Las arenas
del tiempo
Ancladas en
tu sien
Guardan la
historia
Del canto
hecho futuro.
Avenida
plena de bulevares,
Santuario
de tantos pesares,
Eres la mar
que acuna el río de la vida
Con la
grandeza
De la estatua de la Libertad
Y la pureza
De la tour Eiffel,
Que hacen
de tu fiel
Mirada, un
oasis en el desierto
De mis
pasos.
Madrugada
plena de olvidos,
Arco iris
de sacrificios
Encadenado
al plenilunio
De tus
palabras,
Peldaños
sutiles en el sueño de tu verdad.
Lágrima
seca en el océano del corazón,
Barcarola
solitaria
En la lucha
diaria,
Pantera de
grito silencioso,
Garra de
milenaria presencia
En las
manos del tiempo.
Cinco
letras, dos sílabas
Que forman
el mundo,
Atlas inquieto en la quietud
De tu ser
divino, Madre.
Madre,
torre de Dios
En la
alborada del sacrificio,
Cometa en
las manos del cariño,
Que
transita por la galaxia
De una
sonrisa,
Para abrir
el horizonte de una mirada.
Eres
profecía
De puertas
abiertas,
Linterna
Que ilumina
la multitudinaria
Soledad de
pasos sin calendarios, rosa de los vientos
En el
quicio del dolor.
Emilio
Pérez A.
Mayo
2012
Masatepe.
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