Murió el último de los fundadores del FSLN. Este dirigente sandinista , en los años 70, miró proyectada su figura como revolucionario anti somocista y dirigente del FSLN, no por algún acto de guerra en aquella etapa, sino por su famosa huelga de hambre como prisionero político de la dictadura somocista, en la que tanta juventud se movilizó, concientizó y se volvió militante. Y los medios de prensa, incluyendo La Prensa de Pedro J. Chamorro, contribuyeron con reportajes, fotos y entrevistas, a la difusión de su huelga de hambre y de su perfil de combatiente.
Desde aquella época, es una figura que ha hecho historia en Nicaragua, pero como sucede en estos casos, y él mismo lo afirmaba: “Fui amado, temido y odiado. No se puede amar al pueblo sin ser temido y odiado por los enemigos del pueblo”.
El amor, el temor y el odio también pueden ser etapas no sólo históricas, sino personales. De hecho, Tomás Borge, desde aquellos tiempos emergentes, también pasó por la evolución de los tres Frente Sandinista que conocemos.
FSLN 1: Años 60, 70´s. El FSLN de los años antisomocistas, la fase heroica, de lucha sin cuartel y sin marcha atrás. El rol de Tomás es innegable en la guerrilla rural, de selva, con la que se inició el FSLN bajo la influencia de Carlos Fonseca A. “En la montaña enterraremos el corazón del enemigo” era la consigna, algo tribal, pero no trivial, de su facción.
FSLN 2: el de los años 80. Como Jano, el dios de las dos caras, de las dos puertas (hacia el pasado, hacia el futuro), el FSLN cruzó los años 80 blandiendo al mismo tiempo sus viejas banderas revolucionarias, las de su anterior etapa heroica (alentada en los 80 por el intervencionismo y el guerrerismo de Estados Unidos), pero infectándose de los vicios de la dictadura que ayudó a destruir: Absolutismo ideológico, organizativo, político, material, coercitivo-represivo. Beber de las mieles del poder, emborracha, causa adicción, genera oportunidades nunca vividas. “El poder es afrodisíaco” repetía el Comandante Borge, poderoso jerarca de las fuerzas de Seguridad y Policía. “Debería haber sido mas humilde en esta etapa”, reconoció ya fuera del poder.
FSLN 3: El de los años 90 y hasta la fecha. Perdido el poder político (1990-2006)…¿qué queda sino luchar por el poder económico? Los guerrilleros se convirtieron en gerentes, empresarios, inversionistas, ganaderos, criadores de caballos, vendedores…bien, padres de familia que tenían que criar hijos nacidos de sus matrimonios habidos en los años 80 con las hijas de los ricos que combatieron en su etapa heroica. Nació el FSLN- empresa.
Y la recuperación del poder político por el FSLN, desde 2007, solamente ha servido, blandiendo como discurso los objetivos de los años 70 y 80, para fortalecer en la práctica, el proyecto FSLN-empresa. Y desde esa transformación- que está llevando quizás a un FSLN-4 (el FSLN-Clan familiar) también se maneja con dos caras: una, conservadora, defensora de la familia, la propiedad privada y el Estado, el asistencialismo y la caridad dosificada y la otra, como un grupo neo oligarca, que va tejiendo su red de riquezas, para conformarse como grupo económico en el largo plazo.
Consciente de esta evolución partidaria, y personal, Borge decía el 26 de julio de 2009: “Todo puede pasar aquí, menos que el Frente Sandinista pierda el poder”(…) Yo le decía a Daniel Ortega: podemos pagar cualquier precio, digan lo que digan, lo único que no podemos perder, es el poder…y hagamos lo que tengamos que hacer (…).
Esto ya no suena como consigna revolucionaria de “Poder Popular”, “Poder de los obreros y campesinos”, no es alguna frase radical y revolucionaria parecida a “Socialismo o muerte” como la que se ha sostenido, a viento y marea, en Cuba o ahora, de alguna manera, en Venezuela. Es, de lejos, más pragmática.
Con todo, en esta evolución, el comandante Tomás Borge fué jugando papeles protagónicos en la historia nicaragüense. Y con su muerte, queda sellada una fase definitiva en la evolución del propio FSLN.
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