UNA NACION DE INMIGRANTES

Eso es Estados Unidos y quien pretenda negarlo peca de mal informado. Estados Unidos es una nación joven que desde sus inicios se negó a formar una raza, optando por el exterminio de los habitantes originales de esas prodigiosas tierras llenas de valiosos recursos naturales. Me refiero a los PIELES ROJAS, llamados así por el tinte bermejo de su piel. A esas tribus pertenecen los legendarios guerreros que se fajaron con las tropas federales vestidas de azul. Me refiero a Jerónimo, a Crazy Horse y a Sitting Bull, los cuales pertenecían a las naciones indígenas de los Apaches el primero y de los Sioux los dos restantes.
La llegada de los Pilgrims a bordo del Mayflower en el año 1620, quienes no eran más que un grupo de disidentes religiosos huyendo de la intolerancia religiosa que imperaba en su país y que salieron del puerto de Plymouth, Inglaterra y llegaron a lo que después sería el puerto de Plymouth, Massachusetts, marca el comienzo de la conquista y colonización de lo que con los años llegarían a ser los Estados Unidos de América.
Después de muchas luchas, contra los pieles rojas hasta lograr su sometimiento total y contra los casacas rojas que eran las tropas militares de la potencia de la cual eran colonia y se lograron independizar después de sangrientas batallas, emerge la nueva nación preservando la raza blanca como el componente principal de su población. Entonces se dan los grandes movimientos migratorios procedentes preferentemente de Irlanda, Italia, Polonia y Rusia, inmigrantes que fueron los que desarrollaron la gran nación que es ahora, sin olvidar a los chinos, sin cuya participación el ferrocarril de costa a costa no hubiera sido posible.
Las puertas de Estados Unidos estuvieron abiertas para los emigrantes europeos todo el siglo XIX y comienzos del siglo XX, que es cuando empieza y se desarrolla el poder industrial que desde hace un siglo los caracteriza.
La inmigración latina vendría después motivada, igual que la europea, por la pobreza que aun impera en nuestros países. Así como los irlandeses se vinieron en masa a Estados Unidos impulsados por el hambre causada por la crisis de la papa, así también los mexicanos se saltan el rio Bravo escapando de la miseria provocada por la corrupción de sus gobiernos.
El común denominador de los que recorren medio mundo en busca del sueño americano, es la pobreza que a su vez engendra el desempleo. Por lo menos hasta la segunda mitad del siglo pasado, Estados Unidos era considerado el país de las oportunidades, pero a medida que la pobreza fue aumentando hacia el sur del rio Grande, hacia el norte el paraíso de las oportunidades fue disminuyendo y las facilidades de inmigrar se fueron haciendo cada vez más difíciles.
Irlanda se convirtió en una nación tan rica, que recibe inmigrantes de Inglaterra en busca de una vida mejor. Italia dejó de exportar carne humana porque se convirtió en una de las naciones del grupo original de las siete economías más grandes del mundo y pasa igual con el resto de naciones de Europa, desde donde ya no se escucha el tumulto de los grandes movimientos migratorios. Esas naciones se bastan a si mismas y cuidan de que sus habitantes no tengan que salir a rodar fortuna.
En América Latina no ocurre lo mismo. Con la excepción de tres o cuatro países, los demás cooperan en grande para la existencia de los inmigrantes ilegales que quieren escapar del infierno de la pobreza. México, que bien podría considerarse la segunda economía de América Latina, es el principal proveedor de inmigrantes ilegales. Centro América, con la excepción de Panamá y Costa Rica, es un fuerte productor de inmigrantes ilegales. Países ricos como Ecuador, con banano y petróleo, genera deseos de emigrar por razones económicas. Las naciones del Caribe, República Dominicana y Haití, están a la par con Cuba en donde sus habitantes no vacilan en cruzar el mar caribe, los dos primeros en busca de pan y el último en busca de pan y libertad.
Ante esa avalancha indetenible de inmigrantes ilegales, a Estados Unidos no le queda más remedio que cerrar sus fronteras desatando una persecución implacable contra los que cruzan el mar y caminan por los desiertos buscando como alcanzar el oasis en el que creen que van a calmar su sed de trabajo y bienestar.
La llamada Ley de Arizona, fue creada para impedir que su territorio siga siendo puerta de entrada y refugio de inmigrantes ilegales y la Gobernadora Brewer tiene todo el derecho de haberla implantado, porque su principal deber es proteger a los habitantes legales de su estado y de su país. Las protestas dentro y fuera de los Estados Unidos contra esa ley son válidas, pero eso no le quita la razón a la Gobernadora Brewer de haberla implantado, ni a la ley su espíritu proteccionista.

Jorge J Cuadra V
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