El
diputado, Adolfo Martínez Cole, dijo sobre tu persona que sos un buen candidato
para alcalde de Managua por la Alianza PLI, porque haz demostrado valentía y
carácter en tu actuación como concejal de la alcaldía de Managua, defendiendo a
los ciudadanos de dicha ciudad.
Y
entonces, ¿que se hizo esa valentía, que se hizo ese carácter y por qué esa
claudicación, ese rendir tu rey, ese triunfo de la ambición sobre la dignidad?
¿Cómo se puede cambiar de criterio político de la noche a la mañana? No quiero
pensar jamás que sos un corrupto, ni que sos un ignorante, ni que caíste ante
el peso de la prebenda. ¿Entonces por qué aceptar hacerle el juego a los
orteguistas participando en unas elecciones en las cuales no tenés la menor posibilidad
de victoria? Tonto no sos, ambicioso tal vez, pero lo dudo. No queda más
remedio que aceptar que tu conservatismo te tiene tan atrapado, que no te
importa convertirte en zancudo. A lo largo del siglo pasado, la paralela verde
era sinónimo de colaboracionista de la dictadura somocista y ahora veo que la
mala costumbre trascendió al siglo XX. Tu actitud claudicante así lo demuestra
y a la vez podemos decir que la m….es la misma y las moscas son las que
cambian.
¿Acaso
estoy siendo grosero, acaso me estoy metiendo en lo que no me importa? Quizás
sea así, pero en mi defensa puedo decir que sos más grosero vos porque te estás
burlando de un pueblo que creyó en vos, al cual decepcionaste por un mendrugo
de pan ácimo. También puedo decir que desde que te convertiste en hombre
público, estás sujeto a la crítica pública y eso me exonera de ser un metiche.
No
puedo aceptar que en Nicaragua no hay políticos honestos; no puedo aceptar que
todos los políticos son miembros de nuestra desprestigiada clase política; no
puedo aceptar que los depositarios de la esperanza de todo un pueblo, la
arrojen al suelo fácilmente. No puedo aceptar, Chanito García, que vos seas uno
más en este carnaval grotesco que mantiene al pueblo en estado de miseria y de
atraso.
Si
no te hubiera escuchado hablar claramente en contra de estas elecciones
municipales viciadas; si no te hubiera escuchado pregonar el fraude que se
avecina; si no te hubiera escuchado despotricar contra el CSE de Roberto Rivas
y si no te hubiera escuchado atacar el absolutismo del tirano Ortega, tal vez
me hubiera quedado callado y hasta podría haber pensado que sos un soñador bien
intencionado que te mueve el deseo de ver una nueva Nicaragua. Pero te escuché
y por lo tanto, me doy cuenta que comprendés perfectamente la situación de
desastre que existe en estas elecciones municipales que te convierten en
zancudo al participar en ellas.
Ustedes
los políticos no le dan la menor posibilidad al pueblo de recuperar la
confianza. Más bien se esmeran en destruir las ilusiones que puedan existir
aquí en la llanura de los lamentos. Ustedes son más culpables que el propio
dictador, porque por lo menos él goza de las mieles del poder, pero ustedes se
contentan con las migajas que les tiran al suelo. Sí, quiero que te arrechés
por mi atrevimiento. Tal vez así podés reflexionar sobre el hara kiri que te
estás haciendo en nombre de la vanidad y sobre la matanza de esperanzas que
estás causando con tu innoble proceder.
No sé
si vas a llegar a leer esta carta, pero si lo hacés, que te sirva para regresar
a la senda del decoro político y podás seguir caminando ante tu nación con la
cabeza bien alta.
Que
pasés muy buenas noches.
Jorge
J Cuadra V
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