Dora Maria Tellez
Sorpresivamente la aplanadora orteguista aprobó, a todo mil, la ley que crea la unidad de análisis financiero encargada de monitorear el posible lavado de dinero en Nicaragua. Algo se esconde entre tanta prisa y no es difícil adivinar. Si se revisan las cuentas de algunos bancos, se podrá saber que la masa más grande de dinero que ha circulado en el sistema financiero nacional proviene de los famosos fondos venezolanos que entran al país y se manejan como dinero privado de la cúpula orteguista, para sus gastos de bolsillo, comprar voluntades y clientela política.
No se necesita de lupa, de computadoras y de grandes analistas para darse cuenta que de los más de dos mil millones de dólares, una cifra enorme claro está, de los más de dos mil millones de dólares, repito, una parte importante se ha quedado en cuentas personales de personajes políticos del círculo orteguista. Si eso no es lavar dinero, ¿qué será?
Tenían miedo, entonces, los orteguistas de que les apareciera, desde la oposicion, algún artículo que pudiera llevar a la investigación de semejante lavandería y de los lavanderos. Rápidamente han querido hacer aparecer como que los empresarios tienen miedo. No se si sea así, pero lo que si es seguro, es que quienes verdaderamente temen una investigación seria sobre lavado de dinero, son los que han manoseado esos miles de millones de dólares, de los que varios cientos se les han quedado pegados en las manos y circulan en cuentas nacionales, pues ellos saben que en cuentas de bancos internacionales es imposible tener esos fondos, pues quedarían atrapados en la misma telaraña que atrapó a Arnoldo Alemán.
Como la unidad de análisis financiero salió a la medida del orteguismo para ocultar su lavandería y para amenazar a los otros, inventemos pues la unidad popular de persecución de los lavadores de dinero venezolano y otros fondos originados en el narcotráfico. Ya sabemos lo que vamos a encontrar, pero de todas maneras busquemos, investiguemos y denunciemos, para bienestar de los nicaragüenses.
No se necesita de lupa, de computadoras y de grandes analistas para darse cuenta que de los más de dos mil millones de dólares, una cifra enorme claro está, de los más de dos mil millones de dólares, repito, una parte importante se ha quedado en cuentas personales de personajes políticos del círculo orteguista. Si eso no es lavar dinero, ¿qué será?
Tenían miedo, entonces, los orteguistas de que les apareciera, desde la oposicion, algún artículo que pudiera llevar a la investigación de semejante lavandería y de los lavanderos. Rápidamente han querido hacer aparecer como que los empresarios tienen miedo. No se si sea así, pero lo que si es seguro, es que quienes verdaderamente temen una investigación seria sobre lavado de dinero, son los que han manoseado esos miles de millones de dólares, de los que varios cientos se les han quedado pegados en las manos y circulan en cuentas nacionales, pues ellos saben que en cuentas de bancos internacionales es imposible tener esos fondos, pues quedarían atrapados en la misma telaraña que atrapó a Arnoldo Alemán.
Como la unidad de análisis financiero salió a la medida del orteguismo para ocultar su lavandería y para amenazar a los otros, inventemos pues la unidad popular de persecución de los lavadores de dinero venezolano y otros fondos originados en el narcotráfico. Ya sabemos lo que vamos a encontrar, pero de todas maneras busquemos, investiguemos y denunciemos, para bienestar de los nicaragüenses.
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