El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 25 de marzo de 2011

“Más educación” y menos política


Carlos F. Chamorro

El último libro del periodista Andrés Oppenheimer, “Basta de Historias, la obsesión latinoamericana con el pasado y las doce claves del futuro”, analiza la historia de éxito en materia de desarrollo económico y competitividad de países que han convertido el mejoramiento del sistema educativo en una prioridad nacional.

Se trata de países disímiles como Finlandia, Singapur, India, Corea del Sur, y otros como China e Israel; y también analiza críticamente el rezago de América Latina, y las buenas experiencias que están siendo promovidas con Chile a la vanguardia del continente. Invitado por la revista Estrategia y Negocios e INCAE, el corresponsal de The Miami Herald, brindó en Managua una conferencia sobre educación, innovación y tecnología. A continuación sus reflexiones.

El titulo de tu libro es una provocación para Latinoamérica en este año del bicentenario de la independencia “Basta ya historias! ¿Por qué?

Cuando voy, para hacer este libro, a China, a India, a Singapur, países que tienen una historia milenaria, los funcionarios chinos e indios, y finlandeses y noruegos, de todos estos países que he ido, están hablando del futuro, no están hablando del pasado. Y cuento en el capítulo de Singapur, es una anécdota muy graciosa, que llego al aeropuerto de Singapur, cambio unos dólares para tomar un taxi e ir al hotel, y cuando me dan los billetes y digo –¡caramba, no! ¿qué es esto?- ¿Qué ponemos nosotros en nuestros billetes en América Latina?

Un prócer.

Los próceres de la independencia. ¿Ellos qué ponen? Una imagen de una universidad, un profesor, estudiantes, y abajo una palabra – educación-. Nosotros estamos mirando para atrás y ellos están mirando para adelante, y eso me pasó en todos los países a los que fui, ni en China, ni en India, ni en Singapur, ni en Finlandia, ni en ninguno de estos países, que están avanzando a pasos acelerados y reduciendo la pobreza a pasos acelerados, dictaduras, democracias, países de derecha, países de izquierda, en ninguno de estos países que tienen en común el estar avanzando y reduciendo la pobreza te hablan del pasado.

¿Pero, cuál es el problema con la historia? ¿Acaso no estamos obligados a aprender del pasado para no repetir los mismos errores?

Yo no digo que dejemos de discutir nuestra historia, pero la obsesión nuestra con la historia tenemos que dejarla un poquito de lado para mirar un poquito más para adelante porque nos está distrayendo de la urgentísima tarea de enfocarnos en los temas del futuro: la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación.

En este libro hablás de Finlandia, Singapur, la India, Corea del sur, China. ¿por dónde empezaron?

Singapur es un país de 4 millones y medio de habitantes, parecido a otros, no tienen ni un recurso natural, cero; no tienen petróleo, no tienen comida, no tienen agua, importan el agua que toman, y precisamente cuando le pregunto al ministro de educación de Singapur –¿oiga, y ustedes como hicieron para ser uno de los países más ricos del mundo?-, y dice – muy simple, no tenemos nada, y lo único que tenemos es gente con cerebro- , entonces, que no, por cierto, eran muy pobres y muy rudimentarios hace 50 años, entonces, me dice –empezamos a invertir en la calidad educativa de nuestra gente-.

Y hoy día Singapur produce miles de patentes todos los años, se han convertido en la potencia del mundo en desarrollo, su ingreso per cápita es mayor que el de estados unidos, y era un país como Nicaragua: pobre, campesino, con unos niveles de analfabetismo impresionantes, y en 40 años, que no es nada en la vida de un país, en 50 años se han convertido en uno de los países mas desarrollados del mundo.

¿Qué es lo que hace el cambio? ¿tiene que ver con la cobertura educativa o la calidad?

