El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 29 de julio de 2010

Me quema la palabra

UNIDAD: OPOSICIÓN SIN MIEDO Y CON ESPERANZA

Luis Rocha

La unidad de la Nueva Nicaragua, la que tiene que volver a ser República –como arengó hasta su muerte Pedro Joaquín Chamorro Cardenal- no debe de pasar por contaminarse de la vieja lacra de la politiquería; transar con quien luzca menos inmundo entre los precandidatos presidenciales, porque desde ese mismo momento deja de ser oposición y se revela como lo que es; continuismo del pasado somocista. Con un pasado así –redivivo fingiendo amnesia- es imposible pensar honestamente en una Nueva Nicaragua. Hay líderes y a la vez “analistas políticos” quienes desde esa “oposición” afirman que las nuevas generaciones ignoran qué fue y qué es el somocismo, como una estratagema para ofertarle a la ciudadanía nuevos y siniestros combos cerebrales, tónicos para la nueva, conveniente y manipulable memoria. Tal oferta es una solemne mentira: A nadie le va a volver a crecer el pelo de tonto y tampoco a la juventud, por arte de esa magia circense, se le van a borrar repentinamente sus conocimientos históricos, adquiridos por el estudio o en el más débil de los casos, por la tradición oral de sus mayores. Pero supongamos que dicha manipulación tuviera un ápice de verdad: Entonces bastaría con persuadir a la juventud para que analice la trayectoria histórica, propósitos inmediatos, propaganda política y rostros de los actuales gobernantes, para que sepan qué fue, qué es y que quiere ser por siempre el somocismo.

Por lo tanto, es de suma importancia que no dejemos de tomar en cuenta que la malévola intención de la desaparición del término “somocismo” como un punto de referencia para que en Nicaragua no se repita el pasado, es un malabarismo “politiquero” que interesa por igual a los neosomocistas del Danielismo, como a quienes dicen oponérsele con los mismos superfluos argumentos con que oligarcas de alma y vendepatrias de vocación se le “oponían” a los Somoza en ese pasado que se nos hizo presente. Halan agua a su molino, y precisamente por eso en ésta nuestra triste historia tenemos que ser capaces de impedir ese borrón en la memoria del imprescindible relevo político que representan los jóvenes: La honestidad que emerge reclamando unidad. Para entender fácilmente este planteamiento en el que para mí unidad es sinónimo de oposición honesta (la única que puede haber, pues si no es honesta no es oposición), basta con leer cualquier periódico, y sin mucho esfuerzo sacar nuestras propias conclusiones sobre lo que no debe ser nuestra oposición a la dictadura, en franco proceso de consolidación para su reelección en el 2012.

Vaya –como muestra un botón- éste ejemplo tomado de END (lunes 26 de julio de 2010, 3ª página): “Tanto Alemán como Montealegre se han llamado a ser fórmula uno del otro, pero ninguno de los dos ha cedido…” Lo que ambos quieren, según ésta y otras noticias, es ser “el candidato único de la oposición”, para ello participan en las elecciones primarias y así obtener, según ellos, una respuesta positiva a sus ambiciones de parte del “pueblo democrático”. Mi respuesta se las puedo dar por adelantado al Mastodonte y al Super Ratón (“Choque de titanes en el Charco de los Patos” se podría llamar ésta película). Queda claro, en esa información, que ambos se han llamado a ser fórmula uno del otro. La discordia –crónica de una muerte súbita y anunciada con esa clase de “oposición”- radica en la disputa por puestos: en quien se apodera del primer lugar y quien se resigna al segundo. Se trata de una carrera en un hipódromo. Compiten el Mastodonte y el Super Ratón, corriendo, pero no hacia adelante sino hacia atrás. Nosotros, los que aún tenemos esperanzas, no podemos ni debemos aceptar la candidatura del pactista y también reeleccionista Arnoldo Alemán, quien hizo y hace posible que Daniel tenga la delantera en esa carrera que, se vea de atrás hacia adelante o de adelante hacia atrás, es contra la democracia. Tampoco puedo aceptar a quien –ratón con cola de león- está dispuesto a llevar como fórmula presidencial al segundo mayor representante de cinismo y la corrupción en Nicaragua.

Si unos llegan de trompa y otros de culo a la meta, no importa, pues es lo mismo. Daniel hace rato se aprendió la palabra forever en inglés, mientras los dos candidatos del liberalismo son tal para cual, y no es así cómo se le hace un favor a la democracia y se afronta la dictadura, por más que así lo crea un líder político que así lo planteó en su carta de apoyo a Montealegre. ¿Será que se quiere pasar de lo inteligente que ha sido, y lo que oculta con ese apoyo es salir beneficiado del choque entre esos dos titanes de esa “oposición” que definitivamente –por razones éticas y morales- nunca podrá ser la nuestra? Todo eso es muy, pero muy feo, pues esa “oposición”, hablando a calzón quitado como antaño se hablaba en la piscina de Arnoldo , ya está en el gobierno, forma parte del gobierno actual, favorece al gobierno, no tiene programas de justicia social, se comporta con el mismo espíritu somocista del gobierno, y sus líderes, hoy precandidatos, tienen el mismo estilo de “oponerse” al gobierno, que éste de gobernar. Luego, esa “oposición” no es la oposición que el pueblo necesita para oponerse a la reelección, que es el objetivo principal del caudillo que “gobierna”.

Vuelve la mula al trigo, dirán algunos sobre mis palabras, pero no puedo evitar sentir la necesidad de una oposición incorruptible, joven, vigorosa y con objetivos éticos y de justicia social bien definidos. Una oposición de causas y no de individuos, con conciencia de que la unidad comienza por demostrar que sí se puede rescatar la esperanza y que sí se puede perder el miedo; que la unidad es la ruptura con el pasado somocista enquistado en los caudillos, y el rechazo frontal de pactos al estilo de los viejos politiqueros que predominan en la “oposición oficial”. La lucha contra la dictadura no se puede hacer en contubernio con ella. Sería un contrasentido. Mejor solos, que mal acompañados, pues se puede demostrar que ”solos” es una mayoría que tarde o temprano aplastará a quienes repitiendo las funestas “paralelas históricas”, acompañan hasta al infierno a la dictadura contra la que, siendo sus parásitos, dicen luchar. Por eso ésta unidad de tantos vigores hoy aún dispersos, debe de ir contra la reelección sin miedo y con la convicción de que el primer paso es rescatar la esperanza.

luisrochaurtecho@yahoo.com

“Extremadura”, Masatepe, 29 de julio de 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario