Son
aquellos cuyo contexto distorsionan lo que se ha asumido que es lo correcto, la
verdad. Son aquellos también que se tienen que leer entre líneas, usualmente
con el mensaje camuflado y por lo tanto deja una puerta abierta para explicar
lo inexplicable.
Los
mensajes deben ser directos, claros, que dejen sentada la lección que se quiere
dar.
Mientras
los “buenos” de la película sigan usando esos mensajes que confunden totalmente
a quienes los siguen, los malos de la película seguirán ganando terreno en la
lucha por la verdad.
En
las batallas que se están librando en nombre de la libertad y la justicia hay
buenos y malos. Estos últimos son los que abusan del poder y conculcan los
derechos de los ciudadanos y los buenos somos los que los denunciamos tomando
como evidencias los atropellos que se dan a diario a vista y paciencia de todo
el pueblo.
Recien
acaba de morir uno de los malos de la película. Por estar muerto no se deben
cambiar los papeles que jugaron en vida. El malo de la película en Venezuela se
llamaba Hugo Chávez Frías y por el hecho de que ya no puede seguir siendo malo
porque Dios lo llamó a Su presencia, se cambie la realidad que siempre
prevaleció. Por lo tanto: ¿con qué base válida el Arzobispo de Managua,
Leopoldo Brenes y Solórzano nos dice que el Presidente Chávez fue un hombre que
estaba muy cerca de Cristo? Por la lucha que se viene sosteniendo en los
diferentes frentes de batalla, Chávez era el comandante en jefe del resto de
malos de la película, cuyo reparto incluye a, Evo Morales, Rafael Correa,
Daniel Ortega, Cristina Fernández, Mel Zelaya y otros a quienes no les dio
tiempo de montarse en el caballo del Alba. A qué vienen entonces esos paños
tibios de parte de la Iglesia, la cual está al servicio de la verdad, de la
justicia y de la libertad, las tres virtudes negadas por el desaparecido y sus
seguidores.
¿Acaso
Jesucristo fue ambiguo en sus mensajes cuando predicaba ante el pueblo? “En
verdad os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja,
antes que un rico entre en el reino de
los Cielos.” “Más te vale que te cuelguen una piedra de molino al cuello y te
tiren al fondo del mar, antes que escandalices a uno de los preferidos de
Dios.” “Que lance la primera piedra aquel que se sienta libre de pecado.” ¿Puede
existir lenguaje más claro y directo en contra de los avaros, de los que
escandalizan a los niños y de los que se atreven a juzgar al prójimo? ¿A qué
viene entonces confundir al pueblo con expresiones que no se ciñen a la verdad
sostenida por una actitud constante? Hugo Chávez fue un irreverente que irrespetó
a la Iglesia Católica de Venezuela y a Jesucristo, que volvió sus ojos a Dios
cuando sintió que había perdido la batalla contra el cáncer. Por supuesto que
esa actitud no es reprochable, por supuesto que Dios la debe haber tomado en
cuenta a la hora de ser juzgado y lo que cabe decir es que Chávez buscó a Dios
al fin de sus días en esta tierra, no porque fuera apegado a Cristo, sino
porque casi todos los mortales le tememos a ese instante final.
Recordemos
a Voltaire a la hora de su muerte: “Venciste galileo” y murió inconfeso. Chávez
se confesó culpable de sus actos impíos y Dios se lo debe de haber tomado en
cuenta. Fin de la comedia.
Jorge
J Cuadra V
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