Lilly Soto Vásquez
El acoso político siempre ha existido en Nicaragua. A través de la historia se han comprobado casos que han devenido en homicidios políticos, los mismos son recordados por los habitantes de todos los pueblos a través de la memoria histórica, de la memoria colectiva y el inconsciente colectivo siempre las tiene presentes.
Todos los libros sobre Sandino pueden desaparecer e incluso sus restos jamás han aparecido ni se han encontrado y Sandino sigue siendo un símbolo de lucha contra el imperialismo norteamericano. Forma parte de la tradición oral del pueblo nicaragüense.
Los individuos en la Historia de cualquier nación o pueblo siempre han tenido y continúan teniendo su lugar. De ahí que cuando se estudia Historia, parte del análisis del estudio de la misma, se realiza diferenciando la acción individual y se privilegia la acción social, del pueblo, de la muchedumbre, de la multitud, pero estas acciones sociales han tenido su fuente en ideas, en acciones, en enseñanzas de determinados líderes o en acciones de una determinada fuerza política.
Lo anterior es para indicar que ninguna acción que trate de opacar las acciones y el liderazgo de Pedro Joaquín Chamorro en Nicaragua va a tener éxito. Mas bien provocarán repudio y rechazo, público o silenciado, pero al final, rechazo.
He leído con preocupación la denuncia de que se trata de opacar las acciones de un gran hombre, periodista de profesión queriendo destruir, ocultar o hacer desaparecer el símbolo que marca para el pueblo nicaragüense el sitio donde fue encontrado el vehículo que sin control, chocara contra el poste de luz, después de que alevosamente los asesinos dieran muerte a Pedro Joaquín, el 10 de enero de 1978.
Creo que la Alcaldía de Managua y mucho menos su actual alcaldesa, nuestra querida amiga periodista Daysi Torres haya deseado realizar esta acción, porque estaría en contra de su propia profesión, en el sentido de que se estaría afectando la memoria de un periodista. Más bien considero que tal acto forma parte de una cadena de acciones que siempre tras bastidores se realizan en las fuerzas políticas para demeritar, acosar, intimidar y agredir el avance de algunos líderes o lideresas, es decir, el bullying político. Golpear al compañero o compañera para “sacarlo del juego político” por la vía de acciones que se le puedan endilgar a esas personas. Elaborarles montajes que permitan demeritarla y que dañen su reputación y su imagen. Eso sí creo que haya ocurrido.
Pero el problema es que estas acciones están perjudicando la identidad, la imagen y la reputación del FSLN. Ese es el problema. Granjearse un rechazo del pueblo nicaragüense por un error cometido por un funcionario (a) no es adecuado ni correcto.
Si fuese altamente premeditado y se estuviese en la conjura de querer de borrar de la mente y de la memoria del pueblo nicaragüense a Pedro Joaquín desde ya se ha obtenido el rechazo, porque Pedro Joaquín Chamorro y sus acciones son parte de la tradición oral histórica en Nicaragua y se estaría abonando a la leyenda negra de que fue el sandinismo el que mandó a dar muerte a Pedro Joaquín, hecho que ha sido negado en innumerables oportunidades por el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Desde ya, la plaza-parque es llamada por el pueblo Pedro Joaquín Chamorro. Así se llamará porque es el referente del asesinato de Pedro y el pueblo no olvida porque transmite vía oral sus enseñanzas. Así es la historia, así ha sido y así seguirá siendo mientras existan las personas en el planeta.
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