El lago Cocibolca, en Nicaragua, se queda sin agua. Y las consecuencias son visibles desde hace meses. Moyogalpa es una localidad de la isla de Ometepe, que está dentro de esta inmensa albufera, las aguas se han retirado cerca de los 100 metros de su margen habitual, dejando al descubierto basura, fango y restos de moluscos y crustáceos. Los lavaderos que utiliza la población costeña se han desplazado al interior y los pescadores tienen que recorrer, en algunos casos, hasta 600 metros más que en otros años para conseguir llegar a la profundidad necesaria para su labor. Incluso hace dos meses se suspendió temporalmente la salida de barcos del muelle de Granada —ciudad ribereña— hacia los diferentes destinos sobre el lago Cocibolca por la Empresa Portuaria Nacional (EPN) ante el peligro de que los ferris pudieran encallar.
Ligia Fernández vive en un barrio contiguo al muelle de Moyogalpa desde hace más de 50 años. "Nunca lo había visto tan bajo. Ahora, para ir a lavar la ropa, tenemos que meternos más de 40 metros con el agua por los tobillos. Cada vez vemos menos profundidad”, comenta. Hace poco más de dos años trasladó su lavadero y está barajando volver a moverlo de nuevo lago adentro. "Pero sería ya un esfuerzo muy serio caminar entre el agua y hundiéndome en el fango tantos metros cargada con las bolsas de la ropa".
El lago Cocibolca es el segundo más grande de América Latina por detrás del Maracaibo de Venezuela. Abarca casi el 7% del territorio nacional y es el único que alberga especies marinas como tiburones y peces sierra. Es un enorme estanque que atesora una reserva de agua dulce que podría satisfacer las necesidades de todo el país. Pero ahora sufre el azote de la sequía y la contaminación.
En Nicaragua el cambio climático está golpeando duramente. Una fuerte sequía está ocasionando la pérdida de los cultivos y la reducción de las fuentes de agua para el consumo humano, una situación crítica que ya había comenzado el pasado año con la llegada de el fenómeno climático de El Niño, lo que provocó una situación de emergencia por falta de alimentos. Desde el inicio del período lluvioso, también en 2015, las precipitaciones se redujeron un 50% en comparación con los acumulado en años anteriores. De acuerdo a datos oficiales, esta es la peor sequía que se presenta en 33 años en éste país centroamericano. Asímismo, se produjo un aumento de entre seis y siete grados en la temperatura ambiental.
La temporada de huracanes empeorará la escasez de agua, creen en Oxfam International. La probabilidad de que se active el fenómeno de El Niño este año en Centroamérica es de un 73%, y esto generaría largos periodos de sequía y lluvias muy fuertes e intensas que acabarán con los cultivos. El año anterior, esto afectó el acceso a alimentos, principalmente a los pequeños productores de subsistencia y jornaleros agrícolas, debido al aumento de los precios. El Índice de Riesgo Climático en 2014 ubicó a Nicaragua como uno de los 10 de los países del mundo más afectados por el cambio climático en los últimos 20 años.
Modesto Flores es pescador en el pueblo de Esquipulas, a unos seis kilómetros de Moyogalpa. "Cada vez salgo menos a faenar por la escasez de pescado y me busco el jornal en el campo o en lo que sea para mantener a mi mujer y a los chavalos. Entre la falta de lluvias y la contaminación que provocamos, tenemos el lago herido de muerte”, lamenta.
Flores tiene razón: la contaminación es otro de los grandes problemas en Nicaragua. El lago Xolotlán ha sido hasta ahora el vertedero y el pozo negro de Managua, y sus aguas se han volcado hacia el Cocibolca en dos ocasiones en las últimas décadas del siglo pasado, con lo que ha transferido también su suciedad. Según aseguró el ingeniero Norwin Estrada al diario La Prensa, el peor enemigo del Xolotlán son las toneladas de plomo que depositó una fábrica de pesticidas. "El plomo es venenoso y se deposita en el fondo del lago donde lo ingieren los peces y se lo pasan a la población en su carne contaminada. Se sabe que está depositado en el fondo de la bahía de Miraflores, lo que significa que todavía no se ha transferido al Cocibolca, pero continúa envenenando a la población que se alimenta de la pesca del Xolotlán”, indicó el experto.
En el Cocibolca, aunque en menor medida, está ocurriendo lo mismo. La mayoría de las poblaciones colindantes vuelcan sus aguas negras y sus desperdicios en él. Además, la ropa es lavada en sus aguas y los habitantes de los barrios más humildes hacen sus necesidades y aseos diarios en él. Los desechos sólidos cubren la cuenca. No todos son organicos, ya que plásticos, metales, vidrios y otros residuos permanecerán inalterados obstaculizando los procesos naturales del gran lago. El uso de fertilizantes en la ganadería extensiva y el de agroquímicos en cultivos como el del arroz también dejan su impronta en la calidad de las aguas. Y, a pesar de todo, sigue teniendo un gran potencial como agua potable. Unas 200.000 personas consumen agua del Cocibolca y se estima que podría proveer a todo el país en su nivel actual durante 55 años y medio.
Ronaldo Gómez vive de la pesca en el lago cerca de Cárdenas, al sur del país. Desde hace años no se baña porque siente una serie de picores que le alarman. "Yo no recomiendo a nadie que lo haga, podríamos enfermar”, advierte mientras recuenta el pescado logrado ese día y que venderá para su consumo a pesar de todo. Jairo Hernán es agricultor en Esquipulas, en la isla de Ometepe. En cada temporada de siembra tiene que profundizar más para lograr obtener el agua de su pozo situado a apenas dos kilómetros del lago. “Las lluvias ya no llegan cuando deben, el despale de nuestros bosques, la falta de conciencia en la población y los ataques continuos a nuestro lago nos están pasando factura. ¿El cambio climático influye? ¡claro que si! Y nosotros lo ayudamos a diario".
Desde el Gobierno Sandinista y a través de su Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (Marena) no son pocos los proyectos de sensibilización a favor del medioambiente y la sostenibilidad del ecosistema nicaraguense como el Plan Verano 2015 “Nicaragua Nuestra”, que incluye jornadas y proyectos destinados al cuidado ambiental y de limpieza en las diferentes playas, lagos y ríos del país. A pesar de todo, aún les queda mucho trabajo por delante sobre todo a nivel educativo y de responsabilidad social. Es parte de la mala costumbre nacional, que se arrastra desde antaño: el lanzar basura a los cauces, volcar sus residuos sin control alguno e incluso la tala indiscriminada para obtener madera como uso diario en las cocinas. También desde la Asociación de Municipios del Gran Lago de Nicaragua (Amugram) se aprobó políticas de aprovechamiento y protección para el Cocibolca, muy acertadas y responsables para garantizar su limpieza y cuidado, así como promover junto al Gobierno la nominación del lago como Patrimonio Mixto de la Humanidad ante laUnesco, que ya incluyó la isla de Ometepe como Reserva de Biosfera. Una isla con 30.000 habitantes que perfila el gran lago con sus dos volcanes y un ecosistema único y espectacular.
El profesor Salvador Montenegro Guillén es el principal especialista en ecosistemas lacustres en Nicaragua y, hasta el pasado año, era el director del Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua (CIRA/UNAN) y uno de los más grandes defensores del lago Cocibolca. Desde su posición de experto menciona la importancia del agua del gran lago en un artículo publicado en El Nuevo Diario: “Solamente el Cocibolca puede satisfacer las necesidades de la creciente población, que en próxima generación alcanzará 10 millones de personas y necesitará unos 691 millones de litros diariamente. Además del incremento en la demanda de agua potable, la demanda de alimentos también requiere satisfacerse con irrigación de cultivos y así depender menos de las irregulares e impredecibles cosechas estacionales, especialmente bajo el cambio y variabilidad climática actual”.
A pesar del magnífico ecosistema existente en la cuenca del lago, de ser un valioso recurso de agua potable y de su gran potencial para el desarrollo del turismo ecológico y sostenible, el Cocibolca puede llegar a colapsar por serios problemas de contaminación que podrían volverse muy graves en un corto plazo si no se toman las medidas necesarias. Sin embargo, el nuevo mega proyecto aprobado mediante la ley 840 para la ejecución de un canal interoceánico en Nicaragua por una empresa concesionaria china (HKND) podría acelerar su condena a muerte. El estudio de Impacto Ambiental y Social aún no se ha presentado en público pese que la empresa lo entregó al Gobierno el pasado mes de mayo. Es ese enigmático proceder el que causa desesperación en los opositores a su construcción, asociaciones o Fundaciones como Popol Na o el Grupo Cocibolca, que han puesto el grito en el cielo por el peligro a los ecosistemas colindantes y del gigante estanque. Más aún conociendo que 105 kilómetros de su recorrido sería por aguas del lago, donde se debería dragar hasta más del doble de su calado, una media de 15 metros en la actualidad, para poder ser operativo. Unos trabajos de extracción que podrían causar daños irreparables de gran magnitud.
“El infame proyecto del Canal Interoceánico atenta contra el recurso natural más importante que tenemos: el Gran Lago Cocibolca”, indica el profesor Salvador Montenegro en una tajante frase con acotaciones científicas en torno a la mega obra del canal que le ha costado el puesto al frente del Centro para la Investigación de los Recursos Acuáticos (CIRA), un centro que él mismo había fundado en 1980.
Pese a que el Gobierno que ha participado en la formulación para solicitar la inclusión del lago junto a la ciudad de Granada como Patrimonio Mixto de la Humanidad ante la UNESCO, ahora aboga por poner en peligro su recurso más valioso. El propio presidente, Daniel Ortega, se ha justificado diciendo que ese lago está contaminado,retractándose así de su posición anterior, cuando dijo en 2007: “ni por todo el oro del mundo podría arriesgar el lago por un Canal”.
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