Es una combinación de la cantidad, por supuesto, sin dinero no puede hacer nada, pero sobre todo de la calidad y el rigor, y un poco de lo que yo llamo la paranoia constructiva. Estos países viven pensando que el de al lado lo está haciendo mejor, viven compitiendo en test internacionales, porque todos participan en los test PISA, que son los test para jóvenes de 15 años en matemáticas, ciencia, y comprensión de lectura. Entonces, viven comparándose con otros y si salen segundos, dicen –no, no, el otro está saliendo primero, ¿qué puedo hacer para convertirme, para mejorar mi calidad educativa?-

¿El vínculo entre mejorar la calidad de la educación y la economía, se relaciona con la economía del conocimiento en estos tiempos?

Los países que producen bienes de valor agregado ganan muchísimo más que los países que venden petróleo, café o materias primas. En el libro doy un ejemplo de una taza de café que toma un consumidor en una tienda de estados unidos, cuesta dos dólares cincuenta, tres dólares, ¿qué porcentaje de esa taza de café van para el caficultor nicaragüense, o colombiano, o costarricense, o donde sea? Tres por ciento, el 97% de esa taza de café va a los que hicieron la ingeniería genética del café, el procesamiento, la distribución, el marketing, todos productos de la economía del conocimiento. ¿Entonces, como países dónde queremos estar? ¿queremos estar entre los que se llevan el 3% del valor de esa taza de café o entre los que se llevan el 97%?

Corea del Sur, otro país que era pobrísimo hace treinta, o cuarenta años, hace 50 años tenía un nivel de pobreza impresionante, el año pasado Corea del Sur patentó, registró 8 mil ochocientas patentes en Estados Unidos. ¿Sabes cuantas ha registrado Nicaragua?

Probablemente ninguna.

Exactamente, cero.

¿Cuánto registra un país de los pesos pesados de América Latina?

Cien. Brasil registra cien contra 8 mil ochocientas de Corea del Sur. No es casualidad de que estos países asiáticos estén creciendo tanto más que nosotros y reduciendo tanto más la pobreza, le están apostando con todo a la calidad de su educación, internacionalizando la educación. China está exigiendo, mandatoriamente que todas las escuelas primarias chinas enseñan inglés.

¿Qué tiene que ver esto con la política? Mencionaste Singapur, China. En el libro decís que políticamente Singapur es una dictadura

China también.

En China no hay libertad de expresión, sin embargo Finlandia es un país distinto. Ahora, ¿tiene esto que ver con la calidad de los estados y si hay o no hay democracia?

No. Los países que están avanzando y reduciendo la pobreza, la única cosa en común que tienen es una concentración en la calidad educativa; porque China es una dictadura de izquierda, Singapur es una dictadura de derecha, los demás son democracias. Filandia es una democracia exitosa, Chile es una democracia exitosa, Israel es una democracia de derecha, o sea, ahí tienes de todo, pero todos tienen una cosa en común, le están apostando a la ciencia, a la tecnología y a la innovación, están creciendo como nadie y están reduciendo la pobreza mas que nadie, mientras que los países que están solamente ocupados en masificar la educación para poder decir –graduamos a tantos- que son fábricas de diplomas, como Venezuela, se están quedando cada vez más atrás. Venezuela está produciendo la mitad de las patentes que producía hace diez años.

En el libro hablás también de Argentina, México, Uruguay, y presentás a Chile como un ejemplo ¿Qué hace bien Chile?

Presento a Chile, como uno de los países que está haciendo las cosas bien. Hay otros países que están haciendo cosas interesantes, a veces no siempre como gobiernos, sino como sociedades. Hay varias cosas interesantes que ese están haciendo en algunos países de América Latina: en Uruguay, en Brasil, pero Chile lo cito por varios motivos; primero, porque están poniéndole mucha atención a la calidad educativa, la evaluación de maestros, el pago por mérito, la internacionalización de la educación, enseñan clases en la universidad nacional de Chile, en la universidad estatal, el equivalente a la universidad nacional de Nicaragua, dan clases en inglés, obviamente no todo, algunas, pero están llevando el país a lo mismo que los chinos, los singapurenses o los japoneses, a una internacionalización de la educación.

¿Y las universidades públicas no son completamente gratuitas?

