¿Por qué y cómo fue el Repliegue a Masaya?
Por Emilio Barreto Pérez
Repliegue, Repliegue Táctico a Masaya, su ruta original en 1979 Repliegue Táctico de seis mil capitalinos, de Managua a Masaya, su salida de vecindarios de la Zona Oriental, su Ruta Original, ¿cuál fue esa ruta?, ¿dónde y cómo fue bombardeado?, ¿cuántos cayeron o murieron?, ¿quiénes eran los jefes del Frente Interno? Salidas vecinales, concentración en la Calle de Clínica Don Bosco, salida y Ruta Original del Repliegue Táctico de Managua a Masaya, el 27 de junio de 1979, en la noche, y su continuidad el 28 y conclusión el 29 en la madrugada.
*Pablo Emilio Barreto Pérez, Periodista, historiador, participante y sobreviviente del Repliegue.
El 27 de junio de 1979, ya habían ocurrido en Managua los Repliegues de Acahualinca-Monseñor Lezcano hacia San Judas, el cual fue masacrado por la guardia somocista genocida en Batahola (entre la Embajada Norteamericana y la Empresa Nicalit), donde fueron asesinados a mansalva casi 200 jóvenes (hombres y mujeres) de los 400 que iban replegados; el Repliegue del OPEN-III (hoy Ciudad Sandino) a San Andrés de La Palanca, el Repliegue del Barrio Santa Ana al casco urbano de Mateare, el Repliegue de los Barrios San Judas, Sierra Maestra y Torres Molina (hoy Camilo Ortega) a la Hacienda El Vapor y el Replieguito de Los Laureles a la Colina 110.
También ya se habían registrado las masacres ejecutadas por la guardia somocista genocida en Managua, en los siguiente sitios: Masacre de Batahola, Masacre del “Kilocho” Sur, Masacre de la Colina 110, Masacres en Ducualí con bombas de 500 y 1000 libras, Masacre de la Familia Sánchez en el Barrio El Edén con morteros lanzados por la GN genocida desde la Azotea del Edificio Armando Guido, Masacre de la Hacienda El Vapor; asimismo un nutrido grupo de guardias asesinos habían sacado a un hombre llamado Isidro Centeno del “Billar Changuelo”, cercano a la entrada del entonces Barrio La Fuente, procedieron a ametrallarlo, después lo cortaron en pedazos con machetes y finalmente le prendieron fuego, usando combustible, en la calle; y mientras tanto toda la Zona Oriental de Managua era masacrada de manera infame con bombardeo aéreo sistemático desde la seis de la mañana a las seis de la tarde, en toda la Zona Oriental capitalina desde el día once de junio de 1979, cuando se inició, más o menos a las diez de la mañana, el ataque guerrillero y justiciero a la Treceava Sección de Policía, nido de torturadores y asesinos de la GN en el costado Suroeste del Mercado Periférico y frente al Cementerio Oriental de Managua.
El Combatiente Popular “Cirilo” Matus Méndez también fue asesinado con saña inaudita en el Reparto Schick Gutiérrez, pues lo ametrallaron, lo cortaron en pedazos y se disponían a prenderlo fuego con gasolina cuando Anita García, su madre adoptiva, desafió a los guardias y les quitó los pedazos del cadáver, para sepultarlo frente a su casa, ubicada del entonces Cine Ideal cuatro cuadras al Oeste.
