Dos artículos recientemente publicados en LA PRENSA (Humberto
Belli, 23-3-15), y “Coscorrones en la cabeza”, de Fernando Centeno Chiong, el
27-3-15, por fin difieren de esa merienda, de caníbales, mediática, en que
muchos medios transformaron a nivel nacional, el caso del Jardín Infantil María
Montessori. Metro a Metro, un periódico local puso en su mira al jardín
infantil, para regocijarse en su financiero jardín senil. Es el periódico que
no tiene director, y se supone que sus autoridades son (aparte de un Banco por
el que se les paga a todos los jubilados, y otras operaciones gubernamentales),
el Subdirector o el Gerente General Arnulfo Somarriba, o Erwin Guillermo
Castillo Ortega, Secretario de la Junta Directiva de Editora Nuevo Amanecer
Sociedad Anónima, porque tiene potestad de citar a “Asambleas Extraordinarias”
a los poseedores de acciones en el limbo de la devaluación. Pero ese será tema
en otra oportunidad. Ahora lo traigo someramente a colación porque todo se
devalúa en ese medio, comenzando por la realidad misma.
Ciertamente Fernando Centeno Chiong –hijo de mi inolvidable
amigo el escritor Fernando Centeno Zapata- en su estupendo artículo se refiere
a todos los medios de comunicación que nos indigestaron con esa ausencia de
periodismo investigativo en un caso concreto, para olvidar casos sumamente
relevantes. Yo sólo quiero referirme al más amnésico de los medios. En donde
cotidianamente se devalúa la realidad. Ahí no pasa nada, pues vivimos en el
Paraíso Terrenal del matrimonio Ortega. ¿Casualidad? De ahí que un hecho como
el del Jardín Infantil Montessori, sea más importante que la pesadilla china
del Canal Interoceánico, en donde todo va viento en popa y a toda vela, sobre
muertos, golpeados y protestas municipales que Metro a Metro vienen
sucediéndose en todo el territorio nacional, imposibles de ignorar, salvo por
ellos, ya que como en su oportunidad exigió en un memorándum el único director
nominal que ha tenido ese periódico en su época bancaria, hay que tratar al
gobierno “con mano suave”, y con mano suave prescindieron de sus servicios
cuando intentó dejar de ser banquero y volver a ser él mismo, publicando, con
una autoridad que nadie le había dado, su simpático artículo sobre “Chayito
Aguerri”.
En ese periódico nadie se tomó la molestia de averiguar de
dónde provenía tanta saña contra la directora del Montessori, y por cuales
razones VERDADERAS se sobredimensionaron los hechos, como bien lo señala
Fernando Centeno. ¿Qué es lo que hay detrás de todo esto? ¿Por qué no se
averiguó cuales títulos de maestra normalista respaldan a la profesora Nelly
Márquez, y por qué razón, por ejemplo, en ese jardín infantil estudian hijos de
egresados del mismo? Al parecer era más
importante esa “noticia” como manto que cubriera lo que ocurre en el país.
Distorsión, como toda distorsión, deliberada. Es la política noticiosa de ese
medio. No vaya a creerse que es la política del avestruz. Es la política del
avestruz que viéndolo todo –viendo la realidad que nos deja en carne viva- la
devalúan y distorsionan. Nos ponen sal en la herida dicen que para curarnos, y
eso es inmoral y anti-ético. Tomemos, al azar, ese periódico y “La Prensa”, ambos
del 26. Ese periódico: “Alimentos podrán bajar”. “La Prensa” “No espere que
comida baje de precio” y “Gobierno creó tributo disfrazado”. ¿Y lo de Arce
contra los obispos y lo de la violación de una joven en la Policía de Managua?
El cubo de basura que ese periódico coloca sobre la cabeza de sus lectores, es
peor que cualquier cubo. Pretende ser el cubo de basura sobre nuestras
conciencias.
LUIS ROCHA
“Extremadura”, Masatepe, 28-03-15.
No hay comentarios:
Publicar un comentario