El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 1 de agosto de 2013

Vivir bonito



http://www.confidencial.com.ni/articulo/10153/vivir-bonito




A mí me late que esta gran disociación entre el discurso y la realidad, es una manifestación del sentimiento culposo con el que Murillo vive su vida, ante los múltiples daños causados por una cadena de actos incorrectos y reprensibles.



Sofía Montenegro | 6/2/2013






Motivada por el normal interés de mejorar mi calidad de vida y armada de entusiasta espíritu cívico, decidí aceptar la invitación a reflexionar hecha por la primera dama de Nicaragua en su “Estrategia para vivir limpio, vivir sano, vivir bonito, vivir bien”, porque si en algo estoy de acuerdo con ella es que hay que poner “los énfasis indispensables en la coherencia entre lo que somos, lo que pensamos y lo que hacemos”.



Según lo dicho por la autora “Vivir Limpio, Vivir Sano, Vivir Bonito, Vivir Bien...! Es una fórmula y muchas fórmulas que apuntan a la sencillez, a la moderación, al Equilibrio, a la racionalidad, a la comprensión del deber ciudadano y del deber de las Instituciones, del Estado, y la Cooperación Complementaria de las Iglesias, de la Empresa Privada, l@s Productor@s, de juntar Esfuerzos, Fuerzas, Voluntades y Compromisos, para recrear la Vida en este Siglo XXI, de desafíos inéditos y de aprendizajes imprescindibles, no para sobrevivir, sino para lograr llenar de sentido y significado todos los ámbitos de la Existencia Personal, Familiar, Comunitaria y Social.”



Dado que nos manda a aprender y practicar valores que nos libren de la suciedad, el miedo, la violencia y la mentalidad depredadora, hice el ejercicio para ver si la gobernanta está a la altura de la coherencia que nos pide. No sin cierto trabajo logré descifrar entre tantas solemnes mayúsculas y frases repetidas, lo que Murillo pretendía decir en su farragoso texto de varias páginas. Este puede clasificarse como un catecismobuenista, cuya proposición fundamental es que el mal puede convertirse en bien y que el problema es un asunto de actitud, no de realidades sociales, poder, historia o política, ya que en el fondo, todos somos “buenos”. Sólo basta que estemos “compenetrad@s de la importancia de nuestros vínculos, de nuestros afectos, de nuestros lazos, y del valor que cada un@ de nosotr@s tiene en el empeño de salvar el Planeta y asegurar Sociedades Armoniosas, Justas, Saludables, Dignas, Prósperas, Contentas, Seguras, Sostenibles.”



Al parecer, la “guía básica” de 14 puntos está basada sobre la “Filosofía Humanista, Idealista, Ética y Evolucionaria” de su propia y ecléctica cosecha. Para tratar de entender de qué está hablando, la resumí y agrupé los puntos por el valor al que aluden y que se traducen en los siguientes tres:



a. Respeto de todos a la ley

A este valor aluden los puntos 1, 2, 5, 7 y 8 de la “guía básica”: llama a respetar normas de convivencia humana, a la participación, al respeto de los derechos de los otros y el respeto a la vida, la participación informada, el rechazo a la violencia y los vicios y a cumplir las orientaciones de las autoridades e instituciones.



b. Respeto a las personas, a lo ajeno y a los bienes comunes

Alude a los puntos 3, 4, 6, 9, 10: garantizar hogares privados, espacios públicos e instituciones limpias, fortalecer producción para consumo local, proteger los espacios y bienes comunes, normas de consumo y eliminación de desechos y respetar áreas protegidas y el entorno.



c. Sentido democrático, ejercicio cívico y libertad

En la “guía básica” corresponderían a los puntos 11, 12, 13 y 14: promover una vida austera, ahorrativa, sin derroche, ostentación, exclusión o prejuicio social, económico, político, religioso, sexual o generacional; promover el estudio, la lectura y la reflexión, para la libertad, la equidad y la justicia; llama a la praxis permanente para vivir en unidad y diálogo.



