que lastime” a mis
hermanos?
-En verdad, ¿para qué, Procopió? Si ya vivimos
sencillo, y lastimados también…
-¿No será, Procopiá, que la Doña del Don se dirige a sus funcionarios que viven
en mansiones, y a sus secretarios políticos que tienen las mejores casas del
barrio?
-
Deber ser así, Procopió; porque si fuera con nosotros, será porque nos está
viendo en la cara las tres B de… ¡bobos, babiecos y babosos!
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