El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 15 de julio de 2015

Los planes de Katherine. (Antes de que la policía la matase)







Vuelvo por aquí para contarles brevemente una historia de Katherine Ramírez, de 23 años, a quien he conocido. Era una de las personas (incluidos dos niños) de la familia que la policía masacró el pasado sábado en Las Jagüitas. 

Antes de la noche del sábado 11 de julio, Katherine y su hija Miriam Natasha (“su bebé, su nena, su niña”, así hablaba siempre de ella, y siempre la cargaba allá adonde fuese) habían hecho varios planes. He sido testigo de esos planes, algunos más cumplidos que otros, porque la vida nunca se lo puso fácil a Katherine ni a su hija. La conocí como parte de un grupo de becados de la Asociación +Cerca a la que pertenezco. Se trata de jóvenes estudiantes que quieren acabar sus estudios de Secundario o Universidad a las que amigos de Nicaragua y España les ayudan con una pequeña colaboración para acompañarles y tratar de que lleguen al final. La familia de Katherine se ha enfrentado a las circunstancias de un barrio (El reparto Schick) que tampoco lo pone fácil a nadie que viva en él. También conocí a varios de sus hermanos. Todos han luchado para salir adelante, sufriendo por dentro, y rompiendo complejos, trabas y dificultades. 

Katherine había cursado hasta 4º de Administración Hotelera y Turística en la ULAM. Cuidaba prácticamente sola a la niña. No era una gran estudiante, pero aún así consiguió llegar hasta la última puerta de la carrera. Tenía que pasar todavía algunas asignaturas antes de optar por el título, un trámite siempre caro y engorroso. Sin embargo, la familia que le enviaba la pequeña beca desde España mantenía siempre la comunicación con ella sin dejar de animarle. Después de varios intentos, hace poco, se decidió esperar a que Katherine pudiera reintegrarse a sus estudios y no prolongar su beca. Katherine se disculpaba por no poder llegar. De momento, su prioridad era mantener a su hija, de cinco años. 

Cada vez que nos reuníamos con los becados, en especial una vez al año, cerca de Navidad, Katherine hablaba como sus ojos, de forma viva, echando mucho aire en cada palabra, con toda la fuerza del que se pone a soñar. No dejaba de sonreír y siempre hacía promesas, señalando a su hija, como si ella fuese el juramento de que Dios mediante esta vez sí, podría terminar la carrera. Y siempre pedía disculpas por no acabarla, por no poder llegar a las reuniones. Cerraba los ojos y respiraba hondo y pedía una nueva oportunidad. En la foto que acompaña a este artículo, fechada a finales del año pasado, ella muestra junto a su hija una carta a la amiga que le beca desde España, Iratxe, donde se leen sus planes para 2015 (copio literalmente): 

Hola, preciada Iratxe, un placer saludarle nuevamente. Espero se encuentre bien rodeada de su hermosa familia. 

Le escribo con la novedad que este año 2015 nuevas metas y propósito esperan para mi. Culminar mis estudios es el más importante. Primeramente Dios, en abril, entro a mi Seminario y ojalá, termine como planeo. Con la bebé todo está bien, va para 1er grado de Primario, y espero seguir teniendo fuerzas para apoyarla en sus estudios. Continúo trabajando en la agencia de viajes. 

Espero con sinceridad este año sea de mucho amor y prosperidad. Cuídense. 

Att. Katherine Anielka Ramírez Delgadillo.

La niña de Katherine está grave, luchando por su vida. En el hospital de La Mascota creen que saldrá adelante. 

Sinceramente, no pienso que entre los miembros de ese llamado “cuerpo de élite antinarcótico”, tan bien entrenado como para confundir niños con narcotraficantes, haya gente que quiera asesinar inocentes. No creo que en la policía, ni en la dirección del cuerpo, haya gente que no le importe que pasen estas cosas. Pero tampoco creo que se haga lo posible por evitarlo. La policía ya nos ha mostrado cómo dispara a matar a la mínima oportunidad. Próximamente volveré para contarles cómo está Nacho, un niño de Chichigalpa al que unos policías (otra vez) confundieron por error y le dispararon a la cabeza. Aún vive, con la bala adentro. Y la madre todavía espera una ayuda prometida por la directora de la Policía Nacional y el Comandante Presidente hace más de un año y medio. 

Yo no sé qué más tiene que suceder para avergonzarnos del enorme esperpento, el engaño, el fraude que existe en instituciones de cuyas corruptelas somos testigos, cómplices y víctimas todos los días. Dimita alguien o no, la raíz está tan podrida que ya no basta con pedir perdón ni con dimitir. 

Baste ahora decir que para matar, hay que saber a quien se mata. Si la policía no se identificó correctamente; si no recibieron disparos del automóvil donde viajaba la familia de Katherine, al regresar de la iglesia, estamos ante algo más que un error. 

Hoy sólo quería contar su historia, la de Katherine, a la que mataron junto a sus sobrinos sin saber quiénes eran. No puede volver a producirse algo así, por muy mentirosa que se haya vuelto la vida en Nicaragua. 

Como les decía, la niña de Katherine lucha por salvarse en La Mascota. Y su madre, estoy seguro, desde el lugar de los inocentes, tendrá muchas más “fuerzas para seguir apoyándole”. No será la primera vez que una madre, es decir, el amor, traspase imposibles como la muerte. Ustedes lo saben. Seguramente, más de uno lo ha vivido. Espero que la niña de Katherine también lo sepa, y alguien le cuente cómo eran de grandes los planes de su mamá.

sanchomas@gmail.com

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