La
eternidad es un sueño…
La tierra perdió una estrella.
El firmamento ganó una luz.
El tiempo nació en un suspiro
Para ser futuro. Una lágrima
Será el universo de la palabra
En tránsito sobre la piel bella
De una musa encinta, fino carcaj
Para alcanzar el sueño del papiro,
Ser de la crisálida el eco de la cima
De un volcán y ser de la memoria el
abra.
Pablo, místico ser de la historia,
Antonio, brújula ardiente de la
gloria,
Cuadra, oasis del viento en la
mirada,
Sino el tuyo de tocar la vida
Con la piel de la frase sentida.
¡Oh! Dioses de la universal
literatura,
Cómplices de su noble aventura.
Darío en su eternidad la mano
Te dará y un verso por ti escribirá
Y el resto, loas sinceras dirá,
Para tu nombre alcanzar. En vano
No fue tu andar terrenal.
El eco del viento lleva en su piel
Gotas de tristeza,
Lágrimas ebrias de soledad
Galopan, potros desbocados
En busca de libertad.
La noche besa el lamento
Del sentir, terco deseo
De retroceder el tiempo, suspiro
rebelde de recuerdos en tropel,
Razón de sideral ambición en el hueco
De un sueño, ¡oh, luz de humana
estirpe!
Río de caudaloso peregrinaje, laúd
De iconoclasta visión del pensar,
Que en ti, Pablo Antonio, se embriagó
De la literaria cosecha nicaragüense.
¡Salve en el más allá, PAC!
Emilio Ramón Pérez Arias
Emilio Ramón Pérez Arias
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