Desde hace tres años vengo insistiendo en pláticas con hermanos sandinistas desplazados y funcionarios aun del gobierno honrados/as, liberales, conservadores, socialcristianos, comunistas, Demócratas y otros, sin faltar vecinos, familiares, colegas y compañeros/as de trabajo que la situación de mi país no está bien. Estamos mal. Muy mal.
Todos coinciden conmigo a excepción los “sandinistas” de nuevo cuño que son la esencia del somocismo enquistado en el hígado del gobierno que encabeza Daniel Ortega. Ellos, los oportunistas bien pagados por el poder ejecutivo hacen bien su papel y defienden posiciones que al final podrían pagar un costo muy alto por este terrible error de orden histórico. Si no me creen, favor, por favor, lean la historia pasada y reciente de los ciclos políticos de la Nicaragua sufrida por culpa, precisamente, de la intransigencia de unos y otros. Yo no estoy al margen de la historia contemporánea. Asumo mi responsabilidad.
Los desaciertos del poder político en mantener en cargos influyentes, con sus estados prebendarios, aunque a través de él se desnaturaliza lo poco que queda de la moral de este estamento siempre están presentes en circunstancias en que la razón se desea imponer a la sinrazón. Esto también es histórico en nuestro medio y al final sabemos meridianamente que va a ocurrir en nuestra nación si este fenómeno continua.
Lo sabemos pero no queremos entender que la solución es un alto en el camino, una reflexión, un dialogo franco en donde no se aplaste al débil político, social o económico menos que se humille al miserable con migajas. Un buen empleo y un futuro promisorio mediante un solvente Seguro Social es lo correcto. El resto es discurso barato, muy barato, con lenguaje repetitivo ya no creíble y “obras de impacto” con licitaciones invisibles –amañadas- que atropellan la conciencia nacional y llena de vergüenza, aun mas, al nicaragüense enterado de lo que está ocurriendo en nuestra geografía nacional.
Nicaragua está muy mal cuando hemos sido testigos de cómo asesinaron a parte de una familia en el Carrizo a diez kilómetros de Cusmapa, cercano a Somoto. Tres muertos, dos heridos y una comunidad desbaratada.
La forma en que muchos jóvenes fueron atropellados por otros no menos adolecentes conducidos por personajes cobijados por el poder político. Los golpearon, les robaron cámaras, parlantes, micrófonos, celulares y, asústense…se les llevaron y se perdieron para siempre varios vehículos automotores y la policía “más eficiente de Centroamérica “no pudo brindar una sílaba en materia de explicación en este bochornoso caso conocido como los Ocupa Inss. Camiones de la alcaldía capitalina trasladaron a jóvenes que fueron grabados cuando eran conducidos por personajes asalariados del gobierno de turno y fueron los actores principales de este atropello. Estos valientes muchachos-los vapuleados por el poder político de turno- apoyaban una justa demanda de los hermanitos de la tercera edad que también no estuvieron al margen del atropello policial y la sangre corrió en las gradas de nuestro edificio del Seguro Social. Inmunidad absoluta. No se debe olvidar, quizás perdonar, lo que ocurrió la madrugada del 22 de junio de 2013.
Estalló una mochila y murieron varios campesinos en la montaña nicaragüense. Nadie explicó y el tema quedó también impune. Presencia armada de campesinos en la montaña norte y Caribe nicaragüense que adversan al gobierno de Daniel Ortega ya es difícil de ocultar bajo el estigma de delincuentes, traficantes de drogas y abigeato por parte del Ejército y Policia Nacional. La población ya no cree en ese discurso y cabe la presencia de hermanos campesinos que se han rearmados y surgen, a su vez, las incertidumbres acerca de un pasado reciente que muchos no deseamos su retorno.
