Esta semana, dos obras de arte robadas volverán a las manos de su dueña, según informa el New York Times. Se trata de dos cuadros dePablo Picasso que fueron sustraídos a Catherine Hutin-Blay, la hijastra del artista. Las pinturas fueron a parar a la colección de un multimillonario ruso, que ha anunciado que las devolverá y que las compró sin ninguna sospecha de su procedencia.
El actual propietario de los lienzos es el empresario Dmitry E. Rybolovlev, dueño de una de las colecciones de arte más valiosas del mundo. Los cuadros son Femme se coiffant yEspagnole à l'éventail, dos retratos de Jacqueline Roque, la última esposa del pintor y madre de Hutin-Blay. Las obras están valoradas en 30 millones de dólares (más de 26 millones de euros). "Me siento en solidaridad con ella, sobre todo porque hay un fuerte vínculo emocional entre los retratos de ella y su madre", ha dicho Rybolovlev en una entrevista. El magnate también ha afirmado que ha decidido entregarlos "para contribuir al avance de la investigación que están llevando a cabo las autoridades francesas".
El gesto aparentemente altruista del millonario puede no ser tan generoso, cuenta el diario neoyorquino. Rybolovlev compró los retratos al marchante de arte Yves Bouvier, empresario suizo y uno de sus mayores adversarios en el mundo de la compraventa de arte. Ambos han estado peleando durante el último año en los tribunales de París, Mónaco, Singapur y Hong Kong en una disputa que ha arrojado luz sobre los rincones más turbios del mercado.
Rybolovlev, que a comienzos de año denunció a Bouvier por haberle engañado en su acción de intermediario para la adquisición de los cuadros, explicó en una entrevista publicada hoy por el diario Le Parisien -pero realizada la semana pasada- que ha decidido entregarlos "para contribuir al avance de la investigación en Francia".
Los dos hombres se conocieron en 2003, cuando Bouvier comenzó a ayudar a Rybolovlev a engordar su colección privada. La fortuna del último comprador de los cuadros extraviados asciende a más de ocho billones de dólares, además de tener en su haber una isla griega y el equipo de fútbol del Principado de Mónaco. También ha invertido cerca de dos millones de dólares en arte, apoyándose a menudo en los contactos de Bouvier, mediante los cuales ha logrado hacerse con pinturas de El Greco, Van Gogh y Matisse, entre otros.
Las desavenencias entre ambos comenzaron el año pasado cuando Rybolovlev descubrió que había pagado 118 millones de dólares (105 millones de euros) por una pintura de Modigliani que el millonario Steven A. Cohen, había vendido por solo 93.5 millones. El ruso y Bouvier hacían negocios juntos hasta que comenzó el pleito por fraude en los tribunales.
Bouvier, por su parte, se queja de que está siendo injustamente atacado y que Rybolovlev conoce de sobra las reglas de juego en el mercado del arte. "Toda esta puesta en escena de la devolución de los Picasso está la están haciendo para avergonzarme. Es un show mediático puro", se ha quejado el suizo.
El culebrón judicial no tiene visos de solucionarse de momento, a pesar de la devolución de los cuadros a la dueña. El único punto claro es que Yves Bouvier, que dirigia la operación de compraventa, tendrá que depositar el precio de los 'picassos' por orden de la justicia francesa hasta que la investigación del robo, que se inició hace unos meses, llegue a buen puerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario