El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 18 de marzo de 2011

Y LA CONSTITUCION…¿QUE SE HIZO?

Esa es la pregunta que miles de nicaragüenses nos hacemos sin tener ni asomo de respuesta. Los constitucionalistas por excelencia, los señores diputados, deberían de tener una respuesta colegiada al respecto, porque es en ese hemiciclo en donde se invoca con más frecuencia, ya que todo lo que aprueba el plenario se convierte en ley constitucional. Pero los diputados callan y callan los magistrados de la CSJ, al igual que los políticos que sufren en carne propia el efecto de las violaciones perpetradas por el poder ejecutivo en su carrera reeleccionista.

Los mandatos de la Constitución están tan perdidos entre la niebla del poder tiránico, que hasta el politólogo, economista, profesor del INCAE, historiador, escritor y antiguo experto en sandinismo, Arturo Cruz Sequeira, lo aceptó hoy en su comparecencia de esta mañana en un conocido programa matutino de TV, cuando dijo que, ”la reelección del Presidente Ortega la ven con recelo en los Estados Unidos, pero la consideran legal a nuestra manera.” Si ese famoso personaje, por cierto presidenciable, nos envía esa clase de mensaje, es que la reelección del Presidente Ortega dejó de ser tabú en el concierto de las naciones democráticas de América entera.

Las voces del pueblo no se pronuncian con la energía del caso. Pareciera que ya nos olvidamos del daño que siempre nos han hecho las reelecciones del caudillo de turno. Se olvidan también los tiranos que en el empeño reeleccionista se les puede ir la vida, tal es el caso del fundador de la dinastía somocista, que cayó abatido por las balas de la impaciencia y del cansancio y murió en tierra extraña víctima de la ambición de eternizarse en el poder presidencial.

Hemos visto a unos jóvenes, pocos por cierto, protestar ante la CSJ por la reelección del Presidente Ortega, pero no hicieron conciencia dentro de las fuerzas opositoras del país. Hoy salió a luz un pronunciamiento de un grupo de ex militares del EPS, instando al Presidente Ortega a que cese en su intento de reelegirse, por el bien de la familia nicaragüense que no quiere otra guerra civil. El pedido de estos hombres que se la jugaron toda en la revolución que expulsó al último dictador de Nicaragua, conlleva una amenaza implícita, la cual se adivina con solo leer entre líneas.

No se concibe una guerra civil en el siglo XXI, pero estará dentro de lo posible mientras existan hombres con intenciones continuistas.

Anastasio Somoza D no quiso escuchar el clamor del pueblo que le pedía que se apartara, ni siquiera que abandonara el país, pero para los Somoza pedirles que dejaran el poder, era como pedirles la vida y sin embargo, ese fue el precio que pagaron por su ambición.

Ahora le toca al antiguo guerrillero, Daniel Ortega, que llegó a presidente con la minoría de los votos y está aferrado al poder en contra de toda la legalidad que en nuestras leyes existe. No le basta un período normal porque su inmensa egolatría lo lanza a posesionarse por la fuerza de lo que por ley no le corresponde. Que razón tuvo Tomás Borge cuando su soberbia inconmensurable lo hizo declarar que “el FSLN no va a perder el poder, cueste lo que cueste” y por supuesto ahí están incluidas las vidas de los nicaragüenses que se opongan a esa reelección.

Hay muchas maneras de terminar con una vida. No necesariamente tiene que ser a balazos, tal y como hubiera terminado la vida de Tomás aquella tarde de Febrero de 1976. ¿Por qué Borge aun está vivo después de matar a un teniente de la GN y entregarse a los soldados que lo acompañaban? Nadie lo puede saber, pero esa fue la realidad. Tomás Borge mató al teniente y acto seguido gritó: Soy Tomás Borge y ese grito fue como un conjuro mágico contra la muerte, porque le salvó la vida.

Ahora ese mismo Tomás, que es un auténtico sobreviviente, lanza un conjuro de muerte contra los nicaragüenses que no comulguemos con la reelección del Presidente Ortega, porque, cueste lo que cueste, es una amenaza que implica entre muchas cosas, la muerte.

No pensemos que las ansias de poder son exclusivamente producto de la mente de un hombre. Mucho tiene que ver las influencias perniciosas de los chacales que se mueven en el entorno del ambicioso. El hombre es vanidoso por esencia. Dicen que ese es el pecado del hombre y que por vanidad somos capaces de hacer cualquier maldad. Si a ese mal del espíritu se le suman las adulaciones de los serviles, el afectado termina por creerse dios. Somoza García los tuvo, los Somoza DeBayle los tuvieron y ahora los Ortega-Murillo los tienen a montones. Plañideras del poder que lloran no por la muerte, sino por los emolumentos de la corrupción para calmar la dureza de la calle.

Está dura la calle, contestó Luís Benavides cuando regresó al CSE a seguir robando votos y desde ese entonces, la frase quedó como divisa de los funcionarios corruptos que ya no pueden vivir sin estar mamando de la teta del Estado. Todos esos vicios se alimentan de las reelecciones presidenciales y por eso podemos decir que las reelecciones mantienen a los pueblos sumidos en la miseria y la ignorancia. No hay presupuesto para educación, ni para salud, ni para vivienda, porque hay que mantener a una cantidad de zánganos que han hecho de las arcas del Estado su modo de vivir.

Solo por esa razón ya basta para decir un rotundo NO a esta y a todas las reelecciones inconstitucionales.

Jorge Cuadra V

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