El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 28 de mayo de 2010

RAPACIDAD EN LA IGLESIA CATOLICA

“A mi me da mucha pena cuando en las propias instituciones de la
Iglesia hay filtración, falta de honradez, esta rapacidad de querer enriquecerse, esto es muy difícil”. Esas y otras muchas palabras más, todas de igual calibre, fueron las que pronunció el Obispo Emérito de Granada, Monseñor Bernardo Hombach, en la ceremonia de aceptación del doctorado Honoris Causa que la Universidad Ave María le otorgó en consideración a su abnegada e incansable labor de pastor de almas. Sus palabras tienen un destinatario, que pese a su conocida labor de rapiña, sigue siendo intocable para algunos personajes influyentes de la alta jerarquía de la Iglesia.
Los preceptos de la doctrina católica son muy claros. Uno de ellos dice que para poder ser perdonado cuando uno se ha apropiado de bienes que no nos pertenecen, hay que restituirlos para ser absueltos. Pero el actual Arzobispo de Managua parece que opina diferente cuando sugiere que hay que echar un velo sobre las malas acciones cometidas por el antiguo Arzobispo y actual Cardenal, que es quien hace posible las tropelías delictivas de Roberto Rivas Reyes. Dentro de la Iglesia Católica no hay diferencias, no hay católicos de primera y católicos de segunda. Todos los católicos somos iguales y estamos sujetos a las mismas reglas. ¿Entonces por que pretende el Arzobispo Brenes y Solórzano que olvidemos el despojo del que fue objeto la Iglesia Católica en el caso de las tierras que ahora le pertenecen a Roberto Rivas porque abusivamente el Arzobispo de entonces, Obando y Bravo, se las regaló? No es justo que una propiedad que le pertenece a la Iglesia le quede a un extraño solo porque quien manejaba las cosas de la sagrada institución cometió el pecado de la codicia al hurtar las tierras que le fueron donadas a la Iglesia Católica. ¿Por qué tiene que ser un Obispo de origen alemán el que pone el dedo sobre la supurante llaga, mientras el nicaragüense busca como apañar al hechor? Puede haber un mar de especulaciones al respecto. Se puede especular que dicho comportamiento se debe al hecho de que quien delinquió fue maestro del actual Arzobispo y después lo consagró como sacerdote y después hizo lo mismo cuando llegó a Obispo y el actual Arzobispo no ha podido emanciparse de la influencia del poderoso personaje que hoy viste de rojo. Mientras Monseñor Bernardo Hombach es crítico en su mensaje a la juventud y deja en claro la inmoralidad de Roberto Rivas y la lenidad perniciosa de su protector, el Cardenal Obando y Bravo, el Arzobispo Brenes nos pide que hagamos borrón y cuenta nueva con su preceptor. Eso es fomentar la corrupción y una corrupción mayor porque se trata de quien se trata.
Los miembros de la Jerarquía y de la Conferencia Episcopal deben ser tan fuertes en sus cuestionamientos sobre el que delinque, como lo fue el Obispo Emérito, Bernardo Hombach. Con actuaciones así uno se siente orgulloso de ser católico, pero con actuaciones como la de Monseñor Brenes, lo que nos da es ganas de desertar.
Hay casos que nunca prescriben y este del despojo de los terrenos en donde está la Mansión Lalinde, debe ser uno de ellos porque en el escándalo está el pecado y que más escándalo que el que da quien está supuesto a ser conductor de hombres y pescador de almas predicando la doctrina de Cristo que nos dice: Amar a Dios por sobre todas las cosas, no matar y no robar, para mencionar solo tres de los diez preceptos que han pasado a la historia del cristianismo.
¡Hurra! a Monseñor Hombach, un auténtico cristianismo que no vacila en denunciar la doble moral de los hombres de La Iglesia que predican el bien, pero fomentan el mal con sus acciones pecaminosas, cuyo mayor daño es el escándalo entre los fieles.
Apoyo solidario para el Arzobispo Brenes, para que encuentre la fuerza para censurar a quien se lo merece, sin importar que este sea su antiguo maestro y mentor dentro de la Iglesia. En estos tiempos la iglesia no puede ni debe vacilar en la fiel interpretación de la palabra de Cristo, la cual deja bien claro dos cosas: Su amor por los niños, a los cuales llama a su lado para disfrutar con el tesoro de su inocencia y su severidad con los que escandalizan al prójimo, a los cuales les cuelga una piedra de molino al cuello y los hunde en las profundidades del mar para sepultar el poder de su veneno.

Jorge J Cuadra V

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