Reflexión sobre Lucas 12:49-53.
Jesús de Nazaret hizo uso de parábolas o de elementos de la naturaleza como la luz, el trigo, la vid, el agua, para explicar las diversas dimensiones del Reino de Dios. Uno de los elementos utilizados fue el fuego, elemento simbólico poderoso para describir la radicalidad de su mensaje de liberación.
Este es un texto clave, que ilustra el espíritu combativo de la personalidad, del mensaje y del movimiento de Jesús de Nazaret. Desde diversas fuentes y con intereses convergentes, se nos presenta históricamente la imagen de un Jesús sumiso y obediente a los poderes establecidos. Se nos habla de un Jesús que vive ofreciendo la otra mejilla para ser abofeteada y esto a hecho que algunos se avergüenzan de un Jesús que expulsa a los mercaderes del templo.
Este texto y otros, que lograron sobrevivir por su autenticidad, a la censura del canon, nos permite establecer el perfil de Jesús como una persona de corazón ardiente por la justicia y el reino de Dios. Esto es importante establecerlo, ya que el mensaje de Jesús se tergiversa de tal forma que hay incluso iglesias y pastores que se atreven a hablar de la teología de la prosperidad individual en un mundo donde hay cada vez más pobres. Es escandaloso como algunas iglesias asumen el espíritu de empresas lucrativas aprovechándose del nombre de Jesús de Nazaret.
El texto nos habla del fuego. El fuego es un elemento de mucho simbolismo. El fuego posee la propiedad de la combustión. El fuego quema, consume lo que encuentra a su alrededor. En diversas culturas e imaginarios religiosos el fuego es un elemento fundamental. El fuego de la persona, del mensaje y del movimiento de Jesús encendieron los corazones de sus discípulos y han encendido los nuestros.
Yo he venido a prender fuego en el mundo...
Tiemblan de miedo los poderosos y saltan de alegría los débiles al escuchar la voz de Jesús que proclama: "Yo he venido a prender fuego en el mundo."Esta es la declaración de guerra del Movimiento de Jesús. Sí, así como se oye. Y la fuerza de esta declaración se mantiene inalterada. El desafío sigue planteado. Estas palabras hicieron temblar al Cesar en su época. Hicieron temblar a los miembros del Sanedrín. Hicieron temblar a los vacilantes que se unían al movimiento de Jesús buscando oportunidades de poder y de ganancias. Hoy hacen temblar a los dueños de la globalización neoliberal.
Y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!
Jesús de Nazaret vivió aferrado al reino de Dios. Confiaba en que el anuncio del Reino se extendiera como fuego en la pradera, e hiciera arder los corazones de la gente. Jesús era un entusiasmado de la causa del Reino. Un convencido de su cercanía y de su justicia. Un activista siempre en oración, dialogando con el Padre, analizando la realidad, sanando a enfermos, educando al pueblo, polemizando con sus adversarios, en el camino, compartiendo el fuego de su corazón...
Tengo que pasar por una terrible prueba...
Jesús combinaba el optimismo por la llegada del reino con un análisis sereno sobre las resistencias del sistema de opresión a su mensaje. Era consciente que los poderosos disponían de múltiples recursos para seducir a la población así como para aplastar con la represión a su movimiento. Jesús pudo imaginarse que los poderosos enemigos del reino de Dios iban a tratar de asesinarlo como habían hecho antes con muchos profetas
Y ¡cómo sufro hasta que se lleve a cabo!
Jesús no renuncio a su misión. Jesús se enfrentó a la muerte cara a cara. Tampoco fue ingenuo, varios textos nos hablan de las diversas medidas de seguridad que adoptaba así como las solicitudes de guardar silencio que hizo a varios liberados del pecado. Su predica liberadora se desarrollo entre la clandestinidad y las apariciones públicas, entre la represión y la resistencia. Aprovechó cada espacio de libertad para difundir su mensaje. Jesús conocía la suerte de los profetas y asumió su compromiso.
¿Creen ustedes que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división
Jesús de Nazaret es directo y claro en relación a su programa: es un mensaje de conflicto, de contradicción, de crisis. Provoca el conflicto social: denuncia la injusticia y acusa a los opresores, se identifica con los débiles y humillados. Provoca el conflicto familiar: hay que definirse entre la lealtad a Jesús o la lealtad a la familia y la tradición. Provoca el conflicto personal: hay que definirse entre nuestros intereses egoístas o el compromiso de vivir en comunidad.
Porque de hoy en adelante...
Jesús nos exige una definición. Nos reta a asumir un compromiso. Nos corresponde tomar una posición: con Jesús o con el mundo, con Jesús o con las riquezas, con Jesús o con los poderes establecidos, con Jesús o con nuestros caprichos e intereses personales.
La memoria del fuego...
El fuego, el conflicto social, la revolución ha sido vivida por todas las sociedades en diversas épocas. Para que una revolución triunfe se necesita no solo que los de abajo lo quieran sino también que los de arriba no puedan seguir gobernando como lo habían venido haciendo. Es precisamente en estos momentos de cambio social cuando las contradicciones alcanzan niveles altos de agudización.
En El Salvador...
En El Salvador, durante doce años, de 1980 a1992, experimentamos un profundo conflicto social, que alcanzo el nivel de un enfrentamiento armado. Nuestra sociedad se partió en dos: dos ejércitos, dos núcleos sociales opuestos, dos proyectos históricos en conflicto. El fuego de la guerra incluso marco las identidades de nuestras iglesias.
La sociedad salvadoreña era un campo de batalla en el que cada institución se alineaba en uno de los dos bandos. esta línea divisoria atravesaba las familias, "tres contra dos y dos contra tres."En las iglesias, se buscaban adversarios y adherentes, aliados o enemigos. Cada persona tomaba partido en un bando u otro. En ARENA o en el FMLN. La neutralidad era un sueño, además inútil. En la guerra... la muerte persigue a la vida.
La huella de esos doce años de guerra en nuestros corazones y mentes nos permiten comprender con claridad el llamado de Jesús: "yo he venido a prender fuego en el mundo". El fuego de la oración, que nos permite relacionarnos con nuestro Padre celestial, el fuego del análisis que nos permite la denuncia profética y el fuego de la acción, de la indignación ante el sufrimiento de la humanidad, que nos impulsa a luchar con los corazones ardientes por la causa de Jesús, que es la causa de la justicia y la verdad.
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Rev. Roberto Pineda
Pastor de la Iglesia Luterana salvadoreña
rpineda@saltel.net
San Salvador
El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.
jueves, 29 de noviembre de 2012
Jesús y el fuego de la liberación
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