Nos quedamos esperando el resultado de las amenazas lanzadas al calor del dolor del asesinato de su hermano. Nos quedamos esperando las denuncias con nombres y apellidos contra los policías involucrados en el mismo, entre los cuales había altos oficiales de la institución militar. Todo fue producto del momento doloroso por el que pasó el abogado del pueblo, el abogado de los casos sensacionalistas, de los que les gustan a los periodistas del canal 10.
Estos, acostumbrados al amarillismo sangriento con el que sacian su morbosidad periodística y envenenan las mentes de los televidentes, están dando prueba de que son buenos estudiantes en el periodismo rojo, base del rating del canal en que trabajan.
Todo este alboroto injustificado armado por los empleados del canal amarillista, resulta ser una completa hipocresía, un mal uso del medio de comunicación en el que laboran. Si escuchamos la retórica de esos periodistas, en lo que pensamos es en un cuerpo masacrado. “Le desbarataron la cara, casi le sacan el ojo, le destrozaron la nariz al punto que está en peligro de muerte porque no puede respirar, perdió los dientes delanteros” y a la hora de ver al camarógrafo golpeado, lo que vemos es un ojo semi inflamado, abierto y con el sentido de la visión en buen estado; la nariz inflamada como la de cualquier boxeador o como la de un chavalo peleador de barrio, los dientes en su lugar, quizás flojos pero no perdidos y su cara reconocible. Pura farsa, puro sensacionalismo, pura hipocresía.
¿Y por qué hipocresía? Porque cuando debieron usar toda esta verborrea periodística, simplemente se limitaron a informar y olvidaron el caso. Me refiero a la masacre de El Carrizo en donde fueron masacrados un padre y sus dos hijos dentro de su casa, con lujo de crueldad y ventaja. En esa oportunidad los periodistas del canal 10 no se rasgaron las vestiduras, no promovieron un juicio justo y severo, no invitaron a la ciudadanía a presentarse al juzgado a apoyar a la familia de las víctimas del fanatismo político. No hicieron nada ante la sangre inocente vertida.
Por una trompada están pidiendo un castigo ejemplar que pueda llegar hasta diez años de cárcel, sin embargo no protestaron por los tres años que les dieron a los asesinos de El Carrizo. ¿Por qué? Porque son hipócritas, porque no son buenos periodistas. Simplemente son partidarios políticos disfrazados de periodistas. Si en verdad se indignaran por la violencia contra un ser humano, se hubieran indignado por los asesinatos de El Carrizo. Se hubieran escandalizado por la sentencia que les dictaron a los asesinos de tres personas indefensas dentro de su hogar. Por los tres años que les dieron a los autores de los tres asesinatos, callan como cobardes y falsos, pero por una trompada piden diez años.
El estado moral de la sociedad nicaragüense es lamentable y pervertido y cuando la aplicación de falsa justicia se proyecta a través de un medio de comunicación, es letal para los habitantes de Nicaragua.
¡Tres años para los autores de un triple asesinato y diez años por una trompada! Solo en Nicaragua.
Jorge J Cuadra V
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