Sacerdote Jesuita, educador, historiador, amigo….
Son las palabras que surgen espontáneas cuando empezamos a hablar del Padre Álvaro Arguello.
Granadino de nacimiento y de corazón, remonta sus recuerdos de infancia a la Ciudad de Granada y su entorno natural: el lago, el Mombacho, las haciendas, los paseos a caballo y los olores tradicionales de la vegetación y las comidas.
Alumno del Colegio Centroamérica desde los primeros grados de primaria, recibió el magisterio de muchos jesuitas a quienes recuerda como pedagogos, científicos, educadores y al mismo tiempo, amigos.
“El ejemplo que nos daban nuestros profesores jesuitas, despertó en mi el deseo de ser como ellos” explica el Padre Arguello.
Después de su bachillerato en 1950, siendo todavía un adolescente, se integra a la Compañía de Jesús. Hace el noviciado en El Salvador y sus estudios teológicos y humanistas en Ecuador y Estados Unidos.
Durante los seis años que vive en Ecuador, descubre su vocación por los pobres y a la luz de la doctrina social de la iglesia, reflexiona sobre las causas de la pobreza y define para siempre su opción de vida.
También descubre su pasión por la historia de Nicaragua y dedica muchas horas al estudio y recopilación documental. La lucha del General Sandino, uno de sus temas preferidos, lo lleva al Archivo de los Marinos en Estados Unidos donde encuentra valiosos documentos. Fotocopia algunos, compra otros y trae a Nicaragua, en plena dictadura somocista, fotos y documentos de Sandino escondidos en su sotana de cura.
Ordenado sacerdote jesuita en 1965, regresa a Nicaragua y vive con humildad durante siete años en zonas marginales de Los Brasiles y Ciudad Sandino. Quiere compartir la pobreza con los habitantes de estos barrios y acompañar los movimientos reivindicativos que se dan en esa década de turbulencia política y lucha contra el régimen dictatorial de la familia Somoza.
A partir de 1978 asume importantes responsabilidades en la Universidad Centroamericana. Es miembro de la Junta de Directores, Vicerrector General, Director del Instituto Histórico Centroamericano y profesor de historia en la Facultad de Humanidades.
Como parte de su trabajo diario combina las responsabilidades pastorales, administrativas y docentes, con la investigación histórica y la reflexión social que se promueve desde el Instituto Histórico Centroamericano. Funda la Revista Envío con el objetivo de recoger la excepcionalidad del proceso histórico que vive entonces Nicaragua y difundirlo internacionalmente. La Revista se publica en 4 idiomas.
Le corresponde al Padre Arguello representar a la Asociación del Clero Nicaragüense en el Consejo de Estado, constituido en 1979 después del triunfo de la Revolución Sandinista, dentro del que participó en los cabildeos para la redacción de la nueva constitución política y las relaciones internacionales.
A partir de 1990 dirige el proceso de constitución del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, y comparte sus tareas de archivero e investigador con las nuevas responsabilidades que la Orden le asigna en el Colegio Centroamérica.
Profesor de historia y guía de los jóvenes de quinto año del Colegio, desarrolla una estrecha relación con los estudiantes a través de las actividades académicas y de largas conversaciones fuera del aula. Se convierte en el amigo y consejero al que los jóvenes dedican sus promociones.
En el IHNCA, continúa el trabajo iniciado décadas antes por el Padre Manuel Ignacio Pérez Alonso en el Instituto Histórico Centroamericano con el objetivo de promover la investigación a través de la constitución y desarrollo de la Biblioteca y el Archivo Histórico.
Su incansable labor de archivero y recopilador de la memoria es uno de los aspectos de los que menos se habla, sin embargo, la recuperación del patrimonio documental de Nicaragua y la preservación de la memoria histórica constituyen el mayor aporte que el Padre Arguello le hace al país.
Es importante destacar que para el Padre Arguello, los archivos tenían un valor cultural y social que trasciende el mero valor histórico como memoria, y se convierten en potentes instrumentos de educación. En efecto, sus clases de historia fueron medios para estimular en los jóvenes la reflexión sobre el país, los problemas del presente y sus raíces, propiciando en el aula verdaderos espacios democráticos….
Escribe uno de sus ex alumnos: “El padre Argüello es un ejemplo de cómo se puede disentir sin agredir, argumentar sin ofender, defender las ideas con altura y dignidad. ¡Cuánto hemos olvidado esos principios! “ .
El rescate del patrimonio documental, la preservación de la memoria, la formación de valores éticos y ciudadanos a través de la enseñanza de la historia, forman parte del enorme legado que el Padre Alvaro Arguello le deja al país.
NOTA DE "EL CORREO":Copyright IHNCA - UCA 2010. El P.Alvaro Argüello falleció el día de hoy 24 de mayo.