No. Ni en China tampoco, cosa que a mi me llamó la atención, país comunista, pero la educación universitaria en China se paga, ¿y qué hacen? Con el dinero de los que pueden pagar subvencionan los que no pueden pagar. En nuestros países, la vieja izquierda, la izquierda boba, bajo el mantra de la justicia social están penalizando a los pobres y dándole educación gratuita a los ricos, porque, ¿qué pasa en la universidad de Buenos Aires, en la universidad de México? El setenta, ochenta por ciento de los jóvenes que van ahí son de clase media y muchos de ellos tienen que trabajar y estudiar, los de menos recursos abandonan porque no pueden con el ritmo y los que se gradúan son los de clase media, clase media alta.

¿Qué pasa cuando un país como Chile y sus universidades, producen profesionales de primer mundo con doctorados, o beca gente que van al exterior? ¿Vuelven a trabajar a sus países o se quedan en en Silicon Valley en California, o en la Bolsa de Nueva York?

Esa es una excelente pregunta. En Chile, Michelle Bachelet hizo un fondo de educación, 6,500 millones de dólares, para mandar graduados chilenos a estudiar a las mejores universidades de Estados Unidos, de Europa, de Canadá, de Australia, para mandar a seis mil quinientos universitarios por año. Entonces yo le pregunté al canciller esto que tu me estás preguntando ¿ustedes van a pagar todo eso y no se les van a quedar afuera? Y me dijo – no, el país gana, porque lo que antes se veía en la comunidad internacional como una fuga de cerebros hoy se ve como una circulación de cerebros-.

El caso de India, Singapur, o Taiwán muestran que cuando un país pequeño o mediano, pero incluso un país como Nicaragua envía gente afuera y crea las condiciones como para aprovechar a esa gente más tarde, esa gente le reduce, le da un enorme rédito al país, ya sea convirtiéndose en grandes empresarios en Estados Unidos y abriendo sucursales en su país natal; ya sea volviendo a su país natal con todos los conocimientos y conexiones internacionales de haber triunfado en el exterior; ya sea volviendo tres meses por año a enseñar en una universidad con un programa de intercambio. O sea los países que saben aprovechar su diáspora,

En Nicaragua hay distintas iniciativas de apoyo a la educación en las que se involucra el sector privado, la fundación Zamora Terán, el Grupo UNO, Amcham, El foro Eduquemos. Algunos se enfocan en la distribución de laptops en la escuela primaria. En el libro vos mencionas el caso de Uruguay, que ha masificado el uso de las laptop en la primaria, ¿Se ha podido medir cual es el impacto educativo que tiene?

Todavía no. Yo creo que tiene ciertas ventajas, pero es muy reciente. Ciertamente ha sido un éxito político, la gente está feliz con su laptop; si es un éxito educativo, está por verse. Todavía, digamos, se están haciendo muchos estudios, no hay conclusión.

¿Que se puede hacer desde fuera del gobierno?

En el caso brasileño los empresarios se han unido en una fundación y han hecho cosas muy, pero muy interesantes, con el apoyo de los medios de comunicación, con el apoyo de futbolistas, de artistas, han colocado a la educación en el centro de la agenda política, y eso, cuando en el libro hablo de las doce claves del futuro, esa es una de las doce. Por eso en la contraportada del libro, destaco una sola frase: “La educación es algo demasiado importante como para dejarla en manos de los gobiernos”

¿Esa es una frase tuya?

No, es una frase del director de educación de Harvard que me dijo en una entrevista, pero que yo creo totalmente en eso porque los políticos en todo el mundo, de derecha, de izquierda, de centro, de arriba, abajo, piensan en plazos de cuatro años, piensan en plazos electorales, y la educación es una inversión a 15 años: en perfeccionamiento de docentes, perfeccionamiento virtual de escuelas; entonces el político va a invertir en lo que salga en la foto, quizás en el edificio de la escuela, pero el perfeccionamiento de directores de escuela no sale en la foto. Para que el político invierta en calidad educativa, en evaluación de docentes, en pago por mérito y no por antigüedad, hace falta una enorme presión social.

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