El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 22 de julio de 2013

El número 1.008

Onofre Guevara López

Ese número correspondía al artículo que debió de haber sido publicado en El Nuevo Diario del martes 16 de julio del año 2013, los cuales recogen mis opiniones acumuladas sobre temas políticos y sociales –la mayoría nacionales— acaecidos durante 19 años y siete  meses. Pero el número 1.008ya no vio la luz pública en ese rotativo, a causa de una censura de mi libertad de expresión perpetrada por el señor Luis Rivas Anduray, gerente general del Banco de la Producción (Banpro).
¿Qué tiene que ver el gerente de un banco comercial con un artículo de opinión, si él no es su director ni editor de página?, se preguntará el lector con toda lógica. Técnicamente, no tiene que ver absolutamente nada, pero siendo el gerente del banco dueño del periódico, no se siente obligado a respetar la libertad de expresión, porque no es ese el negocio de un banco.
Desde diciembre de 2011, la página Opinión de El Nuevo Diario quedó amenazada de perder su perfil amplio, democrático, pluralista y tolerante con las ideas más diversas, que página similar tuvo alguna vez en un periódico nicaragüense. END no tuvo un simple cambio de propietarios, pues detrás ese cambio que pareció ser una mera operación mercantil, venía la pérdida de su función informativa, como portavoz de los ciudadanos si voz, y el cumplimiento de su deber para con el desarrollo de la vida democrática del país y al servicio de los intereses nacionales, como parte de la conciencia crítica popular para velar por la buena marcha de los deberes de las instituciones públicas al servicio de todos y no solo de los intereses mezquinos de partido alguno ni de los círculos económicos privados.
Ese cambio esencial en la misión del periódico, fue anunciado por el mismo señor Rivas Anduray, cuando, en un encuentro con el colectivo de redacción, definió la nueva línea, radicalmente contraria a las razones que le dieron vida a El Nuevo Diario, y que se resume en que a su institución bancaria no le interesa el periodismo, sino los negocios. Es decir, que así como adquirieron un periódico bien pudieron adquirir una funeraria: en el primer caso, su interés no es la información, sino vender anuncios; así como en el segundo caso, solo les importaría la cantidad de muertos que pudieran atender. Desde el punto de vista de los negocios, no hay diferencias.
En consecuencia, se inició el proceso de cambio en el periódico. Se acabaron los trabajos de investigación sobre la corrupción en las instituciones del Estado; el diseño comenzó a cambiar, técnicamente, pero junto a eso comenzó a predominar en su páginas el anuncio comercial en detrimento de la información; las noticias sobre asuntos políticos –necesarias para pulsar las funciones del Estado, el área principal donde opera la corrupción—, comenzaron a desaparecer de sus páginas y a ser sustituidas con noticias secundarias, dejando al margen sus causas políticas; la redacción y la titulación comenzaron a reflejar la trivialidad de los temas y de las noticias.
Esa deformación del perfil original de END en lo informativo, se extendió hacia el área de la opinión política. Se eliminó la columna  crítica-irónica de “Don Procopio y doña Procopia” y después el suplemento humorístico-crítico “El Alacrán”. Se comenzó a poner reparos sobre los artículos de opinión –sus dimensiones— y finalmente sobre los contenidos, aplicando la censura: cero críticas a la concesión canalera de Ortega al chino Wang Ling; ninguna mención a las denuncias de Zoylamérica; nada de críticas al gobierno y a la empresa privada.
 Los objetivos de la censura en END son eminentemente pro gobiernistas, lo que motiva otra pregunta: ¿qué tiene que ver el gerente de Banpro con el gobierno, sino no es un banco oficial, sino privado?
Aquí es donde afloran las cuestiones ocultas de la fusión entre el poder político y el poder económico, y la mutua protección de sus negocios y sus consecuentes beneficios. El capital financiero privado se beneficia de las operaciones con el dinero privatizado por quienes controlan el poder político, y crean murallas de protección de unos a favor de los otros para la sobrevivencia del sistema político establecido. O sea, estamos bajo la alianza del capital y el poder político dentro del capitalismo salvaje, ya no simplemente neoliberal, sino neoliberalismo con mampara pseudo revolucionaria. Y ambos igualmente anti democráticos y represivos de las libertades públicas.
******
Paráfrasis:

Los héroes no dijeron que morían por la patria… menos por quienes se la repartieron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario