El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 10 de noviembre de 2012

¿A LA RANCHERA O REVUELTOS?


Uno de los participantes de la reunión de los partidos políticos, MRS, PLC, PLI, UC y del MxN, decía que en lo único que no se habían puesto de acuerdo era en la forma que querían sus huevos. Jugada del subconsciente, o humor negro de los participantes, lo cierto es que se pusieron a hablar sobre lo que no hay en Nicaragua. Lo demuestra el hecho de que, a excepción del MRS, los demás partidos se prestaron al juego macabro de las elecciones de Daniel Ortega.
Es cierto que en Nicaragua todos los acontecimientos, por graves que sean, no duran en la memoria de los nicaragüenses ni lo que tarda el sol en salir del horizonte y ocultarse detrás del mismo, pero esta vez los políticos zancudos solo tardaron medio día en pretender que el pueblo ya había olvidado su traición y engaño.
Se alza el PLI como el pivote de la unidad nacional manchado todavía con la tinta de la vergüenza para hablarle al pueblo de unidad partidaria. ¿Con que autoridad moral hacen ese llamado? ¿Acaso no fue traición el haber participado en unas elecciones que jamás pensaron ganar? Qué ejemplo de patriotismo y valentía pueden dar, cuando no resistieron la tentación de las concejalías y de las alcaldías de municipios olvidados que no son preponderantes en la defensa de los derechos de los nicaragüenses.
Los que estaban reunidos en un desayuno informal, preparándose para una traición más al pueblo de Darío en el 2016, demostraron ante el pueblo que ni siquiera en el modo de comerse los huevos se pueden poner de acuerdo. No es de la noche a la mañana que va a desaparecer la ambición política que siempre ha impedido la unión nacional y siempre ha ayudado al dictador de turno. Por eso nosotros, los azul y blanco, los que pensamos en la patria y no abrigamos ninguna esperanza de ser recompensados con cargos políticos, que primero tenemos que salir precisamente de los partidos políticos que estaban reunidos tratando de comer lo que no tienen, para después pensar en propuestas partidarias y candidaturas presidenciales.
Si esos políticos no son capaces de comprender que mientras exista Daniel Ortega en el poder no es lícito pensar en unas elecciones justas y transparentes, o son bobos, o son mentirosos y como no tienen nada de bobos, entonces son lo segundo: mentirosos. Sin embargo, el pueblo ya no les cree porque por sus actitudes los conocen.
Los nicaragüenses nos debemos unir alrededor de nuestra bandera en un movimiento patriótico de costa a costa y de frontera a frontera, sin más interés que el de lograr el triunfo de la democracia demostrándole al pueblo que somos capaces de trabajar desinteresadamente y por puro amor a Nicaragua. Después llegará el momento de apoyar al líder que haya logrado ganarse la confianza del pueblo a través de sus acciones honestas y patrióticas.
No hay posibilidad de terminar con este estado lamentable en que está sumida la República de los lagos y volcanes, continuando con la misma forma de hacer política. Primero se debe castigar a los que dirigen partidos políticos que  solo existen en el papel; se debe castigar a los que vendieron el tendido electoral para efectuar el fraude del 2011; se debe castigar a los que irrumpieron en el silencio de los cementerios para robarse los nombres de los fallecidos; se debe castigar al partido que le brindó en bandeja de plata el poder a los enemigos de la democracia y constituyeron el infame pacto libero-sandinista y se debe castigar a los que jugaron con las esperanzas de un pueblo que les brindó un millón de votos y terminaron zancudeándose. Mientras ellos no sean castigados, es pecado mortal hablar de unidad y de confianza, porque ya sabemos cómo terminan los falsos heraldos de la democracia.
La salvación de Nicaragua está en la unión patriótica de todos sus hijos con el fin de sanear el espectro político, hoy carcomido por la corrupción y el egoísmo.

Jorge J Cuadra V

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