En la Treceava Sección de Policía (en realidad era uno los 16 cuarteles que tenía regados la Guardia Nacional en distintos puntos de Managua, sin incluir las sedes de batallones y el Bunker en la Loma de Tiscapa) era donde operaba el célebre asesino y torturador Alberto “Macho Negro” Gutiérrez, quien fue capturado el 19 de julio de 1979 por una escuadra jefeada por Francisco “Chico Garand” Guzmán Fonseca en Los Altos de Masaya y fusilado en la entrada al Barrio Monimbó ese mismo día 19 de julio, casi a las doce del día, cuando ya salíamos en retorno triunfante hacia Managua. El Plan de la Insurrección en Managua era sostenerse militarmente una semana, ya que se estaba claro de que la Guardia Nacional tenía su principal poder de fuego en la Capital, pero que era necesario batir a ese enemigo, desafiarlo audazmente, impedir que desplazara tropas y equipos militares hacia Masaya, Carazo y Rivas, por ejemplo; “dispersarlo mediante la implementación de una táctica audaz que permitiera recuperar armas, integrar a nuevos combatientes populares, a la vez que procurar estancar al enemigo somocista mortal y no dejarlo moverse libremente por todo el territorio de la Capital. Esto, indudablemente, tendría resultados adversos para el enemigo, expresados en una mayor desmovilización, en un mayor desgaste físico y moral”, consideraba el Comandante Carlos Núñez Téllez, jefe de del Frente Interno del FSLN en Managua. Sin embargo, al 27 de junio de 1979, la Insurrección Sandinista en Managua había sostenido ya 17 días de heroicos combates, y tenía enloquecidos, furiosos, virtualmente derrotados moral y militarmente a los mandos de la Guardia Nacional, pues no habían podido derrotar a los 110 jefes guerrilleros y a tan sólo unos tres mil Combatientes Populares, casi desarmados, tan sólo con pistolitas, escopetas, rifles de cacería, y pocas armas de guerra, en la Zona Oriental de Managua. Mientras tanto, el coronel somocista genocida, Nicolás Valle Salinas, jefe de la llamada “Central de Policía” de la Guardia Nacional, vociferaba en el sistema de radiocomunicaciones de la GN: “Tenemos armas y municiones para combatir cien años, si queremos”. En los libros “Un Pueblo en Armas” e “Insurrección Sandinista Victoriosa y Repliegue Táctico de Managua a Masaya”, respectivamente del Comandante Carlos Núñez Téllez y de Pablo Emilio Barreto Pérez, se afirma que las causas esenciales o motivaciones militares, políticas y emotivas para efectuar el Repliegue Táctico o Retirada de Managua a Masaya, fueron, entre otras, las siguientes:
Falta o escasez de municiones, pocas armas de guerra (a pesar de que se les habían arrebatado muchas en combates a los guardias genocidas), cansancio evidente de los Combatientes Populares, desesperación y rabia por los bombardeos aéreos destructivos, frustración por no haber derrotado definitivamente al régimen de asesinos y ladrones en 17 días de combates en Managua, proceder a salvar con carácter estratégico a la masa de Combatientes Populares (hombres mujeres jóvenes, ancianos y niños) y a varios miles de pobladores civiles implicados en la Insurrección de Managua, necesidad urgente de reforzar la Liberación de la Ciudad de Masaya, necesidad también urgente de fortalecer militar y políticamente a los Frentes FSLN Oriental Carlos Roberto Huembes y Sur Benjamín Zeledón Rodríguez; emprender un movimiento estratégico potente, militarmente ofensivo, sin retroceso, descargando balas como un sunami indetenible y de frente, para terminar de liberar Diriamba, liberar totalmente a los llamados “Pueblos Blancos”, liberar la Ciudad de Jinotepe, capital caraceña; San Marcos y resto de pueblos de Carazo; y también liberar Diriomo, Diriá y la Ciudad Colonial de Granada. Esto último, la liberación de Granda, ocurrió el 17 de julio en la noche y el 18 de julio en la mañana, en víspera del 19 de julio.
“Esa tarde (27 de junio) reunimos a los jefes militares de los diferentes puntos de resistencia, los reunimos a todos y se habló con todos. Se les planteó la situación en general, el contexto de la guerra, de cómo estaba, se les analizó con claridad lo que ya habíamos logrado en Managua, la actividad extraordinaria de ellos, heroica y se les persuadió, se les planteó las condiciones de cómo estábamos y se les dijo que la decisión era irnos, de replegarnos”, explicó varios años, en una entrevista, el Comandante Joaquín Cuadra Lacayo, uno de los tres jefes del Frente Interno del FSLN. Cuadra Lacayo añadía: “Los jefes entendieron lo positivo de la medida, de la maniobra militar y eso ayudó enorme mente a rescatar y recuperar y a incrementar la confianza en la conducción hasta la victoria en Jinotepe, el 5 de julio de 1979″.
Esto está relatado ampliamente en varios artículos ubicados en mi página: pabloemiliobarreto.tk, en WordPress, en Internet. Se puede abrir a través de Google. Ya decidido el Repliegue Táctico de Managua a Masaya por la Dirección Nacional Conjunta y el Estado Mayor General del Frente Interno, los participantes en la Insurrección (Jefes Guerrilleros, Combatientes Populares, Colaboradores Históricos, Correos y miembros de los Comités de Defensa Civil), salieron de los siguientes vecindarios, a partir de las seis de la tarde, para concentrarse en la Calle de la Clínica Don Bosco al tope de la gasolinera San Rafael, en el Barrio Santa Bárbara, hoy Barrio Venezuela: Esos Barrios son, entre otros: Bello Horizonte (aquí estaba el 80 por ciento de los heridos), Santa Rosa, Costa Rica, Maestro Gabriel, Barrio Blandón, Santa Bárbara, Salvadorita (hoy Cristian Pérez Leiva), El Edén, Larreynaga, San José Oriental, Paraisito, Tenderí, “Campo Bruce” (hoy Rigoberto López Pérez), Colonia Managua, Riguero, Colonia Máximo Jerez, México, “La Luz” o “Rebusca” (hoy Barrio Catorce de Junio), El Dorado, Colonia Don Bosco, Colonia Colombia, San Cristóbal, María Auxiliadora, Ducualí (conocido como “Cuna de la Insurrección”), “Luis Somoza” (hoy Diez de Junio), Barrio Santa Julia, Colonia Nicarao, Colonia Managua, Colonia Catorce de Septiembre, el entonces naciente Barrio Omar Torrijos, “La Fuente” (hoy Ariel Darce), “Pablo Úbeda” (antes tenía otro nombre), Reparto Schick Gutiérrez, Reparto Urbina, Américas Uno, Tres y Cuatro; Barrio Santa Bárbara, Villa Progreso, Villa San Jacinto, Rubenia, Riguero Norte, Primavera, Unidad de Propósitos, Américas Dos (hoy Villa José Benito Escobar Pérez), Barrio Mombacho, Waspán Sur, Colonia Xolotlán, Villa San Jacinto, Berta Díaz, el hoy Camilo Chamorro, Colonia Miguel Gutiérrez, Asentamiento Las Mangueras, y también participantes de vecindarios occidentales de Managua como: San Judas, Monseñor Lezcano, Acahualinca, Las Brisas, Linda Vista, Santa Ana, Altagracia, Lomas de Guadalupe. El Estado Mayor del Frente Interno estimaba que irían unos 1,000 en el Repliegue. Sin embargo, en la Calle de la Clínica Don Bosco hacia el tope de la gasolinera San Rafael nos concentramos casi seis mil Combatientes Populares y civiles implicados en la Insurrección, incluyendo casi 200 heridos, unos llevados en camillas y otros auxiliados en muletas y apoyándose en otros Combatientes Populares. Asimismo, el estimado del Frente Interno del FSLN clandestino, jefeado por los Comandantes Carlos Núñez Téllez, William Ramírez Solórzano y Joaquín Cuadra Lacayo, y del Estado Mayor de Managua, jefeado por los Comandantes Mónica Baltodano Marcenaros, Osbaldo Lacayo Gabuardi y Raúl Venerio Granera, era que el Repliegue saldría de Managua a las seis de la tarde del 27 y estaría llegando a Masaya el 28 de junio a las seis de la mañana.
Ese era el Plan acordado con la Dirección Nacional Conjunta del FSLN clandestino.
Antes de comenzar a movilizarse el Repliegue, los jefes guerrilleros orientan en voz bajita: “Pasen la voz, de uno en uno: deben levantar bien los pies para no tropezar ni hacer ruidos. No deben encender fósforos ni cigarrillos. Quítense las camisas y pantalones blancos, no lleven en las manos cosas que brillen como relojes. !Hagan silencio completo. De todo esto dependerán nuestra vidas¡”.
Añadían: “Hagan lo posible por llevar lo menos posible de peso para que vayamos livianos durante el camino”. Empero, hubo hombres y mujeres que llevaban hasta valijas medianas consigo, y ropas puestas encima muy variadas. !Claro¡, las ropas blancas se las quitaron¡
Desde su salida, el Repliegue Táctico de Managua a Masaya es dividido en tres grandes columnas. La Vanguardia jefeada por los Comandantes William Ramírez Solórzano, Joaquín Cuadra Lacayo y Raúl Venerio Granera. Esta columna comprendía los Combatientes Populares, población civil y heridos de las Colonias Nicarao, Catorce de Septiembre, Santa Julia, Don Bosco, Diez de Junio, San Rafael y Rubenia. La del Centro jefeada por los Comandantes Carlos Núñez Téllez, Osvaldo Lacayo y Walter Ferrety. En esta iban los Combatientes Populares y población civil de vecindarios como: Ducualí, Paraisito, El Dorado y María Auxiliadora. La Retaguardia encabezada por los Comandantes Ramón Cabrales Aráuz, Marcos Somarriba García, Mónica Baltodano Marcenaros y Rolando “Cara Manchada” Orozco. En esta columna van Combatientes Populares, heridos y población civil de Bello Horizonte, Santa Rosa, Carretera Norte y Salvadorita (hoy Cristian Pérez).
Además, internamente, estas grandes columnas se dividían en otras columnas, con el fin de resguardar el orden y seguridad de la marcha y de los jefes guerrilleros, dirigidas por los también jefes guerrilleros César Augusto Silva, Iván García Abarca y el mismo Rolando “Cara Manchada” Orozco.
El Repliegue Táctico de Managua a Masaya sale por el tope de la gasolinera San Rafael, casi a las 11 de noche del 27 de junio de 1979, gira a la derecha, llega a la cuadra siguiente en que estaba la Farmacia González (estaba en una esquina frente a la esquina Noreste de la Colonia Nicarao); aquí se gira a la izquierda rumbo al semáforo de Rubenia, de donde se sigue al Este sobre la Pista a Sabana Grande, en la esquina siguiente se dobla hacia el Sur por la calle principal de la Colonia Catorce de Septiembre. Se llega hasta el final de la Colonia Catorce de Septiembre, por el Sur, donde estaba la Colonia Proyecto Piloto; se dobla aquí a la izquierda hasta donde estaba el tanque de agua potable de la Colonia Catorce de Septiembre. Frente a este tanque, en el lado izquierdo, se inicia un cauce, en el cual nos metemos los seis mil replegados, en completo silencio, porque a 200 metros al Este, en la orilla Sur del cauce, estaba la fábrica de Baterías Hasbani (de Luis Hasbani, aliado de Somoza), donde hay un batallón de guardias somocistas genocidas dotados de fusiles automáticos, ametralladoras y tanques. Se sigue ese cauce hacia el Este, el cual hace un giro al Sur rumbo al conocido Tanque Rojo (el cauce sigue allí, una cuadra al Este de donde estuvo el Tanque Rojo). De este Tanque Rojo unas 150 varas al Oeste, en un predio vacío y a la orilla de otro cauce, en una bajadita, estaba otro Comando de la Guardia Nacional, con varios centenares de soldados asesinos.
El Repliegue continuó por el cauce hasta subir a la entrada del Camino Viejo de “Las Jagüitas”, donde había otro Comando de la Guardia Nacional somocista. Aquí fue preciso que el Repliegue se detuviera alrededor de una hora porque fue necesario neutralizar a “orejas”, “soplones” o informantes de los guardias genocidas, e inclusive, se registraon intercambio de disparos. Se tomó ese Camino Viejo de “Las Jagüitas”, bastante despoblado entonces. Llegamos a las llamadas “Cuatro Esquinas”, donde terminan “Las Jagüitas” y se inicia el llamado “Valle Gothel” por el mismo Camino. En estas “Cuatro Esquinas” fueron dejados el famoso combatiente Carlos Alberto “El Sobrino” Dávila Sánchez y su esposa Marta Lorena López Mojica, porque “El Sobrino” iba gravemente herido. Su esposa se quedó cuidándolo.
Muy de mañana del 28 fueron asesinados atrozmente, con saña inaudita, por un batallón de los asesinos de la Escuela de Entrenamiento Básico (EEBI), que según se supo después del Triunfo de la Revolución Sandinista estaba ubicado en la casa de un oreja de la Oficina de Seguridad, allí mismo en las “Cuatro Esquinas” de la Comarca Las Jagüitas.
Por este Camino Viejo de “Las Jaguitas” y cruzando potreros se llega al Cruce de Veracruz, donde el Repliegue se detuvo en un chagüital un poco después de las seis de la mañana del 28 de junio, por un combate contra una patrulla de la Guardia Nacional. Se recupera allí una ametralladora calibre 50, un camión repleto de tiros y centenares de cartones de cigarrillos.
Caen en este combate los compañeros Aristeo Benavidez, Carlos “Paco” Miranda y Juan Ramón “Ringo” Rizo Villagra. En este Cruce de Veracruz hay una carretera (ya existía entonces) que conduce al Puente de Ticuantepe, en la Carretera a Masaya, por el Sur.
En este Cruce de Veracruz se reordenó el Repliegue a Masaya. Por disposición Táctica o militar, las columnas jefeadas o conducidas por el Comandante Ramón “Nacho” Cabrales Aráuz, tomaron rumbo Sur hacia los zanjones y puente de la entrada a Ticuantepe, donde tomaron caminos paralelos a la Carretera a Masaya, se apoderaron de varios vehículos, y un grupo numeroso de esta columna jefeada por Cabrales Aráuz, encabezada por el Comandante Walter “Chombo” Ferrety Fonseca, llegó pronto, un poco después de las ocho de la mañana, a la gasolinera de Nindirí, frente al Cerro del Coyotepe y unos 600 metros al Norte del Cerro de la Barranca.
En ambos cerros habían centenares de guardias somocistas con lanzamorteros, ametralladoras calibre 50 y 30 y hasta con helicópteros artillados. Esta columna mencionada, montada en vehículos, giró al Oeste de la gasolinera, y siguió el Camino Viejo de entrada hacia el Cementerio y los rieles del Ferrocarril en Masaya. En medio de ataques de artillería desde los cerros del Coyotepe y La Barranca, donde los guardias estaban atrincherados, lograron llegar a la arrocera, dentro de la Ciudad de Masaya. Esta columna es la primera que llega a la Ciudad de Masaya o de “Las Flores”.
El resto del Repliegue, ya reordenado en dos grandes columnas, deja el Cruce de Veracruz, se enrumba hacia “Piedra Menuda” y se adentra por una encajonada alambrada a los dos lados, en dirección Este, donde había árboles pequeños, matorralitos a ambos lados de la encajonada, en la cual también se destaca un cauce paralelo, en el lado izquierdo.
Poco a poco el camino va tomando rumbo Sur, hasta llegar a otro cruce conocido como Cruce de Veracruz, Cofradía y Sabana Grande, en una especie de “Z” en la encajonada, y de allí enrumbamos hacia unos llamados “zanjones” y una colina o cerro, en la entrada de “Piedra Menuda”. Cuando vamos por aquí, casi a las nueve de la mañana, empiezan a sobrevolarnos varios aviones: El “Dundo Ulalio, avión amarillo con una ametralladora calibre 50, y dos push and Pull, cuyos aviadores asesinos lanzaban morteros desde el aire.
