El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 2 de noviembre de 2012

“LA HORA VEINTICINCO”


El fascismo se apoderó de toda Europa e hizo su agosto   especialmente en Rumanía, en donde Virgil Georgiu, sacerdote católico y filósofo, sintió que había llegado la hora del destierro, del cautiverio, del martirio  y de la muerte para los habitantes del país de los Cárpatos. La hora veinticinco. Los conejos blancos del laboratorio de la existencia  empezaban a morir, a cómo iban a morir ellos en el holocausto que se aproximaba y que iba a teñir de rojo las aguas del Danubio. Esta vez no hubo cruz pintada con la sangre del cordero para indicarle al ángel exterminador que pasara de largo. Los rumanos considerados liberales, fueron a dar a los mismos campos de concentración en donde el pueblo escogido fue exterminado con gas y fuego.
Salvando las diferencias, a los nicaragüenses nos llegó la hora veinticinco, porque están siendo exterminadas las conciencias de los hombres y de las mujeres de la nación marchita y mustia del Gueguense.
La voz de los que predicamos la disolución de los partidos políticos y el cambio radical de la forma de hacer política como únicos medios para lograr el renacer de la nación de Darío, somos como los Bautistas de la nueva patria con el mensaje de la sobrevivencia para el pueblo que escuche.
Por qué esta noche es más especial que todas las noches, le pregunta el nieto al abuelo, mientras este parte con sus manos curtidas el pan ácimo rodeado de toda la familia. Porque el ángel de la muerte ha venido a liberar al pueblo de Israel del yugo esclavizador del Faraón, contesta el abuelo, con la satisfacción pintada en su rostro por la promesa largamente esperada y esa noche cumplida.
Nosotros vamos a tener esa noche largamente esperada, cuando el Dios de las naciones haga realidad la liberación soñada por todos los mártires que han entregado sus vidas a lo largo de nuestra agitada y violenta historia repleta de dictadores sanguinarios. Pero primero tenemos que pasar por el sacrificio, por el dolor, por el terror superado de todo el pueblo, guiado por líderes auténticos que no le temen ni a la cárcel, ni a la muerte. Por líderes surgidos del pueblo, no por componendas, sino por aclamación espontánea, con la disposición para servir y no para servirse del pueblo para sus intereses personales. El pueblo de Israel fue guiado por Moisés en su camino hacia la tierra prometida, lo mismo que el pueblo de Nicaragua será guiado por nuestro Moisés hacia la república prometida.
La búsqueda de ese guía y de las condiciones de nación que hagan posible su aparición, debe ser nuestra única prioridad inmediatamente después del fraude electoral del próximo domingo. No podemos seguir perdiendo el tiempo escuchando a falsos líderes que colaboran con las dictaduras para que el país no progrese y sus bolsillos se llenen de monedas de plata, cual Judas irredentos inmunes al remordimiento de la traición al pueblo.
Aunque permanezcamos cuarenta años vagando por el desierto purificador, es necesaria la desaparición total de los contaminados por la ambición política, para construir nuestra tierra prometida.

Jorge J Cuadra V 

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