El crimen atroz de la Jagüitas en Managua el once de julio del año en curso en donde el mando policial demostró ser la organización mejor “desorganizada” del mundo cuando un par de escuadras policiales armadas hasta los dientes enviadas “no se sabe por quién” disparó contra una familia que venían de orar al Creador. No bastó que los sicarios dispararan, mataran a gran parte de la familia sino que uno de los asesinos, se atrevió a patearle el rostro a un niño muerto a balazos por él mismo en presencia de su madre que no se escapó a los culatazos de la nueva guardia pretoriana pese a que tenía un disparo en uno de sus pie.
Lo anterior entre otros tantos vejámenes que han violentado toda norma jurídica y que lamentablemente han estado de forma directa e indirecta nuestras propias autoridades involucradas es lo que hace pensar al país que no estamos bien. Molesta, molesta porque al final trataron de justificar lo injustificable para otorgar penas mínimas a una escuadra de criminales uniformados deshonrando a la institución policial y que al final a ningún nicaragüense le consta que estén guardando prisión por tan atroz crimen.
De última hora el pueblo, la voz de Dios, pregona de última hora que un sujeto ha disparado este día contra una multitud que demanda el retiro inmediato del delincuente Roberto Rivas Reyes (Protegido de Miguel Obando Bravo de dudosa solvencia moral) de la Presidencia del Consejo Supremo Electoral. Tienen toda la razón, este individuo –Rivas Reyes- es vergüenza nacional, solo su presencia indica lo vulgar, ladrón e inmoral que es, además, las grabaciones donde se confiesa como tal es más que suficiente. Molesta, debemos decirlo en buen nicaragüense y con el perdón de los lectores: Arrecha.
Sobre el sujeto que ha disparado sobre una multitud en el corazón de Managua en presencia de la policía hoy mucho se ha escrito en las redes sociales este día y, repito, en la voz del pueblo que es la voz de Dios, esperaremos, aguardaremos a que doña Aminta Granera –Jefe de la Policia Nacional- explique qué ha ocurrido realmente en este caso, además, que capture y envíen a la Fiscalía al ciudadano armado corriendo y disparando frente a los uniformados –policías- y que lamentablemente el Comisionado Juan Valle, que estaba en el sitio, –sin pudor alguno- afirma no haber oídos disparos menos mirar al individuo armado corriendo a plena luz solar en una manifestación en nuestra Capital este “Miércoles de Protesta” que ya va teniendo ribetes nacionales.
Las imágenes de televisión y fijas hablan por sí solas. Sobre este pistolero esperaremos por donde conducirán el caso y en esa medida escribiremos. Escribiremos cívicamente porque al final no deseamos otra cosa más que publicar lo que está ocurriendo en nuestro país a fin de evitar lo inevitable si las cosas continúan como van. Repito. Estamos mal. Muy mal.
Milton Arcia, un empresario turístico es clara señal que la situación en Nicaragua no está bien y esos mensajes están bien definidos. Implantar terror en aquella gran población que no está de acorde con la acumulación de capital en manos de una familia y sus allegados al buen estilo somociano que inicio en 1932 y culminó un 19 de julio de 1979 de forma dramática. Violenta. En nuestra conciencia no deseamos una repetición de ese pasaje de nuestra triste historia.
Del 2007 al 2015 han transcurrido apenas ocho años del gobierno de Daniel Ortega y el respaldo financiero de su familia es concordante con los señores Pellas y el grupo poco honesto del Cosep representado eternamente por don José Adán Aguerri Chamorro. No invento. El pueblo nicaragüense es testigo. Y sigo interrogándome: ¿No han vivido la historia de Nicaragua? ¿No han leído la historia de Nicaragua? ¿Ignoran lo que viene si aquí continúan violentando el Estado de Derecho?, ¿La historia creen ustedes que perdonara a los que desde el poder político violentan normas jurídicas para beneficio propio y oprimen aún más al oprimido? ¿Ante los dados cargados provenientes del poder político, intermedio, también creen que la historia no responderá? Por favor, aún es tiempo, mañana podría ser demasiado tarde para todos y todas.
Henry Briceño
San Rafael del Sur
Septiembre 02 del 2015
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