Siguiendo este Camino Viejo, en rumbo Sur, se llega a la Comarca “Buena Vista”, donde hoy ya es pavimentado y hay, recuerdo y veo todavía hoy, una Terminal de Autobuses y una Gallera. En este sector el Repliegue vamos, digamos, un poco protegido por árboles a ambos lados del camino de tierra.
Se llega, finalmente, al Cruce Real de Caminos, donde por el lado izquierdo se toma rumbo al camino que seguimos por “Piedra Quemada”. De este “Cruce Real de Caminos” hasta la Carretera a Masaya hay una distancia aproximada de 750 metros, caminando por encima de piedras volcánicas erizas, puntudas, llamadas “Piedra Quemada”.
Este camino erizo de piedras puntudas desemboca en la orilla Norte de la Carretera a Masaya, frente a la entrada antigua del Volcán Masaya. En este trayecto de 750 metros aproximados se produjo lo más intenso del bombardeo aéreo infernal con morteros y bombas de 500 y 1,000 libras lanzadas desde helicópteros, que mató a casi un centenar de los replegados de Managua a Masaya, la inmensa mayoría jovencitos de entre 15 años y 27 años.
En “Piedra Menuda” y en este bombardeo aéreo infernal, mortal, es donde yo tomo la mayoría de fotos conocidas del Repliegue Táctico de Managua a Masaya. Las fotos de los muertos y heridos las hice al instante en que hombres y mujeres jóvenes caían impactados por charneles de las bombas.
En este punto del Repliegue Táctico de Managua a Masaya se produce otro acontecimiento histórico trascendental. El Estado Mayor del Frente Interno y el Comandante Carlos Núñez Téllez toman la decisión de que para impedir que los replegados estén todos juntos en ese sitio y en ese momento (entre las once de la mañana y las dos de la tarde), la columna (con unos mil integrantes) que precisamente jefeaba el Comandante Núñez Téllez hace un giro hacia el Oeste, sale por el kilómetro 21 y medio de la Carretera a Masaya, cruza la Carretera y se interna en la misma “Piedra Quemada”, ya estando dentro del Parque Nacional Volcán Masaya.
De ese modo, esta columna se va bordeando por el lado Oeste la Laguna de Masaya, da la vuelta por el Sur y entra a Masaya por los lados de Cailagua y Monimbó, un poco después de las dos de la mañana del 29 de junio de 1979.
A pesar de esta medida de separar las columnas más nutridas de gente, el bombardeo aéreo infernal del somocismo genocida en “Piedra Quemada”, entre las diez y media de la mañana y las dos de la tarde, ocasionó unos cien caídos o muertos, la mayoría de cuyos cadáveres desaparecieron. Esos cadáveres los sepultamos superficialmente en oquedades o zanjas pocos profundas, y les echamos piedras, tierra, palos y hojas encimas.
Por este camino erizo de piedras se sale al kilómetro 22 y medio de la Carretera a Masaya y por aquí sale lo grueso del Repliegue o columna que fue bombardeada salvajemente en este trayecto de unos 750 metros, en “Piedra Quemada”.
Esta parte del Repliegue Táctico de Managua a Masaya era comandada por William Ramírez Solórzano, e íbamos en ella, quizás, aproximadamente 3,500 replegados, (tal vez más) entre otros hombres y mujeres, más del 80 por ciento de ellos jovencitos de entre 15 y 24 años.
Salimos por un caminito lleno de piedras puntudas, cortantes, a ese kilómetro 22 y medio de la Carretera a Masaya. Caminamos un poco más de 100 metros por la orilla de un muro hasta llegar a la entrada, por la izquierda, del Camino Viejo al Casco Urbano de Nindirí.
