El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 4 de julio de 2013

El reloj marca la salida de Ortega



Por: Sergio Boffelli


Acostumbraba dirigir la orquesta. De pronto, poseído por un ardiente dragón lanzó la batuta y saltó a la pista de baile. Ahora, acuerpando a su elegante pareja oriental, danza el vals La Cuerda Floja.

Con su desmedida ambición y vulgar entrega de soberanía nacional —el más reciente adorno a su corona de ilegalidades— Daniel Ortega se ha colocado la soga al cuello y escogido su último baile.

Ocurre que la batuta no cayó al suelo. Se anuncia que en el aire ha sido tomada por los que acostumbraban contorsionarse al ritmo del otrora director, que ahora se aprestan a ejecutar el merengue que dará al traste con el embelesado dúo.

Los diputados opositores argumentaron coherentemente su negativa a la ley antipatriótica del Canal Interoceánico. Excelente e insuficiente. La hora de los discursos pasó y llegó el tiempo de la acción. Este juego, por medios pacíficos, debe acabar a la brevedad.

La oposición oficial debería notificar al avezado señor Wang Jing, su empresa HK Nicaragua Canal Development Investment (HKC) y a los atormentados que acarician la idea de convertirse en socios, que no les conviene expropiar ni una pulgada de tierras nicaragüenses ni extraer una sola gota de nuestras aguas, pues esta aventura neocolonialista ha sido promovida por un presidente inconstitucional y unos diputados usurpadores, por lo que su trámite de anulación será de primer orden con el próximo nuevo gobierno, que no reconocerá nada de lo actuado ni les indemnizará un centavo.

Los cómodos podrán fruncir el ceño, y los orteguistas soltar la carcajada. No importa. De que se van, se van, a empujones o por su cuenta, con mayores probabilidades de lo primero y bono de futuro incierto incluido.

O más bien de futuro garantizado: después de esta acción filibustera van a perder el poder y no gobernarán más desde abajo ni desde en medio ni desde arriba. Cuando esto ocurra, a pesar de cualquier rabieta pasajera, las arbitrariedades a las que han expuesto la nación serán revertidas. La cúpula orteguista, sus ministros, funcionarios y aduladores, quedan avisados.

En su nebulosa mental, Ortega sabe que pende de un hilo y vive con miedo. Por eso planifica y actúa en la oscuridad. Por miedo no brinda conferencias de prensa a periodistas no oficialistas y encadena los medios audiovisuales contra la voluntad ciudadana. Por miedo, cuando sale de sus cuarteles, lo hace rodeado de decenas de policías que parecen abrir vías para un cortejo fúnebre.

Aunque crea que aumenta sus posibilidades de continuidad habiendo sometido a algunos indecentes, asociándose con el capital que solo le importa aumentar ganancias, desnaturalizando las instituciones del Estado, trampeando en elecciones, cerrando todos los espacios , es precisamente lo contrario.

Esta olla de presión acumulada va a soltar las amarras en cualquier momento y lo va a dejar sin la sonrisita que acostumbra, y quizás hasta sin bigotes. Como fue derribada la estatua de Somoza en su caballo, así van a ser derribados los rótulos del filibustero y sus arbolitos navideños.

Hay que elaborar la lista de las denuncias de corrupción, ilegalidades, abusos, desmanes y atropellos que este régimen ha impuesto a los nicaragüenses. La familia gobernante y allegados habrán de justificar el origen de sus capitales, propiedades, empresas..., y lo mal habido pasará a las arcas del Estado.

Si los grupos opositores esperaban una oportunidad para reivindicarse, la tienen en la mano. La Nicaragua para todos y todas, podría ser asunto de poco tiempo. Tic-tac, tic-tac , el reloj marca la hora azul y blanco, la salida del filibustero. El miedo lo tiene cercado. El autor es periodista.

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