Querido poeta Rocha:Pese a que este artículo fue escrito el pasado 22 de diciembre el tema sigue siendo actual, pues trata sobre las reiniciadas relaciones diplomáticas Cuba-Estados Unidos. Desconozco la razón por la cual no fue publicado por el medio para el que fue escrito originalmente, pero, como no ha perdido vigencia, le solicito un espacio para que vea la luz en El Correo. Este es el más tradicional de los nombres para un medio de comunicación, pero siendo una publicación digital, se actualiza como medio para la libre expresión del pensamiento sin requerir más estampillas que la gratitud.
Gracias,
OGL
Causas y especulaciones
Onofre Guevara López
Es lógico que sucesos políticos como la reanudación
de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, sean verdaderas
sorpresas para una población desinformada acerca de las causas de la ruptura,
pero no se justifica que analistas especulen buscando sus orígenes en hechos
inmediatos, en vez de recurrir a la historia. Sería como justificar al geólogo que
ofreciera explicaciones especulativas sobre las causas de un sismo, en vez de indagar
sobre la profundidad y la distancia de su epicentro.
--o--
Evadiendo
referencias a la centenaria resistencia cubana frente a su poderoso agresor,
hay quienes atribuyen la causa del cambio de posiciones a fenómenos de última
hora, como la baja del precio del petróleo, siendo este un hecho de reciente
data. Hay quienes, aún más especulativos, suponen que el anuncio de la
reanudación de la amistad diplomática entre ambos países, es una “traición” de
Cuba a sus aliados en el Alba, y otros le atribuyen la “traición” a Barak Obama.
Y no falta el argumento de que el gobierno de la isla anda buscando padrino en
los Estados Unidos ante la supuesta debacle económica y política de Venezuela.
--o--
¿En dónde dejan el temple adquirido por Cuba en la
lucha por su soberanía, amenazada por su gigante vecino dese hace más de 200 años? Su resistencia ha convertido a la pequeña isla
en una potencia moral. Obama –aparte de las muchas coyunturas actuales— no solo
está retando poderosos intereses que dominan la política de su país, sino que
está reconociendo el fracaso histórico del presidente fundador Thomas Jefferson,
quien en 1805, advirtió la necesidad de apoderarse de Cuba para “defender” a
Luisiana, recién comprada a Francia en 1803. (Viejo apetito imperial que nada
tiene que ver con el precio del petróleo en un mercado internacional que no
existía para ese producto, de inútil uso entonces para impulsar diligencias).
--o--
La
necesidad de apoderarse del petróleo ajeno –por lo cual los Estados Unidos ya ha
destripado a varios países—, es posterior a su deseo de apoderarse de Cuba. Tras
ese objetivo, primero le ofreció a España diez millones de dólares por la isla,
pero como se negó, le hizo la guerra para quitársela en 1898, tras la cual
obtuvo no solo a Cuba, sino también a Puerto Rico en el Caribe y Las Filipinas
en el Asia. Pero el espíritu de rebeldía de los cubanos le impidió colonizar a
la isla en los mismos términos que
lo hizo con los otros territorios usurpados.
--o--
En vez del clásico colonialismo y del nuevo estilo
puertorriqueño, Estados Unidos le impuso a Cuba “reformas democráticas” frente
al colonialismo español durante 61años –1898-1959— que incluyeron: dictaduras,
gobiernos títeres, gangsterismo político, reinados de las transnacionales
gringas y de la prostitución, asesinatos de dirigentes obreros y estudiantiles,
analfabetismo de masas, etcétera. Fue entonces que “llegó Fidel y mandó a parar”.
Con la reanudación de las relaciones diplomáticas, ese tipo de “reformas” no
volverán, como parecen esperarlas algunos ilusos.
--o--
O
sea, que toda esa escoria que floreció bajo la “república democrática” la revolución
la mandó de vuelta a su antro de nacimiento. Eso fue un imperdonable comportamiento para los
beneficiarios de la corrupción y del crimen. Los adversarios de Obama, le
critican porque no exigió la rendición de Cuba, como si fueran los cubanos
quienes les debieran algo a los Estados Unidos. Obama y su equipo conocen la
historia, y si proponen un cambio de estilo en las relaciones con Cuba no es
por antojo, sino porque es lo único que la historia le exige hacer. Tampoco van
dejarla libre de presiones, aunque reconozcan el fracaso de su política de
apoderarse de Cuba, y quieran aparecer como el país bondadoso ayudándola a “democratizarse”.
También fracasarán, mientras no cambien su bi-centenaria pretensión.
--o--
Como siempre, es mejor recurrir a las causas que a
las especulaciones, porque estas pueden
cambiar según las circunstancias y los intereses de quien las hace; en cambio,
las causas siguen inalterables, aunque se las pueda interpretar al gusto. Aquí un ejemplo sobre
causas y especulaciones: en los comentarios no se dice nada de las causas
históricas del conflicto, pero en los mensajes y opiniones en torno a la
reapertura de las relaciones diplomáticas Cuba-Estados Unidos, solo aparece el
deseo estadounidense de lograr las “reformas democráticas” para rescatar en
Cuba el cumplimiento de “los derechos humanos”. Dos mentiras en una:
--o--
La
primera: para atrás de la revolución no hay nada que rescatar en materia de
derechos humanos, porque en el pasado cubano solo están: a) el sueño
jeffersoniano de hacer de Cuba una extensión de su territorio; b) la
intervención yanqui contra su independencia (1898); c) las dictaduras de
Gerardo Machado y Fulgencio Batista, y los regímenes corruptos seudo
democráticos. La segunda: los mensajes políticos norteamericanos sobre su exigencia
de los “derechos humanos en Cuba”, los hacen en el mismo escenario y momentos
en que policías blancos asesinan a ciudadanos negros, y los dejan impunes.
--o--
Entonces, ¿en dónde obtienen moral las autoridades norteamericanas
para presentarse como adalides de los derechos humanos? Hay que poner las cosas
en su lugar: con la reanudación de las relaciones diplomáticas, solo reconocen
que la ruptura le ha hecho más daño a su país que a la isla. Es una realidad
que no cambiarán con especulaciones y deseos.
--o--
El
cambio de actitud de Estados Unidos es importante, pero no para esperar la
rendición de Cuba ante el viejo apetito imperial de convertirla en una especie
de “estado libre asociado” o bajo cualquier otro disfraz. Esto es lo de fondo,
lo demás son especulaciones.
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