EL HILO AZUL
Luis Rocha
El que el Centro Nicaragüense de Escritores celebre el día de hoy la aparición del primer número de la revista cultural de Nicaragua, EL HILO AZUL, me parece, y lo digo como uno de sus fundadores y actual Presidente, uno de los mejores logros en toda su prolífica historia de veinte años recién cumplidos. El que ésta revista cuente como su Director a Sergio Ramírez Mercado, apoyado por un Consejo Editorial integrado por Claribel Alegría, Gioconda Belli, Ernesto Cardenal, Carlos Fonseca Grigsby y hasta mi persona incluida, me parece el mejor sello de garantía de su idoneidad, pluralismo generacional y rigor fundido con la amplitud y la disposición de divulgar nuevos valores, conservando y respetando los antiguos. No en balde Sergio ocupa en la Academia Nicaragüense de la Lengua, la silla que fuera de Pablo Antonio Cuadra Cardenal. Acérrimos editores ambos, Sergio, junto con Fernando Gordillo, fue fundador y Director de VENTANA en los años 60, revista de la UNAN de León que hiciera época en los anales literarios de Nicaragua. Es el mismo y experimentado Sergio fundador y director de otras publicaciones y editoriales como EDUCA en Costa Rica y Editorial Nueva Nicaragua, para solo mencionar algunas de tanto obligada como grata recordación. El afán de edición en el espíritu.
Es algo que se lleva en la sangre; vena de editores que yo comparto y cuyo ímpetu circulatorio –vocación de servicio a la cultura- tiene sus antecedentes nacionales en el Pablo Antonio Cuadra que junto con mi padre, Octavio Rocha, publicaron en el diario granadino EL CORREO las páginas que contribuyeron a dar a conocer al Movimiento de Vanguardia; el PAC que apoyó a Ernesto Cardenal en la creación de las EDICIONES DEL HILO AZUL; el PAC de los CUADERNOS DEL TALLER SAN LUCAS; el PAC de LA PRENSA LITERARIA, y el PAC de EL PEZ Y LA SERPIENTE, la memorable e histórica revista cultural, surgida en enero de 1961 y que hereda a ésta que hoy presentamos la modalidad de aparecer dos veces al año, en verano y en invierno. Todo el CENTRO NICARAGÜENSE DE ESCRITORES, pero muy especialmente sus pedigüeños oficiales, el Vice-Presidente Julio Francisco Báez y yo, consideramos que ésta revista se merece una circulación nacional e internacional impactante, con más páginas y colores, por lo que en términos económicos nos hemos propuesto recuperar la tradición cultural de PAC, para que unida a la experiencia de Sergio sean razón más que válida para lograr más patrocinadores que se unan, como ya algunos meritorios pioneros se han unido, a éste esfuerzo para que Nicaragua tenga nuevamente una revista digna de su cultura. Digna de su bandera azul y blanca.
En tiempos de EL HILO AZUL, en 1952, Fernando Silva publicó su primer libro de poemas, BARRO EN LA SANGRE, en las EDICIONES DE EL HILO AZUL. Años después, en 1996, en su libro LA LENGUA DE NICARAGUA, escribió: “HILO, (“El Hilo Azul”), Tiempos del hilo azul”: “¡Ah! Mi tiempo cuando era muchacho, tiempos del hilo azul” (El Güegüence). Se refiere a tiempos lejanos: historia vieja (antes y después de la llegada de los españoles). Recuerdos, historias, sucesos que quedaban registrados en unos hilos de color azul con los cuales se hacían nudos, de diferentes tamaños. También se usaban estos nudos para contar, narrar hechos, contar en el sentido de sacar cuentas por medio de esos nudos, igual a como se usaba un “abaco”. El nombre de “el hilo azul” en Nahuatl es: napohuatlzinzin. Dada la importancia que adquirieron estos mentados “hilos”, es de suponerse que también fueron usados en la confección de la vestimenta de los indígenas, principalmente entre los caciques como se aprecia en las figuras de los Códices, y tomando en cuenta la importancia que alcanzó el “añil” en esa época. Este hilo a veces es nombrado como “hilo morado”. Lo cierto es que son hilos de varios colores, aunque es el “hilo azul” el que se mienta como referencias de épocas pasadas, recuerdos, hechos, leyendas, etcétera”.
Hoy, un HILO AZUL recorre todo el mundo de nuestra literatura. Con ésta revista regresamos por nuestros fueros, pues con hilo azul se han cosido las mejores páginas de nuestra historia. Hilo azul de la identidad que nos lega Sandino y la universalidad que debemos a Rubén. Fantasía y realidad: nada es extraño. La araña azul, hilandera encantada, hila el hilo azul de la tela en donde atrapará a su príncipe azul que deberá besarla para deshacer el hechizo. Partiendo del AZUL de Rubén Darío, pasamos por la VENTANA desde la que Alfonso Cortés constató que “Un trozo de azul tiene mayor/ intensidad que todo el cielo”, para llegar a ésta revista de toda Nicaragua, amplia, azul e intensa. Hilo aunador de nuestros vigores dispersos: El Hilo Azul.
“Extremadura”, Masatepe, 24 de junio de 2010.
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