El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 21 de julio de 2013

NI RESIGNADO NI TEMEROSO



Divulgo este artículo así, porque no tengo espacio en EL NUEVO DIARIO que contribuí a fundar en mayo de 1980. No voy a repetir la historia que he venido escribiendo a través de múltiples artículos, como un justo y permanente reconocimiento a Xavier Chamorro Cardenal, su Director-Fundador. Él ya no está ni aquel diario que fundamos en medio de caos y penurias, y que todos sus trabajadores y accionistas, hicimos rentable, responsable y exitoso. Hoy los nuevos propietarios imponen la censura y la discriminación de opinión, en aras de cumplir con su compromiso político con la monarquía, y por eso al momento de la compra pagaron bien las acciones a los pudientes que quisieron venderlas, y no las pagan a los no pudientes. Incluso no las compran, mientras se devalúan a su gusto y antojo, a quienes como yo tan sólo queremos que nos las compren al mismo precio conque compraron, por ejemplo, las de los Chamorro. Como no se compra lo que no tiene valor alguno (hasta que, adrede, no tenga valor alguno) esto significa que el periódico, al menos económicamente y a pesar del sangrado, sí vale.



Cuando había espacio para la libertad y la ética, escribí desde un primer momento editoriales, fui Asistente de la Dirección, dirigí NUEVO AMANECER CULTURAL y entre otras cosas tuve a mi cargo la página de Opinión, que fue un pulmón del pensamiento nacional. Esos hechos, los actuales propietarios, no los podrán borrar ni censurar. Pero el más reciente detonante de mi permanente indignación por la desnaturalización de un medio noticioso que pudo llegar a ser lo que fue, gracias a la abnegación de su colectivo de trabajadores, es la hipocresía bancaria de quienes manejan éste ahora cajero automático, al ir purgando a los indeseables a su sistema: lo mejor del pensamiento del país.



Por eso ayer, al saber que a Onofre Guevara López no le publicaron, como correspondía desde que yo estuve a cargo de la Página de Opinión, su columna de los martes y que ello significaba una patada a “plazo fijo”, escribí con “ira santa” más o menos lo siguiente: La exclusión el martes 16 de julio del artículo de Onofre, por decisión de la inquisición bancaria que maneja el pasquín orteguista, forma parte de una cadena colaboracionista y servil de quienes verdaderamente manejan un periódico, que ya definitivamente no es EL NUEVO DIARIO. Primero, ya con orientaciones de quienes después mandarían a comprarlo, se canceló mi columna “Me quema la palabra” y desde entonces hasta ahora se me decretó “la muerte literaria”. Luego, sin un trato de cortesía personal, se canceló sin palabra y consideración alguna, la gustada columna de Onofre, “Don Procopio y doña Procopia”, actitud vulgar y arrogante, no sólo para con el respetado escritor, sino sobre todo para con los lectores de esa columna, a quienes tampoco se les dio explicación alguna.



El martes 16 de julio volvió a campear el “poder ciudadano”, por encima de la dignidad ciudadana. Nuevamente Onofre, por incastrable fue decapitado. Ya antes habían fumigado “El Alacrán” de Pedro Xavier Molina e incineran a colaboradores como Fernando Bárcenas. Otros nos seguirán ¿Libertad de Prensa? ¿O el “derecho” del patrón sobre conciencia y dignidad? La sucursal del poderoso banco está funcionando y no hay que echarle la culpa a “Mano suave”, su actual director nominal. Otros irán desapareciendo de esa vitrina en la que por arte de magia abundarán los incondicionales del gobierno de facto. Una lengua empalagosa se habla en ese pasquín. Las palabras mueren empantanadas. Las acciones de los minoritarios se oxidan. “Algo a podrido huele en Dinamarca”. Yo no me resigno ni tengo temor.





LUIS ROCHA





“Extremadura”, Masatepe, 21 de julio de 2013.

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