¿DONDE ESTAN LAS COINCIDENCIAS?

Esta pregunta se origina en la cantidad de dinero que las festividades de Santo Domingo le cuesta al pueblo de Managua, la cual llega a los cinco millones de córdobas y le sirvió al concejal del MVE, Luciano García, para demostrar la poca importancia que le pone la alcaldesa de Managua a los programas de utilidad social que tienen que ver con la educación y la salud. También permite hacerse la pregunta que si siendo Nicaragua un Estado laico, la alcaldía de Managua ¿tiene presupuesto para las fiestas de los protestantes, de los evangélicos o de los testigos de Jehová? La respuesta es no, pero no solo porque no existe presupuesto para tales fiestas, sino porque esas fiestas no se dan en los cultos mencionados. Las fiestas patronales son propias de la Iglesia Católica Apostólica y Romana y constituyen un pecado de idolatría que en los inicios del cristianismo eran castigados con la hoguera y con el tiempo se hicieron costumbre beneficiosa.

¿En donde está Dios en esa bacanal multitudinaria con olor a alcohol y sabor a promiscuidad? ¿Qué tienen que ver las vacas culonas, los diablitos encontilados y el cacique mayor, con la piedad religiosa que tuvo en vida el santo secuestrado? ¿Quién ha dicho que pasar la noche en vigilias alcohólicas y apareamientos animalescos bajo los efectos del alcohol y la droga en espera de la salida de la pequeña imagen, para iniciar lo que se ha dado en llamar “la bajada del santo” manoseada por una masa de fanáticos irreverentes que van más por el alcohol que por la fe, sea un acto de reverencia religiosa?

Se le preguntó al cura párroco de las Sierritas sobre el cuestionamiento de los fondos que usa la alcaldía de Managua para las festividades del snto y dijo que para Dios nunca era suficiente, dando a entender que las festividades paganas que él preside es cosa de Dios y por lo tanto la gaveta abierta de la alcaldía no se debe cerrar, a sabiendas que lo que se promueve en esas orgías religiosas es el paganismo y no la fe.

Si un católico cree en la potestad de hacer milagros de un santo, es cuestión entre Dios y él, pero esa creencia no lo habilita para convertirse en adorador de ídolos. Cuarenta años anduvo vagando perdido en el desierto del Sinaí el pueblo hebreo por haber adorado al vellocino de oro durante la ausencia de Moisés. Me pregunto cuantos años más andaremos los nicaragüenses vagando perdidos en el desierto de la pobreza, de la corrupción y de los dictadores, por cometer el mismo pecado de los hebreos año, tras año, tras año, en un sinfín de acciones equivocadas a las cuales nadie le quiere poner un basta ya.

Lo que pasa es que la única que puede y debe poner ese basta ya, es precisamente quien las promueve. Y me refiero a la Iglesia Católica que debe prohibir el irrespeto religioso ordenando festejar la santidad de Santo Domingo dentro del templo, que es donde van a concurrir los verdaderos fieles llenos de fervor religioso a darle gracias al pequeño santo por haber intercedido ante Dios Nuestro Señor la curación de un familiar. Para agradecer los milagros que el pueblo dice que Santo Domingo les hizo, lo que se ofrece son oraciones y recogimiento espiritual. No veo yo a los franceses en francachelas seudo religiosas en nombre de la Virgen de Lourdes, ni a los portugueses en nombre de la Virgen de Fátima, ni a los polacos en nombre de la Virgen Negra de Czestochowa. Ni siquiera en México, país con costumbres parecidas a las nuestras, arman esas bacanales por la Virgen de Guadalupe. Allí vemos como la basílica de Guadalupe se transforma en un gigantesco oratorio nacional donde van a orar y a agradecer los favores recibidos el pueblo católico de México.

Cuanto irrespeto religioso, cuantos gastos innecesarios en materia de vigilancia y de asistencia médica, cuanta sangre y violencia se podrían evitar con solo que la Jerarquía Católica ponga las cosas en su lugar. La tal vaquita vieja es un atentado que se ande exponiendo a la violencia del sol y a la brutalidad humana y lo peor es que su tradicional baile no es agradable, religiosamente hablando, a los ojos de Dios. Los nicaragüenses seremos testigos de la indigencia en que esta pobre anciana va a morir en nombre de ser noticia unas horas al año. Los reporteros que hoy la rodearon y la entrevistaron, mañana no van a saber ni donde se encuentra, ni si comió ese día y fue asistida por alguien en sus momentos de miseria. Todo es pura banalidad, puro tradicionalismo provinciano que tuvo su momento, pero ya no lo debe tener, pura gana de rendirle tributo a baco, pero de religiosidad nada.

Las festividades como esas son propias del tiempo de la colonia y ya tenemos bastantes años de haber salido de ese período histórico, sin embargo, los cultos paganos se siguen dando por doquier en Nicaragua, siendo uno de los más importantes el de la Virgen millonaria de El Viejo, el más contradictorio de todos ya que la Virgen María era pobre de solemnidad, porque su hijo Jesucristo vivió y predicó la pobreza. ¿Quién o quienes se benefician de la riqueza de esta Virgen de vida contradictoria? El Viejo lo sabe y la Iglesia Católica calla.

Conozco excelentes sacerdotes, sabios, piadosos, humildes y ese hecho hace que me cueste más comprender la existencia de esos cultos a troncos de madera hábilmente tallados, los cuales son piezas de museo, más nunca de adoración.

Jorge J Cuadra V