Puestos así, los puntos son “políticamente correctos”. No habría nada que objetar si no fuera porque proviene de alguien que jamás se ha destacado por actuar en concordancia con los valores propuestos y antes bien, es notoria por promover los antivalores de la corrupción. Veamos:



Fuera de la ley y la moralidad

El régimen del cual Murillo es artífice y parte, se ha comportado al margen de las leyes y las trasgrede constantemente. Para empezar, está en el cargo de manera ilegítima como parte de un gobierno inconstitucional, donde se confunde familia-empresa-Estado sobre la base de una visión depredadora de los bienes públicos y los recursos naturales. Se trata de un régimen que ha violentado los derechos políticos, de participación y de identidad, en tres elecciones fraudulentas, ha reprimido las protestas y ha dado muerte a ciudadanos por reclamar contra el fraude. No hay institucionalidad ni verdaderas autoridades, siendo en su mayoría usurpadores, paniaguados o hijos de componenda. Esta práctica perversa en la que se impone la ley del más fuerte, echa por tierra las pretensiones moralistas de su autora.



Abuso de poder en todas sus formas

De la privacidad del hogar Ortega-Murillo ha salido uno de los más sonados escándalos de abuso sexual del que se tenga memoria, así que mal puede hablar de “garantizar hogares” seguros y limpios. Este llamado de quien encabeza una familia disfuncional, marcada por la deshonestidad, la traición y el abuso parental, es ridículo como mínimo. Los poderes del Estado han sido destruidos por la corrupción, el robo y el partidismo, lo mismo que las alcaldías. Efectivamente, limpiarlos es un imperativo nacional, pero no por quienes los corrompen y ensucian. Manda a encarar la crisis económica y el empobrecimiento, con economía de patio y producción de bajos rendimientos, para mantener a la gente en la sobrevivencia, mientras se apropian de recursos, bienes, empresas y hacen grandes negocios que benefician al círculo del poder y al empresariado cómplice. Si se preocupara de verdad por los espacios públicos y los bienes comunes no habría eliminado la autonomía a las Alcaldías, ni habría usado sus presupuestos como caja chica para sus campañas clientelistas o impuesto tanto alcalde y concejal incompetente y servil. Como resultado, nos agobia la suciedad, la basura y el desorden en las ciudades al tiempo que las prohijadas mafias terratenientes y madereras, acaban con reservas como la de Bosawás o Mokorón. La inmoralidad, el robo, la arbitrariedad, el favoritismo y la ineficiencia dejan a su cartilla sin ningún sustento.



Ambición y acumulación desmedida

El llamado a la “vida sencilla, sin derroche u ostentación, etc” deja a los lectores entre la carcajada y la perplejidad, pues a la inmensa mayoría el desempleo, la exclusión social y política, la inflación y la pobreza no les permite hacer los tres tiempos de comida ni “ostentar” el consumo de una canasta básica completa. El uso de los recursos públicos como propios, los vehículos de lujo de la pareja, sus hijos y corifantes; los viajes, las puestas en escena y la multiplicación de las empresas de todo pelaje y el acaparamiento de medios de comunicación, ponen en evidencia la ambición personal desmedida y la vaciedad del postulado de Murillo. El negocio tártaro que esfumó un millón de dólares para unas inexistentes “calles para el pueblo” y los millones eximidos en impuestos al manager de los fraudes electorales por la introducción de 14 vehículos, son sólo las últimas perlas de su corona. La crisis de la educación y el monopolio mediático, donde impera la verdad “incontaminada y absoluta” y los monólogos del poder, manda al traste cualquier intento de ejercicio cívico y libre.



¿Y entonces, se preguntarán, a qué viene todo esto? A mí me late que esta gran disociación entre el discurso y la realidad, es una manifestación del sentimiento culposo con el que Murillo vive su vida, ante los múltiples daños causados por una cadena de actos incorrectos y reprensibles. En sus monólogos cotidianos se pueden constatar pensamientos reiterativos y una verbosidad excesiva que buscan reducir su desorden de ansiedad y proyectarla como la versión nativa de Madre Teresa de Calcuta. Una defensa sicológico-discursiva para enfrentar su sensación de suciedad interior, la necesidad de expiación, de perdón y penitencia. Pero también un mecanismo para eludir la propia responsabilidad, o sea, la capacidad personal de responder por las consecuencias de su conducta.



Según se dice, Murillo publicará un millón de copias de su guía, en una suerte de “totalitarismo del bien”. Un fenómeno editorial artificial por medio del cual pretende convencerse y convencernos de que la esposa del César no tiene por qué ser honesta ni buena, solo basta parecerlo. Esa es la clave de “vivir bonito”.

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