Son las palabras que surgen espontáneas cuando empezamos a hablar del Padre Álvaro Arguello.
Granadino de nacimiento y de corazón, remonta sus recuerdos de infancia a la Ciudad de Granada y su entorno natural: el lago, el Mombacho, las haciendas, los paseos a caballo y los olores tradicionales de la vegetación y las comidas.
Alumno del Colegio Centroamérica desde los primeros grados de primaria, recibió el magisterio de muchos jesuitas a quienes recuerda como pedagogos, científicos, educadores y al mismo tiempo, amigos.
“El ejemplo que nos daban nuestros profesores jesuitas, despertó en mi el deseo de ser como ellos” explica el Padre Arguello.
Después de su bachillerato en 1950, siendo todavía un adolescente, se integra a la Compañía de Jesús. Hace el noviciado en El Salvador y sus estudios teológicos y humanistas en Ecuador y Estados Unidos.
Durante los seis años que vive en Ecuador, descubre su vocación por los pobres y a la luz de la doctrina social de la iglesia, reflexiona sobre las causas de la pobreza y define para siempre su opción de vida.
También descubre su pasión por la historia de Nicaragua y dedica muchas horas al estudio y recopilación documental. La lucha del General Sandino, uno de sus temas preferidos, lo lleva al Archivo de los Marinos en Estados Unidos donde encuentra valiosos documentos. Fotocopia algunos, compra otros y trae a Nicaragua, en plena dictadura somocista, fotos y documentos de Sandino escondidos en su sotana de cura.
Ordenado sacerdote jesuita en 1965, regresa a Nicaragua y vive con humildad durante siete años en zonas marginales de Los Brasiles y Ciudad Sandino. Quiere compartir la pobreza con los habitantes de estos barrios y acompañar los movimientos reivindicativos que se dan en esa década de turbulencia política y lucha contra el régimen dictatorial de la familia Somoza.
A partir de 1978 asume importantes responsabilidades en la Universidad Centroamericana. Es miembro de la Junta de Directores, Vicerrector General, Director del Instituto Histórico Centroamericano y profesor de historia en la Facultad de Humanidades.
Como parte de su trabajo diario combina las responsabilidades pastorales, administrativas y docentes, con la investigación histórica y la reflexión social que se promueve desde el Instituto Histórico Centroamericano. Funda la Revista Envío con el objetivo de recoger la excepcionalidad del proceso histórico que vive entonces Nicaragua y difundirlo internacionalmente. La Revista se publica en 4 idiomas.
Le corresponde al Padre Arguello representar a la Asociación del Clero Nicaragüense en el Consejo de Estado, constituido en 1979 después del triunfo de la Revolución Sandinista, dentro del que participó en los cabildeos para la redacción de la nueva constitución política y las relaciones internacionales.
A partir de 1990 dirige el proceso de constitución del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, y comparte sus tareas de archivero e investigador con las nuevas responsabilidades que la Orden le asigna en el Colegio Centroamérica.
Profesor de historia y guía de los jóvenes de quinto año del Colegio, desarrolla una estrecha relación con los estudiantes a través de las actividades académicas y de largas conversaciones fuera del aula. Se convierte en el amigo y consejero al que los jóvenes dedican sus promociones.
En el IHNCA, continúa el trabajo iniciado décadas antes por el Padre Manuel Ignacio Pérez Alonso en el Instituto Histórico Centroamericano con el objetivo de promover la investigación a través de la constitución y desarrollo de la Biblioteca y el Archivo Histórico.
Su incansable labor de archivero y recopilador de la memoria es uno de los aspectos de los que menos se habla, sin embargo, la recuperación del patrimonio documental de Nicaragua y la preservación de la memoria histórica constituyen el mayor aporte que el Padre Arguello le hace al país.
Es importante destacar que para el Padre Arguello, los archivos tenían un valor cultural y social que trasciende el mero valor histórico como memoria, y se convierten en potentes instrumentos de educación. En efecto, sus clases de historia fueron medios para estimular en los jóvenes la reflexión sobre el país, los problemas del presente y sus raíces, propiciando en el aula verdaderos espacios democráticos….
Escribe uno de sus ex alumnos: “El padre Argüello es un ejemplo de cómo se puede disentir sin agredir, argumentar sin ofender, defender las ideas con altura y dignidad. ¡Cuánto hemos olvidado esos principios! “ .
El rescate del patrimonio documental, la preservación de la memoria, la formación de valores éticos y ciudadanos a través de la enseñanza de la historia, forman parte del enorme legado que el Padre Alvaro Arguello le deja al país.
NOTA DE "EL CORREO":Copyright IHNCA - UCA 2010. El P.Alvaro Argüello falleció el día de hoy 24 de mayo.
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