El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 4 de mayo de 2012

Borge enterrado junto a Carlos Fonseca

Carlos Salinas y Wilfredo Miranda



Rosario Murillo apoyó la cabeza en el hombro de Daniel Ortega, cuando los obreros de la Alcaldía de Managua sellaban con cemento la lápida de mármol que cubre la tumba de Tomás Borge. A su espalda sonó un “Patria Libre” que fue respondido en coro con un “O morir”, frase que puso fin a las largas exequias que la misma Murillo organizó a detalle, desde que la noche del pasado lunes anunciara, con la voz cortada por los sollozos, que Borge había muerto.
La ceremonia de despedida de Tomás Borge fue larga, lenta y cansada. Los simpatizantes del Frente Sandinista fueron convocados desde el martes por baratas que recorrieron los barrios de Managua anunciando que debían estar en la Plaza de la Fe a las cuatro de la tarde de este miércoles. Decenas de buses del transporte público fueron usados para trasladar a la gente desde esos barrios, aunque la asistencia en esta ocasión no fue tan grande como en otras: la plaza lucía vacía en grandes trechos, a pesar de que Murillo, jefa de hecho del Gobierno, había anunciado que esta sería la gran ceremonia de despedida al único fundador del FSLN aún con vida.
Enormes pantallas ubicadas a ambos lados de la llamada Concha Acústica transmitían las imágenes del acto. En la tarima central estaban los invitados especiales, magistrados de facto de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo Supremo Electoral, entre ellos Roberto Rivas. El vicepresidente Omar Hallesleven estaba presente, al igual que el canciller Samuel Santos y otros miembros del Ejecutivo. En la misma mesa donde se sentaría Ortega estaban los invitados especiales: el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, enviado especialmente por el presidente Hugo Chávez; la premio Nobel de la Paz, la guatemalteca Rigoberta Menchú (quien no paraba de tomar fotos con su cámara digital); Ricardo Patiño, canciller de Ecuador; y Martín Torrijos, expresidente de Panamá.
Ortega llegó a la ceremonia acompañado de Murillo a las 6:26 de la tarde, más de dos horas después de la anunciada. Su esposa, como asistente personal irremplazable, se encargaba de todos los detalles, hasta de darle un suave codazo a Ortega cuando este olvidó mencionar algo en su discurso, o susurrarle algo al oído. Todo mientras se mantenía pendiente del sonido, el protocolo, las presentaciones, los abrazos presidenciales.
El discurso de Ortega fue largo, lento y cansado. Fueron 51 minutos de pura retórica. 20 de ellos dedicados a saludar a los invitados a la ceremonia y otros tantos para transmitir los saludos que enviaban a él, al Frente Sandinista y “al pueblo de Nicaragua” Hugo Chávez, nuevamente convaleciente en La Habana, y Fidel Castro, amigo de Borge, recordó Ortega, que hasta leyó la dedicatoria que el octogenario cubano escribió el 13 de agosto de 1992 a Borge en una copia de su libro, Un grano de maíz: “Para Tomás, el poeta, el orador, el escritor, el hermano. Que sus ideas brillantes y valientes prevalezcan”, leyó Ortega.
Lo más interesante del discurso del caudillo del FSLN fueron los detalles que dio sobre la convalecencia de Borge. Ortega contó que después de la operación practicada a Borge por una afección pulmonar, lo llamó por teléfono y éste le contestó.
-Tomás, ¿cómo estás?-preguntó Ortega
-Mal-respondió, a secas, el comandante.
Ortega dijo que el domingo 15 de abril visitó a Borge en el Hospital Militar, pero este “no estaba en las mejores condiciones de su proceso de recuperación”. “El lunes se complicó el cuadro”, relató el caudillo. “Le dieron respiración artificial, lo entubaron, para tratar otras complicaciones. A los 13 días le quitaron la respiración por entubamiento, y le se la dieron por la tráquea, una traqueotomía. Estuve con él, le puse las manos en la frente y estuve orando por Tomás”, dijo Ortega.
Ortega aseguró que Borge sufrió una afectación en los riñones, por lo que tuvieron que someterlo a diálisis. “Así fue quedando dormido y dormido hasta que falleció a las 8:30 de la noche del lunes”, dijo Ortega. Una hora después, su esposa Murillo interrumpía la programación de los medios oficialistas para anunciar, ahogada en llanto, que Tomás había muerto.
El caudillo del FSLN concluyó su discurso hablando del pasado guerrillero de Tomás Borge. Ortega también recordó que a Borge en los ochenta le “asignamos un cargo difícil”, y que éste lo “supo desarrollar”. Recordó también que el 19 de julio de 1979 los sorprendió en León, y que fue hasta el día siguiente, el 20, cuando pudieron llegar a Managua, al Palacio de la Revolución, para celebrar la caída de la dinastía somocista.
Ortega prometió que el FSLN y el Gobierno celebrarán el cumpleaños de Borge, el próximo 13 de agosto, como se hace con Carlos Fonseca Amador. Además, el Ejército entregó a la familia de Borge la Condecoración Póstuma Ejército de Nicaragua, la más importante de esa institución. El féretro de Borge acompañó toda la ceremonia.
Al terminar el discurso de Ortega, una guardia de honor de ocho oficiales de la Policía Nacional trasladó el ataúd, que previamente había sido bendecido con agua bendita por el cardenal Miguel Obando, hasta el mausoleo de Carlos Fonseca. Siete cañonazos fueron lanzados al aire y el redoble de un solo tambor marcó el descenso del féretro. Borge fue enterrado bajo la mirada de aflicción de Rosario Murillo, que apoyó la cabeza en el hombro de Daniel Ortega cuando los obreros de la Alcaldía de Managua sellaban la lápida de mármol bajo la que reposan los restos del último fundador sobreviviente del FSLN.

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