El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 11 de junio de 2012

¿Rubén Darío traidor?


Hugo J. Vélez Astacio
Administrador de Empresas
hugoveleza@yahoo.com

Rubén Darío príncipe de las letras es a estas alturas un clásico de la literatura en la lengua Castellana. Poeta nicaragüense de orden cosmopolita después que en vida hizo sentir su influencia como Jefe indiscutible del Movimiento Modernista hispanoamericano al renovar la lengua en español. “Todo lo renovó Darío”, afirmó Jorge Luis Borges, y es que como bien lo dice don Carlos Tunnermann, “en todos los géneros que cultivó Rubén, fue un gran maestro, un singular y excepcional maestro”.
A casi cien años de su fallecimiento, es considerado un  ser inmortal como miembro del grupo sacrosanto que hace escuchar su lira en un tono mayor al Señor de las Alturas. El afirmó, en su Canto Errante: “Como hombre, he vivido en lo cotidiano; como poeta, no he claudicado nunca, pues he tendido a la eternidad”. En consecuencia  como humano su vida fue dramática, y sus múltiples biografías empezando por la él dictada, al solo contar 45 años, como la escrita por don Edelberto Torres bajo un título sugerente “La dramática vida de Rubén Darío”, abordando en detalles valiosos, episodios de una vida tan intensa como prolífica en obras que no solo permiten conocer sus dones y virtudes creadoras, sino su alta responsabilidad con el significado de su trascendencia como hombre de arte revolucionario, bajo la verdad, en que el “arte no es un conjunto de reglas, sino una armonía de caprichos”.
Rubén Darío ha sido cuestionado, y críticos severos han surgido a montón. En vida “Tanto en Europa como en América se me ha atacado con singular y hermoso encarnizamiento. Con el montón de piedras que me han arrojado, pudiera bien construirme un rompeolas que retardase en lo posible la inevitable creciente del olvido”. Hace unos años el literato y escritor Augusto Monterroso bajo un argumento enmarañado de insostenible defensa, llevó su crítica, en correspondencia a su personalidad y gusto por la diversidad sexual, a tildar a Rubén Darío como miembro activo y militante. Tan absurdo resultó el escrito, que bien la piedra lanzada era bofe o piedra poma. Y como de todo abunda en la viña del señor, no siempre se pone oído a cualquiera; Darío en vida, así lo hizo por lo que se limitó a: “Tan solamente he contestado a la crítica tres veces, por la categoría de sus representantes…Por lo demás, ellos se llamaban Max Nordau, Paul Croussac, Leopoldo Alas”.
Muchos artículos he leído sobre Darío, positivos en su mayoría realzando la magnífica obra del Vate Rubén. Otros ha habido con miras a ser detractores de Darío. En consideración al  espíritu de categorización del Poeta, me refiero al artículo recién publicado en el END sábado 9 de junio, bajo la autoría del respetado maestro autodidacta de don Manuel Aragón Buitrago, confesando que me hizo sobresaltar, al catalogarlo de traidor. “Darío traiciona al doctor Rafael Zaldívar” ¡Vaya título!
Darío fue un hombre bueno, generoso y también agradecido. Su referencia para con el doctor Zaldívar es de un alto valor; veinte años después de tener su acogida y atenciones en El Salvador, muy a pesar que para entonces (veinte años después) el doctor Zaldívar era censurado como tiránico, la referencia de Rubén es testimonio ante la historia de su bondad y agradecimiento hacia su persona. Rubén Darío con valentía le tributó. “No debo sino alabanzas y agradecimientos”. ¡Darío vivió con la verdad! ¡Su vida en gran manera fueron sus escritos, sus obras!. A los españoles les dijo: “He probado mis simpatías, de manera que no admite el caso discusión. Pero por lo mismo, no he de engañar a los españoles de América y a todos los que me lean”. Y con esa verdad que le fue característico en él como fundamento de su vida afirmó: “Ser sincero es ser potente”. ¡Rubén Darío nunca fue traidor! 

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