Entre esta entrada del Camino Viejo y el Casco Urbano de Nindirí hay cuatro kilómetros y medio. En este trayecto de camino de tierra continúa el bombardeo aéreo feroz y mortal y caen varios compañeros y compañeras, entre ellos Marta Lucía Corea Solís. Esta masa de Combatientes Populares y jefes guerrilleros, llegados a Nindirí, entre las cuatro y cinco de la tarde, tiene de frente al cerro y fortaleza del Coyotepe, a unos 600 metros al Este, donde están atrincherados los guardias nacionales con lanzamorteros, ametralladoras calibre 50, más los helicópteros con bombas de 1,000 y 500 libras, y temprano ya habían atacado también a las columnas jefeadas por los Comandantes Ramón “Nacho” Cabrales Aráuz, Walter Ferrety Fonseca y Carlos Núñez Téllez.
En Nindirí, esta parte del Repliegue Táctico de Managua a Masaya, jefeado por William Ramírez Solórzano, bombardeado en “Piedra Quemada”, en el Camino Viejo a Nindirí y en el casco urbano de Nindirí, fue reordenado, y tomó el rumbo más peligroso y escabroso de todo el trayecto.
Para evadir a los guardias del Coyotepe y La Barranca, ya enterados ellos plenamente de la presencia del Repliegue, se tomó la decisión de desplazarse, en plena oscuridad nocturna, por la orilla de los barrancos verticales y desfiladeros profundos pedregosos y de suelo poroso y resbaladizo de la Laguna de Masaya, comenzando por meternos por el alambrado que aún existe frente a la gasolinera, ubicada en la orilla del Camino Viejo (paralelo a la orilla de la Laguna, por el Este) hacia el Barrio San Carlos, que al mismo tiempo conduce al lado Oeste del Cementerio y hacia la Calle que lleva hasta el Colegio Don Bosco y a la entrada del Barrio Monimbó.
Los integrantes de esta parte del Repliegue, un poco más de tres mil 500 ciudadanos capitalinos, hicieron el recorrido por los barrancos verticales y desfiladeros peligrosos de la Laguna de Masaya, guiados por Combatientes Populares de Masaya y Managua, conocedores del camino lleno de zanjones, piedras y precipitaciones pedregosas hacia las aguas de la Laguna de Masaya, en un tiempo que duró desde las seis y media de la tarde del 28 de junio hasta un poco después de las dos de la mañana del 29 de junio de 1979.
Este trecho es de unos tres kilómetros. Los replegados salimos por un callejón que va de la orilla de la Laguna hacia el Cementerio, donde el Repliegue fue recibido por miembros del Estado Mayor de Masaya, entre otros, por Ramón “Macaco” Moncada Colindres.
En este sitio fuimos recibidos con vítores, más café caliente, tortillas también calientes con cuajada y gallo pinto, colocado en hojas de chagüites y de guarumo, cortadas en los desfiladeros de la Laguna de Masaya. De aquí del Cementerio los replegados fueron conducidos al Colegio Don Bosco, a la Iglesia Magdalena en Monimbó, a la casona que fue de Cornelio Hüeck Sálomon, al local de una central obrera, a unas casas que estaban ubicadas al Norte de la Iglesia San Jerónimo, a refugios antiaéreos ya construidos, a túneles hechos especialmente para el propósito de defenderse de los bombardeos constantes desde la cúspide del Cerro Coyotepe en contra de toda la Ciudad de Masaya, etc.
El mismo día 29 de junio de 1979, aquella masa de Combatientes Populares, los 110 jefes guerrilleros y la congregación de civiles implicados en la Insurrección de Managua (en Barrios Occidentales y Orientales), cansadísimos, estresados y angustiados por los compañeros y compañeras caídos en la Ruta del Repliegue, se ubicaron en posiciones incómodas y se durmieron profundamente, hasta que a las seis de la mañana del mismo 29 los que fuimos ubicados en el Colegio Don Bosco, estábamos siendo estremecidos por el vocerrón de uno de los jefes guerrilleros, conocido como “Aniceto”, para que formáramos en el amplio patio trasero del Colegio, con el fin de que fuésemos a comer, “en fila india”, a un comedor colectivo, popular, del Barrio San Miguel.
Después, fuimos formados otra vez, todos los replegados de Managua, en el patio de Don Bosco, con la finalidad de seleccionar a los mejores Combatientes Populares para que guiados por los jefes guerrilleros fuesen a combatir a los guardias somocistas genocidas, todavía atrincherados en los cerros del Coyotepe y en La Barranca, en la Fábrica de Alambres y Clavos INCA y en la Hielera del Barrio Santa Rosa, todos ubicados en la orilla Norte de la Carretera a Masaya y en el lado Norte de la Ciudad de Masaya, y de ese modo consolidar la Liberación de Masaya, uno de los objetivos esenciales trazados por la Dirección Nacional Conjunta para el Repliegue Táctico de Managua a Masaya.
Ese mismo día fueron seleccionados asimismo de entre los replegados Combatientes Populares y jefes guerrilleros como Ramón Cabrales Aráuz, Osbaldo Lacayo Gabuardi, Rolando “Cara Manchada” Orozco, Mónica Baltodano Marcenaros, Erick Castellón, Justo Rufino Garay y Alejandro “Huesito” Mairena Obando, por ejemplo, sí, fueron seleccionados los 300 integrantes del Batallón Móvil, que comenzó inmediatamente su marcha victoriosa hacia la liberación total de Diriamba, Jinotepe, San Marcos, “Pueblos Blancos”, Diriá, Diriomo y la Ciudad de Granada, todo lo cual era parte de la movida ajedrecística militar estratégica que le asignó la Dirección Nacional Conjunta del FSLN al Repliegue Táctico de los seis mil managuas hacia Masaya, donde terminó de quebrársele la columna vertebral a la dictadura somocista genocida, aparato criminal genocida, creado por el gobierno yanqui en Nicaragua después del vil asesinato del General Augusto C. Sandino.
Este Batallón Móvil, llamado “Batallón Móvil Rolando Orozco”, después de la caída en combate de “Cara Manchada” Orozco en Jinotepe el 5 de julio, fue a realizar su última hazaña militar gloriosa el 17 de julio en la noche y el 18 de julio en la mañana, para cerrar con broce de oro histórico las misiones libertadoras de los Jefes Guerrilleros, Combatientes Populares y pobladores civiles de Managua, replegados hacia Masaya los días 27, 28 y 29 de julio de 1979, mientras en aquellos días aciagos de junio de 1979, los voceros oficiosos de la dictadura somocista genocida habían afirmado que “los sandino-comunistas-terroristas” habíamos huido de Managua.
!Volvimos a Managua con el triunfo el 19 de julio de 1979¡ Managua, 16 de junio del 2013. Para más consultas sobre este tema de la Insurrección Sandinista en Managua y Repliegue Táctico de Managua a Masaya, los invito a visitar mi página, en Internet, titulada: www.pabloemiliobarreto.tk. En ella tengo ubicados varios artículos amplios sobre estos temas.
Otra nota: La Asamblea Nacional de Nicaragua tiene proyectado construir un monumento en homenaje a los caídos o Mártires del Repliegue a Masaya, en la Ruta Original del Repliegue de Managua a Masaya, ocurrido los días 27, 28 y 29 de junio de 1979. También por parte de la Asamblea Nacional yo estoy desarrollando una investigación para elaborar biografías y conseguir fotos de estos Mártires del Repliegue a Masaya, para convertirlo en un libro, cuya distribución será gratuita.
En mi libro “Insurrección Sandinista y Repliegue a Masaya” se publican 43 nombres de estos Mártires del Repliegue, y mediante la investigación, en el terreno, en los barrios insurrectos, con familiares y sobrevivientes todavía vivos, la lista ya creció a más de 81.
§ Servidor y amigo sandinista: Pablo E. Barreto Pérez, periodista, participante y sobreviviente de la Insurrección Sandinista en Managua y del Repliegue a Masaya, investigador histórico, fotógrafo, Cronista de la Capital, Orden Independencia Cultural Rubén Darío, Hijo Dilecto de Managua, Orden Servidor de la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense, Orden José Benito Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Managua.
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