El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 14 de marzo de 2011

Ortega, experto en crear problemas, y darles solución

Daniel Ortega es un experto en crear problemas que luego él soluciona.

A esa conclusión se llega después de escucharlo en la cadena de radio y televisión a que nos obligó con motivo del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, sobre el diferendo con Costa Rica.

Mientras el motivo de la cadena, el fallo de la Corte, era nacional, Ortega la utilizó en casi el 90% del tiempo para temas de su interés político partidario.

Así, empezó diciendo que gracias a su gobierno la población podía estar viendo en sus televisores la trasmisión porque se habían terminado los apagones de la época del gobierno de Bolaños.

Cierto. Los apagones se han reducido sustancialmente.

Pero Ortega olvidó mencionar que él tenía una parte sustancial de la responsabilidad por los apagones en el gobierno anterior.

En efecto, recordemos que la bancada parlamentaria de Ortega apoyó la restricción para que no se pudieran desarrollar proyectos hidroeléctricos medianos o grandes, salvo los muy pequeños de 5 MGW o menos. Las mini-hidroeléctricas, de las que Ortega era acérrimo partidario, como acérrimo enemigo era de las hidroeléctricas medianas y grandes.

Entonces Ortega alegaba que los proyectos hidroeléctricos grandes provocaban desplazamientos de población, inundaciones, etc. Ahora que es gobierno, y hay intereses particulares de por medio, impulsa, y en buena hora si se cuidan los aspectos ambientales y sociales, el gigantesco proyecto hidroeléctrico Tumarín, de más de 200 MGW de capacidad instalada.

Algo semejante ocurrió cuando a finales del gobierno de Bolaños se solicitó, ante la emergencia energética que se vivía, autorización para contratar sin licitación una barcaza que generaría aproximadamente 80 megavatios.

La Contraloría General de la República, controlada por Ortega y que ahora ha entrado en una verdadera orgía de autorizaciones de contratación sin licitación, entonces denegó la solicitud de contratación de la barcaza.

Cuando pocos meses después se inició el gobierno de Ortega, de inmediato instaló las famosas plantas térmicas “Hugo Chávez”, de una capacidad aproximada a la barcaza, sin ningún trámite ante la Contraloría porque supuestamente eran “donación” venezolana. Después resultó que no eran “donación” sino que había que comprarlas……y además pagarles la energía a un precio de generación mayor que la barcaza.

Popularmente se diría que a los consumidores nos “salió más caro el caldo que los frijoles”, mientras seguramente han crecido las ganancias de todo el oscuro entramado de intereses particulares que en torno a los proyectos energéticos se ha construido en el gobierno de Ortega.

Como que si nada

En la misma comparecencia, al siguiente día que el Semanario Confidencial y El Nuevo Diario, publicaran el resultado de una investigación sobre la oscura trama de intereses privados que se han construido en torno a la cooperación venezolana, y su instrumento de canalización, ALBA de Nicaragua, S.A (Albanisa), y como si nada hubiese sido denunciado, Ortega dijo haber conseguido de la cooperación venezolana un préstamo, sin intereses, para mantener el subsidio a la tarifa eléctrica.

Mientras mantener el subsidio a la tarifa eléctrica es una noticia bienvenida, pues se defiende a consumidores y productores, es inaceptable, por ilegal, que Ortega anuncie la contratación de un préstamo sin la autorización de la Asamblea Nacional, como lo establece la ley.

Pero también es inaceptable por ser una operación sospechosa, toda vez que la contratación aparentemente se hace con una entidad, Albanisa, que no rinde cuentas a nadie, salvo al propio Ortega.

El FMI y la cooperación venezolana

En un tema relacionado, al concluir recientemente una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), se ha dicho que pronto el gobierno presentará un informe sobre la cooperación venezolana.

Si bien el gobierno de Ortega puede darse el lujo de no rendir cuentas a los nicaragüenses sobre los centenares de millones de dólares de la cooperación venezolana que ha manejado de manera privada y extrapresupuestaria, el FMI como entidad pública multilateral, y con inequívocos compromisos de transparencia informativa, no deberá ocultar todos los alcances de la información que reciba.

Pero hay otra dimensión a la cual sería conveniente se preste atención desde la opinión pública y desde la Asamblea Nacional. Al haberse manejado la cooperación venezolana fuera del presupuesto, es de entender que el FMI pide cuentas de la misma por razones de los balances macroeconómicos y financieros del país, y de hecho algunas implicancias fiscales, pero no para que ahora, por ser conocidos los montos de esa cooperación, y eventualmente su uso, se vaya a contabilizar como deuda pública.

Si esa cooperación se ha manejado privadamente, como deuda privada ha de quedar.

Sobre el fallo de La Haya

En relación a la decisión de la CIJ de La Haya, frente a la demanda de medidas cautelares que interpuso Costa Rica por el diferendo limítrofe, los expertos coinciden en que ese fallo dejó las cosas más o menos en el mismo punto de la propuesta que a inicios de noviembre pasado formuló el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.

La propuesta de Insulza, que nuestro gobierno debería haber aceptado, pero que inexplicablemente rechazó con solamente el apoyo de Venezuela, para ahora aceptar lo mismo en el fallo de La Haya, fue aceptada por Costa Rica, mientras nuestro país se quedaba aislado internacionalmente. Punto a favor del vecino.

Pero después Costa Rica, mientras el gobierno nicaragüense conservaba la calma y daba pasos que quitaban sustento a la demanda de medidas cautelares de Costa Rica, el gobierno de este país emprendió una campaña altisonante y belicista que sin duda no se correspondía con el perfil político histórico de ese país. Punto para Nicaragua.

Ahora un fallo que ambos gobiernos aceptan.

Total, un empate. La diferencia más sustantiva, por tanto, sería el tiempo perdido, el cuantioso gasto incurrido en abogados, y las lesiones emocionales y reales en las relaciones entre los dos países y los dos pueblos.

(Este texto corresponde a la edición 140 de la columna El Pulso de la semana, que el autor escribe y transmite por Radio Corporación)

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