Managua/DPA.– La teóloga cubano-nicaragüense María López Vigil descartó que tras la salida del papa Benedicto XVI el Vaticano se abra a los cambios del mundo moderno y abandone las posiciones “masculinas y machistas” defendidas por los últimos ocupantes del trono pontificio.
La también periodista, escritora y ex monja de la orden de las teresianas, analizó la visión de la Iglesia sobre las mujeres, a su juicio “satanizada”, y el rol secundario de las religiosas “consagradas de por vida al servicio de Dios y la comunidad”.
“La Iglesia católica es la institución más masculina, machista y monárquica de Occidente, y por lo tanto veo muy difícil que más de 115 cardenales, todos varones y nombrados por Juan Pablo II y Joseph Ratzinger, vayan a elegir un cambio en el camino”, opinó.
Recordó que Benedicto XVI fue “la mano derecha” de Karol Wojtyla y por más de 20 años dirigió la Congregación de la Doctrina de la Fe, “el nombre moderno de la Inquisición”.
Al comentar la dimisión del Sumo Pontífice, la teóloga no descartó que “haya perdido capacidad de controlar las intrigas en la Curia, donde hay problemas de tipo financiero, ambiciones de poder, cosas a ocultar, y seguramente mafias”. Por esa razón, ella no ve la renuncia “como un acto de valor ni de humildad”.
“Creo que es simplemente una buena jugada de Ratzinger, un hombre muy inteligente que prefiere salir del Vaticano en caballo blanco y apostando a tener un peso mayor para decidir la sucesión”, comentó la teóloga, residente en Nicaragua desde hace más de tres décadas.
Elección del Papa sin grandes cambios
Sobre la elección del nuevo papa, dijo no esperar cambios a nivel doctrinal. “A diferencia de los políticos, la Iglesia católica no ha recibido ni un sólo curso de teoría de género para variar su postura sexista: Sigue reafirmando una masculinidad notoriamente chocante con los cambios que ha habido en el mundo”.
“En los últimos años, el Vaticano ha mostrado cierta obsesión por los temas de la sexualidad, que la humanidad ha ido entendiendo de manera más amplia, plural y democrática. A mí me sorprendería que surja un papa más abierto a los temas de género”, señaló.
A su juicio, esa apertura comenzaría por darle a la mujer un papel más relevante al interior de la Iglesia católica, conformada por unos 412.000 sacerdotes y más de 720.000 religiosas.
“Un primer pasito, muy modesto, sería que esas mujeres que casi duplican en número a los varones en esta institución poderosa y monárquica, y que en las pequeñas comunidades rurales tienen incluso más peso que los sacerdotes, pudieran optar al sacerdocio”, indicó López Vigil.
Rebatió por ello el argumento de que las personas de confianza de Jesús sólo eran varones. “Falso. Jesús integró entre sus apóstoles a María, María Magdalena, Juana, Salomé, María de Betania, Marta de Betania, Susana…”
“¿Quiénes están junto a Jesús en el momento de su muerte? ¡Mujeres! ¿Quiénes son las primeras que dicen que Jesús está vivo? ¡Mujeres! A ellas simplemente no las proyectaron con la misma fuerza que a los hombres porque quienes escribieron los evangelios son herederos de una cultura masculina”, subrayó.
Recordó que en el “combo” doctrinal de la Iglesia, todos son varones: Dios, Jesucristo y sus representantes en la Tierra, desde el papa hasta los sacerdotes. “¡Todos hombres! Es imposible que esto no tenga consecuencias sociales sobre cómo se ven a sí mismas las mujeres y cómo las percibe la Iglesia y la sociedad”, analizó.
Autora del libro Otro Dios es posible y de la radionovela Un tal Jesús, por los que recibió amenazas de excomunión, la teóloga contrapone el relato del Génesis que define a la mujer como complemento y “costilla” del hombre, al mito “mucho más cautivador y avanzado” del Génesis Maya, donde Corazón de Cielo y Corazón de la Tierra –los nombres de Dios en masculino y femenino, para los pueblos mesoamericanos- crearon cuatro hombres y cuatro mujeres de maíz.
“Y es justamente ese mito del Génesis hebreo el que da origen a una doctrina que debe ser revisada, cuestionada y rechazada. Porque sobre ella se ha montado un aparataje totalmente masculino y una visión arrogante de la Iglesia”.
Por esa razón, insiste en reclamar el derecho de las mujeres “a revisar todos los dogmas y a recuperar el rostro femenino de Dios, porque Dios es madre, abuela y regazo, tiene rostro de padre y madre”.
En su opinión, aunque el próximo papa sea “más mediático y menos arrogante que Ratzinger, esto no va a cambiar la forma en que la Iglesia se relaciona doctrinal y moralmente con las mujeres, sus problemas y sus derechos”.
Y de elegirse un papa latinoamericano, “podría ser peor todavía, porque las jerarquías católicas en América latina ya no son tan progresistas y laicas como las europeas, sino mucho más tradicionales en su religiosidad, con cardenales conservadores que borraron de un plumazo la Teología de la Liberación de los años 70, cuando varios sacerdotes murieron clamando justicia para los pobres”, razonó.
Para María López Vigil, que fue discípula del arzobispo salvadoreño Oscar Anulfo Romero, asesinado por militares en 1980, la Iglesia católica se ha alejado del pueblo y en dos milenios construyó un imperio de poder, financiero, de propiedades, totalmente ajeno a Jesús.
“Si Jesús regresara, se encontraría con un papa sentado en su trono, con trajes ostentosos y una mitra cargada de oro. Yo no dudo de que él echaría abajo muchas cosas edificadas en su nombre, entre ellas el Vaticano”, sentenció.
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