El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 18 de junio de 2013

LOS LABERINTOS DE DOÑA ISABEL

Cuando se tiene el talento, es de necios recurrir a lo rebuscado. Lo rebuscado lo que hace es hacer quedar en ridículo a quien recurre a él.
¿Quién va a dudar del talento literario de Isabel Allende? Quien dude, que lea La Casa de los Espíritus, La Hija de la Fortuna, Retrato en Sepia, Inés del Alma Mía. Y para que seguir si nos vamos a encontrar lo mismo de lo mismo. Por eso, me pregunto qué necesidad tiene la laureada escritora de recurrir a lo rebuscado, que fue lo que hizo en una reciente entrevista sobre su persona.
Sus sueños eróticos, le pregunta el entrevistador e Isabel Allende, orgullo de Chile, de América, del mundo, contesta con la mediocridad de los que no conocen ni la fama, ni la excelencia, ni el talento. – En una ocasión soné con mi amigo Antonio Banderas. Soñé que estaba desnudo, embadurnado de guacamole y acostado sobre una tortilla.- Falso, esos sueños eróticos rebuscados solo se tienen despierto y cuando quieres quedar como excéntrico ante tus amistades. Isabel Allende, la de Los cuentos de Eva Luna y De amor y de Sombras, solo tenía que decir que soñó con Anthony Flags y que estaba desnudo y le hizo un buen fellatio. Para que ponerlo en una tortilla embadurnado de aguacate. Si quería ser estrambótica, hubiera dicho que le quitó el aguacate de pies a cabeza con su lengua y con sus dedos inquietos. Además le falta el final a ese supuesto sueño erótico. Lo tenía desnudo, embadurnado de aguacate y sobre una tortilla. ¿Y qué más? Acaso sintió escrúpulos de decir que lo limpió con su lengua, que es lo que hace erótico al sueño.
Por favor Doña Isabel, usted no necesita los recursos de las que compiten en concursos frívolos y por eso la respuesta frívola y rebuscada. Usted, como autora de primera línea, de la categoría de García Márquez, de Vargas Llosa, de Carlos Fuentes, tiene que ser lo más simple posible, porque por su talento no tiene que igualarse a los mediocres en busca de fama.
Yo protesté cuando publicó Hermafrodita, un cuasi plagio de, Cómo Agua para Chocolate, de la mexicana Laura Esquivel. Una completa mediocridad indigna de su talento. Ni las recetas de comida son aceptables, ya no digamos de lo vacío de la novela, que se queda en un mal libro de recetas de cocina. Pero Dña. Isabel puede escribir lo que le dé la gana. Tal vez estaba estresada y escribió eso para salir de la depre. Y parece ser así porque a esa novela le siguieron verdaderos éxitos mundiales: La Hija de la Fortuna, Retrato en Sepia, Inés del Alma Mía.
Ahora, inventar un sueño erótico rebuscado, es negarse todo el talento literario para precisamente inventar.
Si Dña. Isabel le tiene hambre a Antonio, solo tiene que decirlo con palabras propias y sencillas: Sueño que le hago un fellatio a Antonio y le pongo aguacate porque no tenía a mano jalea de guayaba. Y nada más. ¿Para que el guacamole, para que la tortilla y no hacerle nada al fin del sueño? Incomprensible, Dña. Isabel, incomprensible.


Jorge J Cuadra V    

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